La muerte de Alfredo Edmead

“Existen cinco niveles de temor: El miedo, el pánico, el celular que se cae, doce llamadas perdidas de tu mamá, y el “tenemos que hablar”. Anónimo

El 11 de enero de 1948, en la tragedia de Río Verde, la República Dominicana perdió la “crema y nata” del mejor talento del béisbol.

Otra pérdida que enlutó nuestro principal pasatiempo fue la del jardinero Alfredo Edmead, a quien recuerdo en los torneos AA del Distrito en los años de 1972 y 1973, jugando el prado derecho de la UASD.

Conservo la pelota que me donó el comandante Rafael Luis López, mánager del equipo dominicano en los Docejuegos, donde está la firma de Edmead, junto a la de Juan Germosén, Alejandrito Taveras, Fidel Mejía, Narciso González, Maney Cabreja, Alberto Louis, José Ramón Guerrero, Fausto Pérez, Juan-Piñao- Ortiz, Juan Deliza y Samuel Reynoso.

Al caer las cortinas de los Docejuegos, el 13 de marzo de 1974, Howie Hack firmó para los Piratas a Louis, Taveras y Edmead.

Sin embargo, el destino le tenía reservado un desenlace fatal al OF Edmead, y el 22 de agosto de 1974, en Salem, Virginia, el bateador Murray Gagecole, del Rocky Mount, conectó un elevadito detrás de la segunda en el sexto episodio. El defensor del segundo cojín, el dominicano Pablo Neftalí Cruz, de los Piratas de Salem, comenzó a retroceder para buscar la pelota, logrando hacerlo justo al momento cuando el jardinero izquierdo, Alfredo Edmead, se acercaba a toda carrera tratando de hacer lo mismo. El triste resultado fue que la rodilla de Cruz golpeó la cabeza de Edmead y éste se desplomó inconsciente. A pesar de ser trasladado al hospital, el joven falleció en la ambulancia como resultado de una fractura craneana masiva.

Pittsburgh consideraba a Edmead como uno de sus mejores prospectos. Lo habían contratado por la suma más alta de dinero jamás remunerada por esa novena a un pelotero criollo. Después de 119 partidos, tenía promedio al bate de .319, 7 jonrones, 59 impulsadas y 59 bases robadas.

Esta tragedia fue la primera en el béisbol profesional, desde que el torpedero Ray Chapman, de Cleveland, recibió en la cabeza un pelotazo del pitcher de bola submarina Carl Mays, de los Yanquis, falleciendo al día siguiente. Sucedió el 16 de agosto de 1920, y constituyó el segundo caso de muerte en las Grandes Ligas, el primero debido a un pelotazo.

Michael “Doc” Powers, el primer receptor de las Mayores en recibir los bultos postales para cuatro novenas diferentes, fue el primero en morir víctima de un accidente dentro de un campo en las Ligas Mayores, El 12 de abril de 1909, Powers chocó contra un muro tratando de capturar un elevado de foul, en el Shibe Park de Filadelfia, sufriendo lesiones internas que provocaron su deceso dos semanas después.

Twitter: @bienvenidorv

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