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Crecimiento y crédito privado

"El crédito al sector privado en moneda nacional creció a una tasa interanual de 13.1% al mes de abril. Esta dinamización de las actividades económicas y de la demanda agregada augura un crecimiento del PIB más cercano al 6% en 2015." Banco Central de la República Dominicana, Informe de la economía dominicana en el 1er trimestre de 2015


A mis tres amigos, CFL.


Crecimiento económico y crédito privado van de la mano. Si las perspectivas de una economía son positivas, es de esperar que las empresas, hogares e individuos se dinamicen, y recurran al crédito bancario para emprender nuevos proyectos o ampliar los existentes.

Se verá en textos que emanan desde las alturas del Banco Central hasta del teclado de este escribidor: La economía creció, y muestra o evidencia de ello lo vemos en un "vigoroso" crecimiento del crédito privado.

Un buen ejemplo de esto fue el año 2014, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) registró un más que impresionante aumento de 7.3%. Confirma esa robustez el hecho de que los préstamos "privados" aumentaron 19.7% en el transcurso de ese año, sin duda un ritmo de crecimiento no visto en mucho tiempo.

Algunos me preguntarán que a qué vienen las comillas en el "privado". Precisamente esa es la motivación del presente análisis, en el que planteamos cuatro inquietudes en cuanto a la necesidad de profundizar más en cuanto a la real estructura del crédito bancario.

¿PÚBLICO O PRIVADO?

En las notas a los estados financieros auditados del Banco de Reservas de la República Dominicana, se observa que a diciembre de 2014, alrededor de RD$43 mil millones de los préstamos allí registrados como desembolsados al sector privado lo son por obra y gracia de una nota especial otorgada por la Superintendencia de Bancos a ese banco.

Esa magnitud, 80% del aumento de RD$53 mil millones que registró el entrañable coloso en su cartera comercial, estaba, de hecho, vinculada estrechamente al Estado dominicano, pues se trata de préstamos a contratistas públicos y generadores eléctricos.

En ambos casos, contratistas y generadores, la necesidad del financiamiento, la fuente de repago, la garantía y la contraparte misma es el Estado dominicano.

No debe sorprender, por tanto, que esos préstamos los otorgó BanReservas, por su natural vínculo al Estado y su rol de financista de primera instancia para él y sus suplidores y proveedores.

El hecho, es sin embargo, que de no ser por la carta circular de la Superintendencia, esos préstamos serían de carácter público. Si los descontamos del stock de crédito privado a esa fecha, en vez de crecer 19.7%, el financiamiento privado de hecho aumentara sólo 12.4%.

Ojo: Un 12.4% sigue siendo un buen crecimiento, pero pienso que es importante distinguirlo del 19.7% que se logró gracias a la intervención estatal y la demanda de bienes y servicios del lado público en la economía dominicana, y no por el dinamismo propio a un sector privado o empresarial realmente vigoroso.

RESULTADOS A MARZO 2015

En rueda de prensa esta semana, el Gobernador del Banco Central dio a conocer los resultados económicos del primer trimestre del año. El crecimiento del PIB registrado en ese período de tiempo fue de 6.5%, el más destacado en toda América Latina, aunque ligeramente por debajo al de marzo y diciembre 2014.

¿Cómo se logró? La construcción fue el motor fundamental: Se dinamizó 14.9% en los últimos 12 meses. Hace sentido, pues cómo vemos en la primera gráfica fue también el sector de la economía que más crédito bancario recibió.

Interesantemente, el 100% del financiamiento al sector construcción provino de un solo banco: El BanReservas.

¿Son estos contratistas de obras del Estado o de la demanda privada de nuevas infraestructuras y construcciones?

Si el Estado no estuviera empujando con esteroides ese sector (como lo hace con las escuelas y hospitales públicas, por ejemplo), ¿cuál fuera su real desempeño?

En la tercera gráfica vemos un fenómeno similar: 95% del crédito nuevo a la industria manufacturera provino del banco múltiple público.

¿Por qué no es más diversificada esa oferta de crédito? ¿Por qué los bancos privados no se ven incentivados a prestarle a la industria? ¿Y por qué BanReservas?

Finalmente, en la cuarta gráfica observamos que el crédito agropecuario de la banca múltiple se ha desplomado RD$1.7 mil millones entre marzo 2014 y 2015.

Ni siquiera integrando el aumento en la cartera del Banco Agrícola de RD$1.5 mil millones se mantiene en azul el flujo crediticio a ese siempre abatido y delicado sector de la economía dominicana.

Celebramos las "visitas sorpresa". Pero, ¿y el déficit del crédito agrícola? ¿O realmente creemos que está resuelto?

Si en efecto el flujo del crédito bancario privado es reflejo de la dinámica de la economía, pienso que estas cuatro notas ameritan ser evaluadas por hacedores de políticas públicas y el sector privado por igual, antes de sentirnos demasiado satisfechos con el PIB estrella de toda la región.