Los hermanos Cohen y un gato
Un gato salva en algo la honrilla de los hermanos, con "Inside Llewin Davis", una película rara
Alfonso Quiñones
CANNES, FRANCIA. Hay obras cinematográficas -incluso algunas de tono menor, independientes y de bajo presupuesto- sin las cuales uno no podría explicarse la historia del cine. La vista este domingo a primera hora, no pertenece a ese tipo. No aporta nada, ni siquiera a la estética de Ethan y Joel Cohen.
Un gato salva en algo la honrilla de los hermanos, con "Inside Llewin Davis", una película rara, como ellos, sin un drama, una historia que narrar, y con ganas de hacer algo sobre el Village del año 61 en Nueva York y la revolución del folk, con referencia y todo de Bob Dylan.
Aceptable fotografía, excelente en dos o tres escenas; buena música; bien actuada, eficientemente ambientada en cuanto a diseño escenográfico, vestuario, maquillaje... y no obstante eso uno se pregunta qué pasa. El guión, el bendito guión: ese es el lio.
La mala pata de un tipo que no canta mal -interpretado magníficamente por un muy convincente Oscar Isaac, actor guatemalteco formado en Miami-, que hasta talento tiene, pero que no logra levantar cabeza cuando todo el mundo la levanta, la oveja negra del corral, el autodestructivo, es supuestamente el centro de este filme que recuerda al momento en que cambiaron el cuento y la narración dentro de la Literatura. No es lo mismo un cuento donde hay una historia breve que se desarrolla, que una narración donde se explora el ambiente, se florea, tal vez pase algo, pero no haya drama. O no se intuya. Sucede esto con "Inside..." definitivamente. Uno se echa su hora con 45 minutos tratando de desentrañar la importancia de todo esto, que no sea querer rememorar la música de esa etapa, y no lo logra. Por eso lo del gato, que entra y sale.
Otros actores son Carey Mulligan, John Goodman (excelente en la personificación de Roland Turner -dicho sea de paso, Turner dice "aprendí santería con Chano Pozo"-), garrtt Hedlund, F. Murray Abraham y Justin Timberlake (muy convincente en su rol).
Los Cohen están de moda y puede que hasta logren algo. Ellos han ganado en 1991 la Palma de Oro y el Premio a la mejor dirección por "Barton fink", una película sin la cual uno no puede explicarse la historia actual del séptimo arte. Y aunque con esta no; ellos parecen confiados.
Un gato salva en algo la honrilla de los hermanos, con "Inside Llewin Davis", una película rara, como ellos, sin un drama, una historia que narrar, y con ganas de hacer algo sobre el Village del año 61 en Nueva York y la revolución del folk, con referencia y todo de Bob Dylan.
Aceptable fotografía, excelente en dos o tres escenas; buena música; bien actuada, eficientemente ambientada en cuanto a diseño escenográfico, vestuario, maquillaje... y no obstante eso uno se pregunta qué pasa. El guión, el bendito guión: ese es el lio.
La mala pata de un tipo que no canta mal -interpretado magníficamente por un muy convincente Oscar Isaac, actor guatemalteco formado en Miami-, que hasta talento tiene, pero que no logra levantar cabeza cuando todo el mundo la levanta, la oveja negra del corral, el autodestructivo, es supuestamente el centro de este filme que recuerda al momento en que cambiaron el cuento y la narración dentro de la Literatura. No es lo mismo un cuento donde hay una historia breve que se desarrolla, que una narración donde se explora el ambiente, se florea, tal vez pase algo, pero no haya drama. O no se intuya. Sucede esto con "Inside..." definitivamente. Uno se echa su hora con 45 minutos tratando de desentrañar la importancia de todo esto, que no sea querer rememorar la música de esa etapa, y no lo logra. Por eso lo del gato, que entra y sale.
Otros actores son Carey Mulligan, John Goodman (excelente en la personificación de Roland Turner -dicho sea de paso, Turner dice "aprendí santería con Chano Pozo"-), garrtt Hedlund, F. Murray Abraham y Justin Timberlake (muy convincente en su rol).
Los Cohen están de moda y puede que hasta logren algo. Ellos han ganado en 1991 la Palma de Oro y el Premio a la mejor dirección por "Barton fink", una película sin la cual uno no puede explicarse la historia actual del séptimo arte. Y aunque con esta no; ellos parecen confiados.
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