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En fiestas, cómo atender a los invitados

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En fiestas, cómo atender a los invitados

MADRID.- En Navidad la mesa se llena de gente. Familiares y amigos recalan para comer y cenar en los días clave. Son fechas en las que las reuniones se suceden y agasajar a los invitados con platos tradicionales o algún delicioso manjar no tiene por qué llevar horas de preparación en la cocina.

Disponer del teléfono de un buen servicio de catering supone siempre una excelente alternativa. Incluso en plena Navidad contar con sus servicios puede llegar a ser imprescindible para quien no tiene habilidad entre fogones.

Marta Maestre, trabaja con su madre Isabel Maestre, una pionera en el servicio de catering, con 35 años de historia en el sector, y tiene muy claro que la preparación del menú no puede "alejarnos" de los invitados. "No podemos meternos en la cocina mientras se quedan solos" esperando a que todo esté listo, comenta a EFEstilo.

Ahora, en Navidad, confirma, se come "más ligero que antes" por lo que intenta ofrecer un "un menú equilibrado", en el que haya abundancia, pero con el que "no sobre mucho".

En Nochebuena y Nochevieja, Maestre propone "platos clásicos" y "fáciles de complementar" en casa, de manera que no obliguen a nadie a "matarse a trabajar en el último momento".

Pularda, perdices estofadas, pavo relleno o solomillo son platos sencillos que "le gustan a todo el mundo" y forman parte de la tradición. Asegura que, además, cada hogar dispone de su propia lista de platos típicos en estas fechas, que se pueden acompañar con una petición a un servicio de cocina externo.

El pescado "se compra por la mañana y se prepara en casa, pero podemos rematarlo con una crema de castañas" que elabora la empresa de catering.

A veces, una crema de marisco, elaborada por el anfitrión, puede servir de comienzo y "a nosotros nos encargan un segundo plato o el tronco de navidad, un postre muy típico de nuestra casa", explica Marta Maestre.

La restauradora comenta que se puede optar por buenas "propuestas" para el menú sin que impliquen "gastar mucho dinero". "La crema de la Reina es un plato sencillo de sopa de gallina". Descarta el besugo como única opción de pescado, pues "hay otros a mejor precio que también se pueden asar al horno".

Apuesta por una gastronomía de "diario" preparada con "cariño" y esmero. Y como ejemplo apuesta por "la pierna de cerdo asada o los canelones" tan típicos en la cocina catalana. Pero no sólo hay que cuidar con mimo el menú.

En estas fechas, si la atención hacia el menú concentra "el 60 por ciento" de nuestro pensamiento, la mesa y su presentación "es el 40". Aunque lo habitual es que las empresas de catering incluyan camareros e incluso mantelerías lo cierto es que, en estas fechas, ha indicado Maestre, cada familia se "inclina" por utilizar vajillas, cuberterías y ropa de mesa propias.

"Siempre aconsejo que se saquen del armario las cosas buenas que haya en cada casa", para presentar "una mesa bien vestida". "Si se estropean no pasa nada", opina. Recomienda mezclar piezas y estilos. "Es máxima tendencia. No hay que ser rígido".

Aunque si hay algo que evita es lo "minimal" porque en "Navidad hay que ser excesivo". Señala con cierta tristeza que el "arte" de la buena mesa está "desprestigiado", cuando es "lo que te da calidad de vida, elegancia" a la hora de vivir y asegura que si se pierde se cae en la vulgaridad. "Se come sin ninguna dignidad".

Degustar una crema de verduras presentada en "una sopera bonita es ideal" y describe el "horror" que le produce que todo se ofrezca "en un táper". Así "no se valora lo que se está comiendo". Por tanto, y con la intención de mantener un estilo en la mesa, las servilletas de papel están descartadas en Navidad, "deben ser de hilo".

A pesar de que admite que "hay menaje desechable muy elaborado que en ocasiones no viene mal utilizar" para no obligar a nadie a "recoger" hasta la madrugada.

Para Marta Maestre, el mejor protocolo en la mesa es no colocar nunca a un matrimonio "uno al lado del otro", hay que "mezclar". Y ha añadido que aquellos que presiden la mesa deben tomar asiento en los "extremos" y partiendo de esa regla básica "se van sentando los demás" comensales.

Recomienda que los niños estén en la mesa junto a los "adultos" porque es la "mejor" manera de "introducirles en la gastronomía" y de que aprendan a "comportarse".