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Carlos Alberto Montaner: "Si no hay honradez, que no haya impunidad"

40 años en Madrid no le han salvado del que parece destino inevitable de un cubano: Miami. En esta etapa de su vida, Carlos Alberto Montaner está decidido a cultivar su verdadera pasión, escribir ficción, mientras se mantiene en el periodismo activo en CNN.

Santo Domingo. Carlos Alberto Montaner visita frecuentemente la República Dominicana. En esta ocasión la "excusa" era su novela Tiempo de Canallas. Un thriller político y de espionaje que transporta al lector de una manera vívida al mundo de la posguerra española y la Guerra Fría.


Tiempo de canallas es la historia de una traición. ¿Por qué ambientarla en la posguerra española y no en Cuba?

La guerra fría se da en Cuba, por supuesto. Lo que ocurrió en Cuba es un apéndice de la Guerra Fría, como también la guerra de abril del 65 en República Dominicana fue una expresión cruenta de la Guerra Fría. Pero me parece que la guerra civil española es un elemento esencial del siglo XX. Para entender ese siglo hay que entender qué paso en España y cómo se enfrentaron el fascismo y el comunismo. Se probaron armas y fue el prólogo de la Segunda Guerra Mundial. En esa batalla surge el atropello de los troskistas que son exterminados por los comunistas en Barcelona, interviniendo incluso generales soviéticos personalmente, como el que tortura a Andrés Nin, al que arranca la piel a tiras ... Me pareció un atmósfera extraordinaria para hacer un thriller político, con violencia, algunos crímenes pistas y un desenlace final.

Su protagonista, Rafael Mallo es un hispanocubano que va a esa guerra por el bando republicano.

Mi personaje viajó a España como otros mil cubanos. Es el país que aporta el grpo más numeroso en las brigadas internacionales. La brigada Abraham Linconl eran poco más de dos mil personas y eso era Estados Unidos. Esa pequeña islita aportó mil cubanos, casi todos en el bando republicano. Se da en España esa batalla fundamental porque quienes tenían la actitud militante más contraria al estalinismo y a la Unión Soviética eran los marxistas troskistas, empezando por el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Era un grupo muy interesante: Jualián Gotín, por ejemplo,  un valenciano al que lo sorprende el fin de la guerra en un calabozo detenido por los comunistas y que lo dejan preso para que lo fusile el bando nacional. Víctor Alba, que vino muchísimo a República Dominicana, es un personaje interesantísimo también. Vinieron aquí a formar cuadros democráticos. Otros funcionaron creando un mecanismo de resistencia internacional en el terreno intelectual.

Ese era un frente tan real como el bélico...

Los soviéticos diseñaron una manera muy sencilla para conquistar a la "intelligentsia" mundial. Primero era dibujar el mundo en dos campos: blanco y negro. Bueno y malo. Los buenos eran la URSS y "el mundo de la Justicia". Y segundo, creaban a un circuito de halagos y de apoyos. Por ejemplo García Márquez llegó a decir que "solo sobrevivirán los escritores que aparezcan en la enciclopedia soviética". Eso explicaría su actitud...  eso a pesar de que conocía muy bien el mundo soviético porque había viajado por el bloque del Este.

P. Al final, el protagonista cierra un círculo y se encuentra con su propio destino.

Sí... Hay ese personaje que es el policía gallego Casteleiro, que tiene la intuición de que hay algo extraño en ese personaje. Finalmente Mallo cumple su destino por medio de Casteleiro, que ya ha convertido esa relación de gato y ratón en un juego en el que ni siquiera hay odio. Hay la curiosidad del policía hay algo extraño, no hay nada personal...

P. Es un thriller político, pero la historia de amor que se narra es fundamental en el relato.

En el libro hay un componente sadomasoquista: la protagonista le puede contar a él solo, sin que tome represalias, todo lo que ella sabe de él. Esas cosas yo las he visto en diversos episodios de la guerra fría que me ha tocado vivir de cerca. Por ejemplo una muchacha hija de un disidente cubano que se enamora a los 17 años y sale embarazada. Cuando se lo dice al muchacho, "¿qué hacemos, vivimos juntos, nos casamos?,"  el tipo le dice "yo soy el capitán tal y mi misión era enamorarte. Ese hijo es tuyo, haz lo que tengas que hacer". Esa es una historia real. La traición y el engaño forman parte de la vida.



