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Monseñor Víctor Masalles saltó de la piscina al sacerdocio

Candidato a ser arzobispo de la Arquidiócesis Santo Domingo

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Monseñor Víctor Masalles  saltó de la piscina al sacerdocio
Monseñor Masalles.

SANTO DOMINGO. “Llegué el 2 de febrero. Nunca me olvido que me tiré al agua a las 6:13 de la tarde”, recuerda sin vacilaciones el arzobispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, monseñor Víctor Masalles.

Se refiere al día y hora de 1980 en que se lanzó a la piscina de 25 metros del Hotel Hispaniola donde se aventuró al primer intento de nado de ultradistancia en una alberca en territorio dominicano. Allí dio dos mil vueltas con los que totalizó 50 mil metros, una hazaña seguida por personas cercanas como su madre, hermanos y amigos.

Después de 10 horas y 52 minutos, rememora con claridad meridiana, es cuando cumple los 50 mil metros, el 3 de febrero.

Masalles, nacido en Barcelona, Cataluña (España) el 29 de junio de 1961, pero con una vida hecha en el país, se vislumbra como candidato a ocupar el puesto que ya por regla debe ceder el actual arzobispo de la Arquidiócesis de Santo Domingo, monseñor Nicolás de Jesús, Cardenal López Rodríguez.

Masalles fue ordenado sacerdote el 7 de julio de 1991 por López Rodríguez, el mismo que lo consagró como obispo auxiliar el 29 de junio de 2010.

El religioso, que también es economista, graduado en la UASD y además filósofo y teólogo, fue en su momento un gran nadador. Antes de retirarse dejó una marca que prevaleció por 19 años, hasta que llegó Marcos Díaz en junio de 1999, con sus 52 kilómetros (15 horas, 00 minutos, 27 ss).

Aunque por momentos pensó detenerse, su fe pudo más. “Voluntad y fe. Mi fe fue esencial para esto. Yo soy una persona creyente, conscientemente, desde que tengo 14 años. Recé antes. Me puse una medalla de la virgen, nadé con esa medalla. Fue todo hecho en un ambiente también de fe”, expresa.

La idea de los 50 mil metros fue sólo una meta que sencillamente se mencionó sin mayores compromisos, pero siendo un reconocido nadador, fue víctima de la época cuando un medio publicó que Masalles se comprometía a nadar esa distancia que se traduce en 50 kilómetros. Varias personas lo llamaron y acepta el reto.

Pocas condiciones

Para el hoy religioso, quien aun hoy utiliza la natación sólo para mantener la forma, la tarea lograda significó su despedida. Pero ejecutarla significó mucho sacrificio corporal, pero sin patrocinio, ni médicos. Nada.

Debió vencer algunas situaciones. La hazaña estaba pautada para el año 1979, pero el huracán David azotó a la nación (25 de agosto de 1979-8 de septiembre de 1979).

Eso retrasó sus intentos de alcanzar una forma ideal, ya que no había piscina disponible. El fenómeno natural fue de categoría 5.

Fueron unos tres meses perdidos y es el 5 de diciembre cuando aparece la primera piscina, la del Club Arroyo Hondo y ahí comienza a practicar la ultradistancia por unos dos meses. La única vez.

Carrera deportiva

Antes de esa fecha, Masalles nadó en competencias interislas y también tiene el registro de junto a su hermano Jordi Masalles, conquistar, cada uno, siete medallas de oro en los campeonatos interuniversitarios, ambos representando a la UASD y otros logros en campeonatos militares, ya que ambos pertenecían a la Marina de Guerra.

Jordi, el hermano mayor, era de distancias cortas y Víctor de los 200 metros hacia arriba.

Entre los dos fueron plusmarquistas, quebrando Jordi 12 récords nacionales y monseñor, 13, incluido uno de 100 metros, que en un primer “heat” quebró el sacerdote y segundos después, su hermano. “Ese fue el récord que menos tiempo duró en quebrarse”, dijo en esa ocasión el anunciador, recuerda Jordi, entre 1977 y 78.

Antes de pasar a la natación, Masalles era judoca, hasta que fue visto por Edward Kelly, entonces entrenador del desaparecido equipo los Caimanes del Caribe.

El llamado de Dios

Monseñor fue director de presupuesto de una compañía, fue promovido e iba a ir fuera del país. Y en ese momento, dice: “vino la llamada un 13 de enero de 1985, a las 5:10 de la tarde. Y no habían celulares en ese tiempo”. Finalmente entró al seminario el 30 de agosto de 1985.

Hoy es el párroco de la parroquia San José de Calasanz.

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