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Aguas subterráneas: entre el consumo y las bacterias

Un 24.81% del agua que se sirve en Santo Domingo y el Distrito Nacional proviene de campos de pozos que extraen el líquido del subsuelo. Sólo en la zona norte hay más de 100. Pero, ¿cuán confiable es el agua que corre vía subterránea?

Un estudio hidrológico determinó que la disponibilidad de esa agua es abundante. "La calidad del agua subterránea es buena. Lo que se necesitan son algunos controles para su explotación, y ahí tenemos algunos problemas como la intrusión marina en la zona costera", explica Xiomara Lluberes, encargada de la División Hidrológica Subterránea del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi).

A causa de ese descontrol se ha detectado contaminación orgánica en los pozos. "Tanto se hace un pozo para verter agua usada, servida o aguas negras, como para extraer, y tenemos algunos acuíferos que son vulnerables a la contaminación como la basura y la materia fecal", dice Lluberes.

El uso de pozos privados ha mantenido la incidencia de infecciones dentales, de la piel y vaginal, entre otras, en parte de la población. En San Pedro de Macorís, por ejemplo, se han registrado muchos casos.

El Estudio Hidrogeológico Nacional, que se realizó en el país hace varios años, encontró coliformes totales y fecales, y enterococcus - causantes de infecciones tipo urinarias y meningitis- en 40 muestras de agua procedentes de pozos públicos usados con fines potables en las regiones suroeste y sureste. Lo normal es que estas bacterias estén ausentes.

El análisis es reseñado en el Plan Hidrológico Nacional presentado por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indhri) el pasado año 2012.

Sin embargo, el problema proviene de más lejos. En 2004 se determinó que el agua de nueve puntos subterráneos procedentes de las cordilleras Central, Oriental y Septentrional, no estaba aptas para abastecimiento o consumo humano, porque la calidad bacteriológica no era la adecuada.

Los ríos, en especial, se degradan por las prácticas agrícolas que aportan compuestos nitrogenados, que también pueden provenir de fosas sépticas, vertido de aguas residuales y plaguicidas. También, de la deforestación y la contaminación de las poblaciones que viven en las orillas.

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