Otro ejemplo. El teniente coronel Roque se lleva un avión, aterriza en la Florida y pide asilo. Enamora a una muchacha y se casa con ella. Era un doble agente que cuando regresa a Cuba como un héroe, tras el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, después de cumplir la misión de dar las coordenadas para el derribo le preguntan: "¿qué extraña usted de su vida en EEUU? y contesta "un jeep que me compré". Eso fue una puñalada a una mujer enamorada.

Ya ha publicado cinco novelas, ¿es su segunda pasión?

Es mi verdadera pasión. Pero entre el periodismo y ganarme la vida... Llegué a España en 1970 . En el 71 publiqué Perromundo, que tuvo cierto éxito. Un par de ediciones, algunas reseñas... y ninguna posibilidad de sobrevivir de la escritura con una mujer y dos hijos. Lo más cercano era crear una editorial, que aunque a mi me hubiera gustado que fuera de ficción estaba dedicada a la enseñanza del castellano en España. Tuvimos éxito.  Y pronto Joaquín Maurin me abrió las puertas del periodismo, a través de su agencia de distribución de artículos en NY. Tenía relación con muchos escritores, algunos comunistas como Pablo Neruda y otros anticomunistas como Salvador de Madariaga. Vivía en Nueva York temeroso de que los estalinistas lo mataran y cuando toqué su puerta y pregunté por Joaquín Maurin casi no me abre... Ahí empezó una relación muy cordial.

40 años después, regresa a este lado del Atlántico, que parece ser el correcto en estos momentos...

Precisamente cuando me fui hacia España Maurin me dijo algo similar: "está usted viajando en la dirección contraria de la Historia". Yo estaba viviendo en Puerto Rico pero quería escribir, quería un mundo más grande y de hecho fue un acierto. Ahora llegué a un acuerdo con CNN, vendí la editorial en un buen momento y tengo el propósito de vivir la tercera edad dedicado a escribir, de volver a la ficción.

¿Cómo vive la actual transición de la literatura y el periodismo a los soportes digitales?

Un cambio tremendo en el mundo editorial, desaparecen editoriales y librerías... Eso permite tener muchos más lectores y menos ingresos. Por lo menos en periodismo. El periodismo digital cuenta con menos recursos o todavía no se ha encontrado la manera de ganar grandes cantidades de dinero en Internet en este campo. Pero Internet me permite tener muchos más lectores en Cuba que antes, aunque solo tiene el 5% de penetración.

Conoce bien esa parte de la historia de España. ¿Considera que hay una cierta idealización de la II República?

Sí, lo creo. Lo que pasó entre el 31 y el 36 lo conoce muy poca gente y en la simplificación que ha quedado es que era una democracia perfecta liquidada por los fascistas. Eso no es verdad, eso no ocurrió así. Muchos de las personas que hemos mitificado fueron los culpables de lo que luego pasó. Y no se suele entender que cuando se produce el alzamiento de Franco en el 36, de verdad, la mitad de España estuvo muy feliz con lo que estaba ocurriendo porque era una situación inaceptable la que se vivía. Las sentencias de los tribunales no se cumplían, la exterminación de los troskistas, los grupos que se tomaban la justicia por su cuenta, los asesinatos de los religiosos, las checas que ya empezaban...

Mirando a Cuba, y en ese mismo sentido... ¿hay una explicación racional para que todavía perviva el castrismo?

Un régimen de tantos atropellos y tan abusador... Hay un elemento irracional basado en esas percepciones binarias de la historia. Fidel y el Che Guevara son las opciones rebeldes y bondadosas de la historia. El Che decía un buen revolucionario debe ser una perfecta máquina de matar y él lo era, era un psicópata capaz de escribir a su mujer "Aquí estoy en la selva cubana sediento de sangre". O sea, un enfermo. Pero hay una fascinación por el personaje sin darse cuenta de que lo que quería era crear sociedades colectivistas sin ninguna libertad, estados totalitarios de partido único. Lo tienen como emblema de libertad lo cual es lo más asombroso del mundo y con Fidel ocurre lo mismo.

