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Festival de Cannes
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Cuando el pasado no deja avanzar

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Cuando el pasado no deja avanzar
Los actores y el director de The Pass posan para los camarógrafos
CANNES, Francia.- Las santeras, las videntes, los espiritistas, las cartománticas, los babalawos y los psiquiatras, entre otras faunas, recomiendan siempre estar limpios del pasado para poder avanzar. 

Lo reconfirma el iraní Asghar Farhadi, con su esperada película "The Pass" (El pasado), que dio la amanecida este viernes en Cannes, donde casi llega a su mitad el festival de cine más importante del mundo en su 66 edición.

Lo mejor del filme es el convincente trabajo actoral a todos los niveles, gracias a esa sabia manía, perdida por muchos directores de hoy día, de trabajar mucho con los actores en la etapa pre-rodajes.

Así Berenice Bejo, nominada a los Oscar como actriz secundaria por "The Artist", de su esposo Michel Hazanavicus, se desdobla de manera brutal en una Marie atrapada por el pasado reciente, con dos hijas a bordo de distintos matrimonios, y dos hombres orbitando en su vida, uno, Ahmad, que regresa a tratar de rehacer su vida y con escondidas esperanzas; y otro, Samir, del que está encinta y con el que convive, hasta que vuelve Ahmed y se encuentra con la petición de divorcio de su esposa.

Solo que Samir tiene a su verdadera esposa en estado de coma por un intento de suicidio, y desde entonces con su pequeño hijo conviven con Marie.

Cada personaje principal, incluidos la hija mayor, Lucie, interpretada por Pauline Burlet, se encuentran atrapados por obstáculos del pasado reciente. Y hay que resolverlos.

Se trata de una exploración en las dinámicas de la convivencia y de las complejidades de las personas sobre los diseños de cada vida, en una estructura social que lo mismo puede ocurrir en Francia hoy, que en Mongolia dentro de una centuria. Así de universales son las pretensiones del cine del iraní Farhadi.

Y esas pretensiones las logras a partir de un guion férreo, aunque su realización resulta por momentos demasiadas extendidas y a uno le parece que esto o aquello ha sido dicho una y otra vez, y tal parece que la madeja del problema que subyace nunca se va a despejar.
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