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Restos fósiles de caballo destapan nueva teoría sobre su diversidad primitiva

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Restos fósiles de caballo destapan nueva teoría sobre su diversidad primitiva
El origen de los caballos salvajes hay que buscarlo en Norte América, hace unos 50 millones de años, en el género ‘Eohippus’, un pequeño mamífero herbívoro de unos 25 kilogramos. (WIKIMEDIA COMMONS/CHARLES ROBERT KNIGHT)

MADRID. En la actualidad solo hay siete especies de caballos salvajes en el mundo, pero desde el Mioceno inferior, hace unos 18 millones de años, han existido cientos. Ahora, el análisis de 140 especies, en su mayoría extintas, ofrece nuevos datos para establecer una teoría que explique su diversificación en el pasado.

Los resultados de esta investigación se publican en Science, en un artículo firmado por españoles y argentinos, y encabezado por Juan López Cantalapiedra, del Museo de Historia Nacional de Berlín.

El origen de los caballos salvajes hay que buscarlo en Norte América, hace unos 50 millones de años, en el género ‘Eohippus’, un pequeño mamífero herbívoro (de unos 25 kilogramos), explica a Efe Cantalapiedra.

Para este estudio, los investigadores se centraron en la subfamilia ‘Equinae’, de la que hoy sólo quedan siete especies salvajes vivas en todo el mundo (todas del género ‘Equus’): el kiang, el caballo de Przewalski, la cebra de Grévy, la cebra de llanura, la cebra de montaña, el asno salvaje asiático y el asno salvaje africano.

En total, analizaron 140 especies de esta subfamilia y sintetizaron décadas de estudios del registro fósil de los caballos, según los cuales hubo al menos tres momentos de eclosión de especies; la primera y más importante hace unos 18 millones de años, las dos siguientes hace unos 11 millones y unos 4 millones de años.

Este estudio, que contradice la teoría clásica que explica la multiplicación de especies, se centra en el evento de hace unos 18 millones de años, durante el Mioceno inferior, aclara Cantalapiedra.

Según la teoría clásica, la diversificación de los caballos estaría relacionada con una serie de rápidas adaptaciones en respuesta a la expansión de un nuevo entorno: las praderas.

Es decir, los caballos que poblaban Norteamérica en ese momento habrían cambiado más rápido al desarrollar una dentadura más resistente a la abrasión, típica de una dieta rica en pasto. Además, se habrían hecho cada vez más grandes como requisito para aumentar la efectividad de la digestión de esta comida menos nutritiva y como estrategia contra los depredadores en los nuevos espacios abiertos.

La clave de esta teoría está en la rapidez de esos cambios: cuando los linajes se están multiplicando muy rápido, estos también tienen que evolucionar muy rápido (en este caso dientes y tamaño).

Sin embargo, este trabajo de Science, que no niega que se produzcan esos cambios, sí apunta a otro ritmo en su evolución y añade además otros motivos para entender la multiplicación: el ambiente.

“Gracias a las técnicas actuales y los restos fósiles concluimos que los cambios morfológicos fueron lentos y que son los factores del entorno, más que la evolución de esos rasgos morfológicos, los que influyeron en la rápida acumulación de especies”, señala Cantalapiedra.

Además, los cambios ambientales facilitaron las dos grandes dispersiones de caballos desde América a Eurasia: hace unos 11 y 4 millones de años, respectivamente, a través del estrecho Bering. En ambas los caballos entraron posteriormente a África desde Eurasia.

“En estos momentos volvieron a diferenciarse multitud de nuevas especies de caballos repentinamente, pero no hubo cambios especialmente rápidos en sus rasgos morfológicos”, concluye María Teresa Alberdi, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (Centro Superior de Investigación Científicas de España).

Si bien no es objeto de este estudio, la razón por la que sólo quedan siete de las 140 especies del grupo se podría explicar con varias teorías; una de ellas es que otros herbívoros se adaptaron mejor al medio -”les comieron la merienda”- y los caballos no fueron capaces de mantener la competencia, según Cantalapiedra.

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