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No hay más remedio

Martin Brest dirigió en 1979 “Going in Style”, una película protagonizada por George Burns, Art Carney y Lee Strasberg, tres grandes actores norteamericanos.

35 años después, en República Dominicana, el director Pinky Pintor estrena “No hay más remedio”, una comedia en la que hace una fina reverencia a aquel filme, con tres grandes actores de las tablas dominicanas: Ivan García Guerra, Salvador Pérez Martínez y Angel Haché.

Los cizañeros profesionales -que los hay de sobra- le habían hecho en las redes, desde mucho antes que siquiera terminaran de rodar, la contrapropaganda a la película de que era un plagio de “Going in Style”.

“No hay más remedio” en lo único que se parece a la otra es en que tres hombres de la tercera edad se ponen de acuerdo en realizar un asalto. Y en que los tres se ponen de máscara esos famosos espejuelos a lo Groucho Marx. Algo conscientemente asumido por el director del filme dominicano, como un homenaje a aquella buena película de entonces.

Una y otra tienen intenciones diferentes. Si en la primera la intención es superar el nivel de aburrimiento de los involucrados, los fines del largometraje criollo tienen un trasfondo socioeconómico. Por supuesto, en ninguno de los dos casos es justificable el hecho.

En “No hay más remedio” vale la pena destacar que el guión cuenta una historia, y que ese guión cuenta con varios momentos que a partir de los diálogos provocan la carcajada.

Sin embargo el resultado final, desde mi punto de vista, se resiste por el devaneo entre dos géneros que no logran imbricarse de manera plácida: el drama y la comedia. Contrapunteo que sigue hasta el final de la película sin definirse.

Iván García -a pesar de su indiscutible teatralidad- logra sacar su tajada por encima de Pérez y Haché, ambos casi siempre en un mismo tono discursivo. Dirigir el trío no debe ser fácil.

Desde el punto de vista visual, el filme, rodado en los estudios Quita Sueño, adolece también de una iluminación demasiado plana, y una fotografía sin profundidad, debido justamente a las limitaciones de rodar en el estudio.

Aún así es un filme que provocará aplausos y mucho público. No tiene por qué no lograrlo. Lo tiene todo para ello.