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Mencía, premiada por la naturaleza y coronada por el olvido

Este pueblo vive el contraste de una naturaleza rica y una población pobre

MENCÍA, Pedernales.-Por allá, por el Sur, muy al Sur y muy cerca de la línea que separa  Haití de República Dominicana, está Mencía. Un pueblo mágico, lleno de colores, pero también olvidado. Su calle, su única calle, o mejor dicho un empedrado camino, por donde sus habitantes desandan de la vida a la muerte, se pierde hacia la montaña rodeada de pequeñas y desvencijadas casas, que al decir de un lugareño se mantienen en pie porque "Dios mete sus manos".

Mencía, enclavada a 25 kilómetros de Pedernales, poco a poco tiene menos habitantes, pues los más jóvenes y más fuertes se van a otras tierras a buscar mejor suerte. "Antes aquí era muy bueno para vivir", dice Lucía, propietaria de uno de los tres colmados de la comunidad. "La gente ha ido emigrando porque no hay trabajo, algunos se han ido para España, otros a Santo Domingo y otros a Pedernales...".

 

Lucía habla con conocimiento de causa. Su hija partió muy joven a Estados Unidos a buscar mejores oportunidades, sus otros dos vástagos son agricultores y se cuentan entre los pocos que cada día ven la luz del Sol en esta comunidad. Ella también añora salir de Mencía. "Si fuera por mí, me fuera mañana mismo, aquí no hay señal de celular, no hay comunicación, tampoco hay energía eléctrica".

Mencía no tiene tendido eléctrico. De noche semeja una aldea del siglo XIV. La mayoría de las casas en las noches se iluminan con velas y velones. Son pocas las que todavía preservan los paneles solares y los inversores que donó el gobierno hace varios años.

"Muchos los vendieron", dice Nicolás Corona, guía de naturaleza de investigadores y fotógrafos que visitan la zona en busca de su naturaleza y biodiversidad.



En las noches, sólo unas pocas casas se ven iluminadas, una de ellas es el colmado de Lucía, con un pequeño bombillo de una luz muy tenue que alimenta un inversor. En una de las paredes hay un toma corrientes para que las personas de pueblo puedan cargar sus teléfonos celulares.

Haití o República Dominicana

En Mencía quedan al menos 30 familias dominicanas, el resto de los habitantes son haitianos. Los dominicanos, la mayoría de tez clara, se comunican en creole con sus vecinos haitianos y los haitianos en español, pareciera como si en Mencía la frontera fuera imaginaria.

De hecho, los habitantes de Mencía prefieren cruzar la frontera caminando que bajar a Pedernales a comprar algunas provisiones, jugar gallos o tomarse algunas cervezas.

Mencía naturaleza viva

Mencía es visitado por investigadores, conservacionistas y fotógrafos. La naturaleza ha compensado a esta localidad con un suelo fértil para la agricultura, una enorme cantidad de especies, como el solenodonte y la jutía, así como paisajes hermosos y el río Mulito.

El río Mulito, que nace en lo alto de la Sierra de Bahoruco y desemboca en el río Pedernales, bordea a Mencía.

En ocasiones llegan pequeños grupos de personas buscando caminar y nadar sobre su curso saltando de pozo en pozo buscando una versión virgen y más extrema de los 27 saltos de Puerto Plata. Su agua también es aprovechada por los residentes de la zona, pero los residentes de Mencía siempre tienen pendiente la conservación de sus recursos naturales.

Nicolás Corona cuenta como una vez "sacamos a un norteamericano que quería venir a echar alevines de carpa colombiana en el río", cuenta y se molesta como si lo tuviera al frente. "Esas carpas acaban con todo lo del río (jaibas y camarones)".

Corona sabe de lo que habla. Sus historias en la zona son famosas. Es un experimentado rastreador que en la actualidad trabaja con sociedades científicas estudiando y etiquetando solenodontes en Mencía.

Cómo llegar a Mencía

Sólo hay una carretera que comunica a Pedernales con Mencía. En la actualidad está en proceso de remodelación, lo que alimenta el optimismo a sus habitantes.

"Cuando la carretera llegue aquí también habrá luz", comenta Nicolás Corona. "Venir aquí será mucho más fácil".

Quizás este es el respiro que necesita Mencía, la ayuda para que comiencen a llegar los hombres y mujeres que una vez se fueron en búsqueda de mejor suerte, que preñen la tierra con su trabajo y la hagan parir frutos.