El béisbol olímpico presenta un panorama que va a la deriva

Plantean que requiere de inversión y otras estructuras en el país

República Dominicana - jul. 30, 2015 | 04:00 a. m. | 4 min de lectura

El béisbol olímpico presenta un panorama que va a la deriva — La selección de béisbol terminó con marca de 3-3. (**ARCHIVO**)

SD. El fenómeno del talento del béisbol dominicano en las Grandes Ligas llama la atención a propios y extraños en ese país. Esta temporada, 83 peloteros nacidos en RD estuvieron repartidos en los distintos rosters de las Mayores, y se mantiene así como la nación con más representación extranjera en el mejor béisbol del mundo. Además, récords y un contingente de candidatos a inmortales en el futuro inmediato.

Esa es la cara bonita del béisbol dominicano, que destapa sonrisas. Pero competir a nivel internacional, eso destapa nerviosismo. Conformar un equipo de nivel produce dolor de cabezas. Para algunos todo tiene que ver con recursos económicos, esencialmente. Para otros es el tiempo. Sean las razones que sean, el béisbol dominicano, a nivel olímpico, sigue siendo un tormento.

Después de un oro en los Panamericanos de 1955 y una plata en 1979, este deporte se ha quedado lejos de frotarse las manos, además con un déficit ofensivo marcado, en los últimos tres torneos panamericanos.

En Toronto (3-3) registraron 24 carreras anotadas y 31 permitidas. En Guadalajara (2-2) 26-26 y en Río de Janeiro (1-2) con 17-12, un balance positivo, pero apoyados en un triunfo (16-5) sobre Brasil, un país con poca tradición beisbolera. En total 67 carreras anotadas y 79 permitidas.

En busca de soluciones

Con ese cuadro, lejos de una medalla, siendo RD un país beisbolero, llega el momento de enmendar. Esta ocasión, como ocurrió en los Juegos de Winnipeg 1999, RD recurrió a personal de ligas menores en las Grandes Ligas.

Eso es un factor que el gerente de la selección de béisbol en Toronto, Raúl González, considera que se debe de tomar en cuenta y como ya ocurrió, pues “seguir fortaleciendo relaciones con las organizaciones de MLB, clubes de ligas independientes en Estados Unidos y una supervisión constante sobre los agentes libres que permanecen preparándose en el país, definitivamente constituirá la clave para la estructura de los seleccionados nacionales de cara a corto plazo”. Bien se puede incluir aquí ligas del Caribe.

El inmortal del deporte, Juan -Piñao- Ortiz ofrece su punto de vista. Toma en cuenta lo ocurrido con las dos primeras representaciones dominicanas en el Clásico Mundial de Béisbol. “No hubo la química”, apunta. “Hasta que se confeccionó lo principal, un buen dirigente, Tony Peña, un buen gerente, Moisés Alou, y los dejaron trabajar”, entonces vino “la química”. Diferente a este caso, apunta. Esta vez, en Toronto, “habían buenos jugadores, pero algunos de ellos se vinieron a conocer en Toronto”. Cierto. El equipo tuvo un tiempo concentrado en el país, pero estuvieron completos en Canadá. La clave, entiende Ortiz, está en la química de jugadores, dirigente y gerente.

Otro aspecto que lastima una buena participación es que el país carece de una liga de verano, como antes, dice Ortiz, en que jugaban hasta siete meses, primero a nivel regional y luego el torneo nacional, el cual no se realiza hace 20 años. Es en este punto donde entra el dinero. “Se necesita invertir”, dijo Ortiz, quien reconoció el esfuerzo de la Federación Dominicana de Béisbol de llevar lo mejor disponible a los Juegos.

Canadá se quedó con el oro panamericano, su segundo en toda su historia. El de béisbol es un torneo que Cuba ha dominado a su antojo con 12 oro y EE.UU. con uno, pero ha perdido en 11 finales.

RD se quedó colgado el último día de la fase de grupos, pues necesitaba una derrota de EE.UU. ante Canadá, la cual no se produjo.

Para mejorar el nivel del béisbol olímpico, que exhibe un bronce en este ciclo, ganado en Veracruz 2014, “se hace necesario una comunicación durante todo el año y en medio de la temporada invernal dominicana con los jugadores que sean candidatos potables al seleccionado nacional”, apunta González.