 No sólo en Cuba...

En España me encontré muchas personas de derechas que tenían una visión muy ingenua del personaje. Fraga Iribarne sin irnos más lejos era débil con "ese gallego que se había enfrentado al imperialismo de los Estados Unidos..."

¿Cómo espera que se produzca el fin del castrismo?

El único modelo que tengo es el de la caída del bloque de Este. Un día la propia estructura de poder se divide entre reformistas y no reformistas, vencen los reformistas ante la evidencia del fracaso del sistema y aumenta el ámbito de participación ciudadana, aparecen otros actores políticos y eso finalmente termina con el sistema sin necesidad de una guerra civil.

¿Una transición a la española?

Vivi con mucha ilusión la transición española, Adolfo Suárez personalmente me ayudó mucho. Intentamos repetir en Cuba lo que yo había visto en España, una transición basda más en la amnesia que en la amnistía, "vamos a mirar hacia el futuro porque el pasado lo echamos a perder". Creí en eso, planeé con Suárez presidente de la Internacional Liberal, aterrizar en La Habana con 150 líderes políticos convocados por él para devolverle la ilusión a la gent. En el fondo es una cuestión de percepciones, si crees que las cosas van a pasar que pueden cambiar, provocas el cambio. Hacía falta un shock, algo contundente. Fue imposible porque nos encontramos con una pared llamada Fidel Castro que repitió una y otra vez que "se hundirá la isla en el mar antes de abandonar el marxismo leninismo".



¿Qué destacaría de Adolfo Suárez?

Suarez tenía una característica: leves convicciones ideológicas y una necesidad de agradar al interlocutor que le permitía llevarse bien con todo el mundo. Eso es lo que se necesitaba en España en ese momento. 

La política en España... ¿está en una segunda transición?

Es que se produjo el alejamiento de los dos grandes partidos, un desgaste de la democracia, la desilusión con el sistema. Para que el sistema democrático funcione tiene que haber una ilusión por el futuro, tienes que creer que si tú trabajas vas a estar mejor y tiene que haber honradez en la administración. Y si no hay honradez que no haya impunidad.

P. ¿Hoy también vivimos en tiempo de canallas?

Vivimos en tiempo de canallas, quizá hemos vivido siempre en tiempo de canallas. Lo que impide que los canallas triunfen es el funcionamiento de las instituciones y vivir en sociedades en donde podamos ser coherentes con nuestras creencias y poder ejercer la libertad. Curiosamente somos una especie programada para decir la verdad, cuando mentimos o la ocultamos nos pasan cosas terribles, se dilatan las pupilas, te sudan las manos...es muy difícil. Vivir esa contradicción es muy grave solo se puede vivir en Sociedades libres, democráticas, con instituciones fuertes donde los caudillos no tienen peso, lo que importa es la trasmisión organizada de la autoridad dentro de la sinstituciones

Hay que seguir defendiendo eso a sabiendas de que cuando no lo haces bien corres el riesgo de que lleguen aventureros como llegarona Cuba o a Venezuela. Ojalá que no lleguen a España...

¿Hoy también vivimos en tiempo de canallas?

Vivimos en tiempo de canallas, Quizá hemos vivido siempre en tiempo de canallas. Lo que impide que los canallas triunfen es el funcionamiento de las instituciones y vivir en sociedades en donde podamos ser coherentes con nuestras creencias y poder ejercer la libertad. Curiosamente somos una especie programada para decir la verdad, cuando mentimos o la ocultamos nos pasan cosas terribles, se dilatan las pupilas, te sudan las manos…es muy difícil. Vivir esa contradicción es muy grave solo se puede vivir en Sociedades libres, democráticas, con instituciones fuertes donde los caudillos no tienen peso, lo que importa es la trasmisión organizada de la autoridad dentro de las instituciones

Hay que seguir defendiendo eso a sabiendas de que cuando no lo haces bien corres el riesgo de que lleguen aventureros como llegaron a Cuba o a Venezuela. Ojalá que no lleguen a España…