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La dieta empieza en la cocina

Los que comen a media luz, comen menos; los que comen con luz brillante, comen más

SANTO DOMINGO. Si anda buscando la manera de rebajar un par de libras, quizás sea saludable "rebajar" la cocina. Una remodelación completa, que no le va a costar un centavo.

Comience con la nevera

Coloque lo importante delante. Posiblemente sea el consejo mas obvio que puedan darle, pero lo cierto es que investigaciones muy serias demuestran que mientras más prominente coloque la comida, se sentirá mucho más tentado a comerla.

Los participantes del estudio perdieron una libra en un mes, simplemente colocando las frutas y los vegetales en la primera línea de su vista. Y, además, los prepararon de tal forma que fueran fáciles de tomar.

Ponga todo lo que sienta que le engorde (¡y quizás lo haga…!), lo mas atrás posible, y lo mas difícil de alcanzar que pueda. Su cuerpo sentirá la diferencia.

No se olvide de las sobras: no se comió ese último pedazo de pizza para no engordar, pero lo pidió "pa'pola", y ¿cada vez que abre la nevera, le devuelve una sonrisa con ojos de pepperoni? Si cree que no puede resistir la tentación, porque se conoce, pida para llevar lo que sobre, y regálelo en el camino. Si no, empáquelo en papel aluminio, y póngalo en una de las gavetas de debajo de la nevera que no se abren nunca. Diga donde está para que alguien lo reclame cuando esté cerrando la puerta de la casa para irse.

Los gabinetes:

¡De a poco, mejor! Comprar en grandes cantidades puede ahorrarle algunos pesos adoptando algunos principios económicos, pero también engorda. Vamos a ser sinceros: la gente sigue comiendo hasta que se acaba la funda… si quiere rebajar, evite las fundas grandes. Si desea perder un par de libras y, además, ahorrarse algunos pesos, compre los empaques grandes y, luego, invierta diez minutos en separarlos en porciones más pequeñas. Esto le evitará cientos de calorías la próxima vez que vaya a picar.

También pequeños…

La gente tiende a combinar las porciones con la vajilla. Mientras más grande el plato y la cuchara… más nos servimos. Es ley de vida. Si quiere rebajar un par de libras en las próximas semanas, guarde esos maravillosos platos cuadrados y sírvase con cucharas pequeñas. ¡En serio!

La meseta:

De vuelta a la cocina: La forma tradicional en que servimos la comida, toda al centro de la mesa, es la excusa perfecta para repetir una y otra vez. Y, además, lo justificamos. Los expertos proponen una ruta diferente, y si realmente quiere rebajar esas libras que le sobran, pídale a su familia comprensión, y que se sumen a la idea. Deje la comida en la cocina, y sírvanse desde allí. Posiblemente argumente que servirse desde la estufa es no sólo feo, sino también peligroso, y tendría toda la razón. ¿Nuestra sugerencia? Sirva la comida en los platones que normalmente los haría, y prepare una bella meseta, desde donde todos puedan servirse. Una vez sentados, es muy difícil que se paren a repetir.

En el comedor:

Flores aromáticas. El aroma a fragancias florales reduce el apetito. Por eso los expertos recomiendan colocar un arreglo de flores frescas, o cualquier elemento inconsistente con el olor que deba provenir de la comida. Aquí está el ejemplo: en el estudio, presentaron a los participantes un plato de avena con aroma de canela y manzana y en otro plato, otra porción de avena que olía a macarrones y queso. ¿Puede adivinar cuál fue el que se comieron? El punto aquí no es hacer malas combinaciones, es incluir en el ambiente del comedor algún elemento que agregue confusión sensorial. Las flores pueden servir mucho más que para decorar.

Por último, las luces. Los que comen a media luz, comen menos. Los que comen bajo luz brillante, comen más rápido y en mayor cantidad. Si quiere mantenerse rebajando, su mejor inversión puede ser unas luces graduables. Sencillo, ¿no?

himilcetejada@live.com