Annerys Vargas, por presea y retiro en Río

SANTO DOMINGO. A los 34 años, con casi 20 de ellos en la selección nacional, Annerys Vargas luce insustituible en el equipo, pero ella ya tiene fecha para dejar la arena internacional, pero antes tiene una meta que a muchos sorprende: llevar el sexteto dominicano al colgarse una medalla en Río 2016.

“Digo que ya, tengo unas metas que debo cumplir como participar nuevamente en unos Juegos Olímpicos, no sólo participar sino estar ahí en el pódium, porque nosotras tenemos talento, tenemos capacidad de llegar”, dijo Valdez.

La necesidad de procrear hijos y dedicarle tiempo es una de las mayores causas que inclinan la balanza a dejar el conjunto.

El equipo criollo buscará su boleto el próximo mes (14-22 en Japón) en una prueba con escasos márgenes de errores. “Si clasificamos vamos por una medalla de cualquier color, Dios mediante”, explicó la central de 6’5 pies de estatura.

Vargas es dueña de la marca de partidos oficiales (281) en una carrera que comenzó en 1997 y que incluye asistencias a cinco Mundiales, dos Olimpíadas y ganar los Juegos Panamericanos de 2003.

Llamar al médico del equipo (Víctor Figuereo) hasta para saber que tomar ante un dolor de cabeza, ha sido la clave para cuidarse del dopaje, y evitar las salidas nocturnas la fórmula para cuidar su cuerpo.

El respeto que se ha ganado el voleibol dominicano en el primer nivel es una de las mayores satisfacciones que se lleva. Ella y Prisilla Rivera son las únicas integrantes del históricos equipo de 2003 que permanecen en el equipo.

“Cuando empecé no nos conocían en ninguna parte, incluso en Japón, cuando fui la primera vez (1998), nos decían Dominiqui y nosotros exigimos que sea República Dominicana. Ha cambiado demasiado, ya no se habla de quiénes somos sino con respeto”, explicó la oriunda del sector Los Guaricanos y desarrollada en el club Simón Bolívar.

A nivel de clubes su talento le ha permitido reforzar en Puerto Rico, España, Brasil, Azerbaiyán e Italia.

Cuando revisa la página, la persona de Cristóbal Marte sale a relucir como a la que más agradece en el desarrollo de su carrera.

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Nathanael Pérez Neró