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Una mirada a la labor social y comunitaria de la Diócesis de San Juan de la Maguana

Monseñor José Dolores Grullón Estrella fue consagrado obispo el 22 de junio del año 1991

SAN JUAN DE LA MAGUANA. “Siempre me sentía sucia, con dolores, me ardían los ojos y mis hijos se apretaban mucho del pecho, todo por el humo de ese fogón de tres piedras”.

Ese era el día, día hasta hace un año de Evelyn Polanco, cuando todavía no tenía estufa. Hoy, esta mujer de 43 años y madre de cinco hijos se confiesa feliz, pues asegura que sus días de sopladera y calor son cosas del olvido.

Polanco es una de las 490 mujeres que se benefician de un proyecto de la Fundación de Desarrollo Azua; San Juan y Elías Piña (Fundasep) de la Diócesis de San Juan de la Maguana que busca reducir en un 45% el consumo de leña en la zona. A través de dicho programa, las amas de casas son dotadas de estufas tipo “Lorena”, construidas en block y con hornillas de barro, que cuestan RD$8,000 y se entregan de manera gratuita, sólo con el compromiso de que adecuen el área de la cocina.

Al igual que ese proyecto, la diócesis de aquí exhibe como uno de sus logros el financiamiento de reses también a mujeres de escasos recursos, con el firme propósito de contribuir a generarles mayores ingresos económicos.

Es el caso de Alexandra Moreta Familia, quien trabaja en la crianza de vacas, las que dijo, adquirió con un préstamo de RD$18,000 que le hizo la iglesia a través de Fundasep.

De acuerdo al obispo José Dolores Grullón Estrella, para realizar los proyectos de la diócesis se partió de una encuesta para ver cuáles eran las necesidades de las comunidades.

Partiendo de ahí, explica, se pudo ver que los reclamos de la gente iban en el sentido de agua potable, sanitarios, caminos vecinales, puentes, viviendas, así como declaraciones de niños, alfabetización y salud, entre otras demandas. Muchas de esas necesidades sostiene, han sido cubiertas por la iglesia a través de sus programas sociales, en los cuales se han invertido alrededor de RD$179,243,442.47 tan solo entre el 2012 y el 2014. Las obras han beneficiado a 1,200 comunidades de Azua, San Juan y Elías Piña, provincias que conforman la Diócesis.

Obras en cifras

De la mano de Fundasep y Cáritas de SJM, la iglesia ha podido levantar 128 viviendas modulares prefabricadas, cuatro escuelas rurales (en Azua y SJM), construir un albergue-refugio, en la comunidad Los Negros (Azua) y dotar a 4,842 familias de sanitarios con bacineta de porcelana, en 212 comunidades de 14 municipios.

Además construir 12 acueductos rurales para llevar agua a 28 comunidades, en las cuales se benefician 7,366 personas de las provincias mencionadas. También se han instalado 65 sistemas de paneles fotovoltaicos.

Los registros indican que se ha trabajado en la rehabilitación de 106 kilómetros de caminos vecinales y construcción de otros 31.3 kilómetros de trochas para nuevos caminos, así como en los puentes El Milagro y La Unión, que comunican al municipio de Padre las Casas.

En el orden de salud, a través del programa de Atención Primaria en Salud y Unidades Comunitarias de Tratamiento de la Diarrea, 1,034 niños y niñas menores de cinco años fueron atendidos en 42 comunidades de nueve municipios de las provincias bajo la jurisdicción de la diócesis. Se realizaron 18 operativos médicos en los que se atendieron a 3,238 pacientes, y se instalaron 16 boticas parroquiales y 50 botiquines comunitarios. De igual modo, se capacitaron 2,713 personas en enfermedades prevenibles y se formaron 51 grupos de apoyo a la salud materno-infantil.

En materia educativa, 10,415 jóvenes y adultos han sido alfabetizados en las tres provincias y 1,138 estudiantes forman parte de las escuelas radiofónicas Santa María.

Igualmente, se han instaurado 63 salas de lectoescritura, matemáticas y expresión, en la que participan 1,665 estudiantes de tercero y cuarto de básica, y seis ludotecas comunitarias que acogen a 680 niños y niñas.

Con 53 estudiantes de ambos sexos y seis profesores a través del Centro Educativo Vocacional Aventura de las lomas de Sabaneta, San Juan, los estudiantes podrán obtener una especialidad técnica.

Gracias a los programas de las entidades católicas se han otorgado 293 créditos a mujeres emprendedoras de las tres provincias por un monto de RD$4,981,418.75. Con esos fondos se han financiado la compra de 51 vacas, en cuyas zonas de crianzas se han instalado 275 huertos y 62 bio-huertos familiares.

También se han brindado servicios de capacitación sobre derechos de la mujer y la infancia, en la que han participado 225 féminas, y se formaron 110 agentes mediadores de conflictos comunitarios. En los últimos dos años lograron la incorporación legal de tres organizaciones comunitarias, y vía el Centro Diocesano de Asistencia Jurídico (Cedajur) se han expedido 4,724 actas de nacimiento y se han resuelto 27 casos legales.

Un asunto de fe

“En esta región la gente tiene la conciencia de que la iglesia católica está con ellos y le ha dado la mano”, asegura monseñor Grullón Estrella.

A su juicio, la iglesia lo que le toca es servir, pues es una servidora. “Nosotros tenemos que trabajar el aspecto social y el religioso, tenemos que reforzar más el tema religioso, tenemos que darle más fuerza a la misión y a la evangelización”, precisó.

Señaló como uno de los retos de la iglesia en esa región, la formación y la búsqueda de líderes comunitarios. A decir del prelado, además se hace necesario continuar con la labor social para reducir el analfabetismo y lograr un cambio en la producción agrícola, a fin de poder exportar.

“Hay mucha gente que está trabajando en la iglesia y quizás no se publique y no se sabe tanto, pero se está trabajando mucho”, afirmó el obispo, quien llamó a reforzar los buenos valores.

Grullón Estrella y su hoja de vida

Nació en Guayabal, Santiago de los Caballeros, el 15 de enero de 1942. Realizó sus estudios en el seminario Santo Tomás; cuatro años de teología en la Gregoriana de Roma; “Integración Latinoamericana” en Ginebra, Luxemburgo y Bruselas; y realizó estudios en Planeación Pastoral y Pastoral Juvenil en Colombia. Trabajó con jóvenes franceses; en la fábrica de automóviles “Mercedes Benz” de Alemania y en un hotel de Londres; y como sacerdote desde el 13 de diciembre de 1970. Entre otros cargos, fue coordinador de la Pastoral Juvenil, Vicario General y de Pastoral, así como presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Es autor del libro “Visión pastoral de la Diócesis de San Juan De La Maguana 1991-2003”.