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Agenda de Obama pierde brío

Obama tiene planeado encontrar medios creativos para actuar, si el Congreso no coopera

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Agenda de Obama pierde brío
El presidente Barack Obama pronuncia su discurso sobre el Estado de la Unión en el Capitolio federal de Washington. AP

WASHINGTON.- Contemos el 2014 como el año en que la agenda del presidente Barack Obama pasó de audaz a pequeña.


El discurso del mandatario sobre el Estado de la Unión del martes fue una amalgama de propuestas modestas diseñadas para atender algunos de los mismos problemas en los que ha estado trabajando desde el principio: desempleo persistente, inseguridad de la clase media, escuelas rezagadas y demás.

"Hagamos de este un año de acción", exhortó Obama a los miembros del Congreso que estaban frente a él. "Eso es lo que desea la mayoría de los estadounidenses: que todos nosotros en esta cámara nos enfoquemos en sus vidas, sus esperanzas, sus aspiraciones".

Pero luego de un año en el que sus principales propuestas legislativas se mantuvieron básicamente estancadas, Obama ya estaba poniendo en juego también su Plan B.

En donde el Congreso no coopere, Obama tiene planeado encontrar medios creativos para actuar más frecuentemente por su cuenta, a través de órdenes ejecutivas, acción regulatoria, persuasión presidencial, etc.

"Dondequiera y en cualquier momento que pueda tomar medidas sin legislación para ampliar las oportunidades para más familias estadounidenses, eso es lo que voy a hacer", declaró.

Hay mucho que puede realizar Obama por su cuenta; pero la creatividad no es sustituto para la autoridad.

Y una orden ejecutiva sobre capacitación laboral, salarios o seguridad en la jubilación no tiene el resplandor de un plan de estímulo de 800.000 millones de dólares o un rediseño histórico del sistema de salud.

Obama no está descartando mayor acción en el Congreso: Reanudó sus llamados por una legislación sobre reforma de inmigración, a extender las prestaciones por desempleo, aumentar el salario mínimo para todos los trabajadores y reforzar los programas preescolares; y agregó asuntos nuevos a su lista de propuestas que quiere que apruebe el Congreso, incluido un llamado a ampliar el subsidio al impuesto sobre la renta para trabajadores sin hijos.

Pero Obama sabe que es menos probable que los legisladores republicanos cooperen este año que en 2013, que es considerado mayormente un año perdido; y ese conocimiento le está dando un nuevo carácter de urgencia.

Antes de que comenzara a hablar el presidente, la Casa Blanca anunció la primera nueva acción unilateral de Obama: aumentar el salario mínimo a los trabajadores federales de nueva contratación.

Esto motivó rápidamente la burla de los republicanos. El presidente de la Cámara de Representantes John Boehner destacó que el cambio afectaría únicamente los contratos nuevos y pronosticó que la cifra de trabajadores beneficiados sería "cercana a cero".

No obstante, medidas pequeñas podrán ser más adecuadas a estos tiempos que grandes propuestas legislativas que probablemente quedarían estancadas.

La economía está mejor, aun cuando no todos lo están sintiendo todavía. La tasa de desempleo es más baja, aun cuando 6,7% sigue siendo alto. La reforma de salud está en vigencia, aun cuando está ocasionando dolores de cabeza a muchos estadounidenses.

El presidente cuidó en su discurso no prometer demasiado en un momento en que es seguro que disminuirá su influencia.

"Este puede ser un año de avance para Estados Unidos", declaró.

Obama atemperó esa valoración optimista con una pregunta abierta a los legisladores: "La pregunta para todos en esta cámara, estando implícita en cada decisión que hagamos este año, es si vamos a ayudar o a impedir este progreso".

Siendo improbable que el Congreso llegue a acuerdos en la mayoría de los asuntos, Obama debe mantener las expectativas bajas, sin acongojar a la gente.

Si es que ésta no lo está ya.

Encuestas muestran que la gente está pesimista sobre la dirección del país y la condición de la economía. El 70% piensa que el desempleo se mantendrá igual o empeorará este año.