Desarrollar prospectos, pastel con todo tipo de pretendientes

SANTO DOMINGO. Desde ex peloteros de todos los niveles a deportistas de disciplinas como baloncesto, atletismo y hasta masajistas, o profesionales como abogados y dentistas, la red de competidores del mercado de desarrollo de prospectos criollos es amplia.

Como cazafortunas durante la fiebre del oro californiana del siglo XIX, la tentación de atrapar porciones de bonos que pueden llegar hasta siete cifras en dólares atrae a propios y extraños. Pero el consenso es que sólo pocos sobreviven o pueden exhibir fortunas.

El abogado David Toribio, que jugó para la UASD en la década de 1970 y es agente certificado por la MLB, hace un símil entre los programas de béisbol con las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) dominicanas, que un 80% quiebra a los dos años de crearse.

En 2013, las 30 organizaciones invirtieron US$61 millones en la firma de jóvenes dominicanos. Los programas cobran entre un 20 y un 40% del bono.

"En la industria no sólo interviene la capacidad económica de quien participe, hay otras variables como el idioma, el código de la industria, conocimiento de la actividad, del terreno, la honestidad de los actores, respecto al pelotero, hay una cantidad de cosas que la gente después que está adentro se da cuenta que había un espejismo", dijo Toribio, que abrió su programa en 1999, y ha firmado jugadores como Carlos "El Tsunami" Martínez.

Fuentes revelaron a DL que La Academia, un complejo que abrieron en 2009 en Boca Chica los ex ejecutivos de los Yanquis, Abel Guerra y Steve Swindal y el ex embajador Hans Hertell, ha tenido que reducir sus operaciones por los costos, en parte, por el porcentaje por debajo del mercado que cobran a sus jugadores. Micker Zapata, quien recibió US$1.6 millones de los White Sox en 2013, salió de allí.

"Cuando entra mucha gente con intereses puramente económico, chocan", dice Toribio.

Endeudados

Seis entrenadores consultados por DL coincidieron en ubicar entre US$10 mil y US$12 mil los costos mensuales que conlleva operar un programa con más de 20 jóvenes.

El crecimiento de la competencia ha llevado a los entrenadores a reclutar a los potenciales prospectos a los 12 años y trabajarlo por cuatro. Y es un negocio que requiere inversión diaria para desarrollar un producto que puede pagar una vez al año.

"Aquí llega mucha gente pensando que es una mina de oro. Esos no duran ni un año, cuando conocen de verdad lo que es esto se van, antes de fracasar, esto se ve muy lindo. Uno tiene 40 muchachos y firmas dos, a veces ninguno, los que tienen éxito son muy pocos", dice Amaury Nina, que ha desarrollado jugadores como Elier Hernández (US$3 millones en 2012), Eloy Jiménez (US$2.7 millones en 2013) y Pedro González (US$1.3 millones en 2014).

Un entrenador que firmó un pelotero por más de US$2 millones a principio de este mes aseguran que acumuló deudas por RD$25 millones durante cinco años para mantener su programa a flote.

Víctor Báez, quien abandonó su carrera bancaria en 2006 para abrir una academia, logró este año su primera firma millonaria en Nelson Gómez (US$2.2 millones, Yanquis), tras haber llevado al profesionalismo a 219 jugadores.

Pero Báez asegura que tiene que pagar US$5 mil cada mes por el alquiler de una academia en Nigua y teme embarcarse en una gran inversión en un terreno por lo delicado que es la industria.

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Nathanael Pérez Neró