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Johnny Cueto-Pedro Martínez

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Johnny Cueto-Pedro Martínez
Johnny Cueto

“Además de perdonar a tus enemigos, ríete de ellos. La risa es el gran antídoto contra los venenos del espíritu”... Ángel Osorio

Leyendo “Pulsaciones” de Radhamés Gómez Pepín de los años 1984 hacia adelante, es como si ese pasado fuera reeditado hoy día con algunos retoques: Asaltos, cambios policiales, costo de los colegios y falta de agua.

Eso sucede también en el deporte, desde 1974 estoy escuchando el mismo reclamo sobre la educación física en las escuelas, es como si fuese un disco rayado en 45 revoluciones.

En materia del béisbol tenemos el mismo menú de las comparaciones. Me preguntaba el economista Gregory Santana que si Johnny Cueto se puede ya comparar con Pedro Martínez. Mi respuesta fue de una palabra; jamás.

El primer pecado, podríamos calificarlo de mortal, de un periodista es comparar jugadores de diferentes épocas.

Para dar una idea, Cueto está navegando en su séptima estación, con récord de por vida de 80-54, 3.29 de efectividad. Su mejor año con los Rojos de Cincinnati fue en el 2012 con 19-9 y el de ponches, 2014, donde registra 187.

Al petromacorisano le falta dar muchas brazadas para llegar a la playa donde está el resort de Pedro Martínez.

El Orgullo de Manoguayabo, inmortalizado la pasada semana en Boston y con la visa en trámite para el 2015 a Cooperstown, laboró 18 años en el Gran Circo con los Dodgers, Montreal, Boston, Mets y Filis, donde apantalló 219 victorias, 100 derrotas, 2.93 de efectividad, fusiló 3,154 bateadores por la vía del ponche, 313 en 1999, cuando ganó 23 y perdió 4.

En esa brillante carrera hay tres Cy Young que adornan la carroza de sus éxitos.

La pregunta de Gregory Santana me hizo recordar a quienes tuvieron la osadía en las tres primeras campañas de César Cedeño de compararlo con Willie Mays.

Cedeño en 17 años disparó 199 jonrones, remolcó 976 carreras con un promedio de .285.

Mays, en 22 años, 660 jonrones, 1,903 remolcadas, .302 de por vida en bateo y es miembro de Cooperstown.

Recuerdo cuando en 1994, Bob Hamelin, con los Reales de Kansas City, disparó 24 jonrones, con 65 impulsadas y promedio de .262, le otorgaron el premio de Novato del Año y algunos tuvieron el tupé de considerlo el sustituto de Harmon -The Killer- Killebrew.

Hamelin permaneció seis años en las Mayores con 67 jonrones y .219 de promedio y Killebrew en 22 años de producción en las Mayores terminó con 573 de cuatro esquinas y tiene una placa en Cooperstown.

Hagamos comparaciones con jugadores de una misma época, en el béisbol dos juegos con los mismos actores no son iguales, aunque la distancia de home a primera sea la misma.

Twitter: @bienvenidorv