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Ingresos petroleros traerían enorme cambio a las Malvinas

ISLAS MALVINAS.-- Los malvinenses están tan acostumbrados a arreglárselas con lo que tienen a mano que muchos aún calientan sus casas con leña, cultivan sus propias verduras, reparan sus coches y consumen los pollos que ellos mismos crían.

Pero ahora han descubierto petróleo frente a sus costas, potencialmente vastas reservas. Miles de millones de dólares en regalías e impuestos podrían muy pronto inundar las islas, creando un cambio radical: la perspectiva de una riqueza repentina y tremenda.


Descubrimiento

Si ese primer descubrimiento puede atraer las considerables inversiones necesarias para comenzar a producir crudo, los 3.00 habitantes de esta comunidad, descendientes mayormente de pastores de ovejas, soldados y marineros, podría ser más ricos que los jeques.

Competirían con los banqueros de Liechtenstein y los dueños de Lamborghini en Qatar como las personas más ricas en el mundo.

Pero en lugar de celebrar los millones de dólares que las exploraciones petroleras ya están inyectando a los cofres del territorio, la mayoría de los isleños parecen muchos más preocupados acerca de los problemas que el rápido cambio pudiera traer.

A ellos les gusta su modo de vida tal como es: tranquilo, rodeados de naturaleza y prácticamente sin delitos.

"La palabra importante en este caso es 'potencial', en negritas y subrayada varias veces. Yo soy potencialmente un ganador de la lotería", dijo Stephen Luxton, director de recursos naturales del gobierno. "Por supuesto, todo el mundo está entusiasmado, pero no vamos a gastarnos el dinero que no tenemos".

La renuencia proviene de la experiencia. Enormes obstáculos políticos, técnicos, financieros y ambientales han impedido durante años el despegue petrolero en las Malvinas.

Para empezar, Argentina reclama soberanía sobre el archipiélago, pese a casi 180 años de control británico y a una fallida ocupación hace 30 años. La presidenta Cristina Fernánde está tratando de usar su peso diplomático y económico para obligar a Gran Bretaña a aceptar un diálogo sobre la soberanía de las islas antes del aniversario de la invasión de 1982 el 2 de abril. Su canciller Héctor Timerman dijo el jueves que Argentina buscará sanciones "administrativas, civiles y criminales" contra la industria petrolera "ilegal".

Con las persistentes tensiones, los isleños esperan que el dinero generado por el petróleo les ayude a financiar su propia defensa y conseguir influencia en el comercio global.

"El petróleo significa seguridad para nosotros. Si volvemos a ser pastores, ¿va el gobierno británico a defendernos con el mismo ahínco? Me gustaría pensar que sí, pero quizás no", dijo Dan Fowler, un biólogo nacido durante la ocupación argentina en 1982.

La mayoría de los isleños eran granjeros que alquilaban tierras y tenían dificultades para ganarse el sustento durante los primeros 150 años como sujetos coloniales británicos.

Pero ahora son un Territorio Ultramarino Británico autónomo que puede decidir por sí mismo cómo cobrar impuestos y gastarse el dinero. Y si consiguen siquiera una fracción de los 10.500 millones de dólares en impuestos y regalías que algunos analistas predicen serán generados por el campo petrolífero de Sea Lion, descubierto el año pasado al norte de las islas por Rockhopper Exploration PLC, van a superar a los barones árabes en ingresos per cápita.

Mientras Rockhopper busca un socio que contribuya 2.000 millones de dólares para comenzar la producción de crudo, Borders & Southern Petroleum y Falkland Oil and Gas Ltd. están perforando dos pozos exploratorios este año en aguas más profundas al sur de las islas.

 Alto riesgo

Es una operación de alto riesgo, que cuesta a las compañías 1,3 millones de dólares diarios con menos del 25% de probabilidades de éxito. Pero un hallazgo significativo podría desatar una avalancha de inversiones.

La cuenca sur podría tener hasta 10 veces más crudo que los 450 millones de barriles estimados en el campo de Sea Lion, con ganancias potenciales por encima de los 100.000 millones de dólares, de acuerdo con Edison Investment Research, una firma londinense de análisis financiero que el mes pasado publicó un reporte optimista sobre el petróleo en las islas.

"Cambia enormemente las cosas" para las Malvinas, expresó John Foster, un británico miembro de la Falkland Islands Company, el mayor generador de empleos en las islas y accionista minoritario en Falkland Oil and Gas.

El dinero sería una enorme bonanza en estas islas rocosas, azotadas por el viento, donde unos pocos caminos de gravilla conectan remotos asentamientos con Stanley, la única ciudad.

Las islas necesitan un puerto permanente para el petróleo, la pesquería y cruceros turísticos, y hoteles y carreteras para que los visitantes puedan quedarse para recorrer lugares históricos y reservas de fauna. Una expansión de las exploraciones requeriría un sistema dedicado de agua potable, y el crecimiento económico requeriría más turbinas de viento para la energía eólica que provee ya una tercera parte de la electricidad de las islas.

Mejores comodidades podrían atraer a personas emprendedoras, creando una economía más variada y sostenible. Un buen hospital significaría menos viajes a Chile o Londres para atención especializada. Más restaurantes y un cine en Stanley serían bienvenidos, y naturalmente, a la gente le gustaría más dinero en sus bolsillos.

Pero todas las ganancias irían a parar de inmediato a un fondo soberano, dicen los isleños. Ellos no planean pagarse dividendos, y dicen en broma que nadie debería esperar que sus omnipresentes Land Rovers sean recubiertos de oro.

"De ninguna manera va a ser una fiesta. Estamos pensando en nuestro futuro", dice Gavin Short, uno de ocho legisladores. "No vamos a convertirnos en una sociedad en la que todos nos quedamos sentados en casa, con nuestras siete doncellas y un jardinero y miramos televisión. Somos una cultura de trabajo".

La veterinaria Zoe Luxton, prima lejana de Stephen, tiene preocupaciones más fundamentales.

"¿Podemos sobrevivir (a la riqueza repentina)?", pregunta. "Todo aquello por lo que nos quedamos acá - no poner cerrojos en las puertas, la libertad, la tranquilidad - ¿puede sobrevivir a tanto dinero?".