Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Actualidad

El lucrativo negocio generado a partir de los desechos hospitalarios peligrosos

SANTO DOMINGO. Si usted es de los que voltean la cara cuando le ponen una inyección, fíjese bien la próxima vez que acuda a un centro de salud. Esa jeringa, el algodón o la gasa con que le cubren una herida, forman parte de un lucrativo negocio que se da a partir de los desechos hospitalarios peligros.

Sólo una de las empresas que da el servicio de recolección y disposición final de estos desechos tiene ingresos que se calculan en unos US$6,000,00 diarios.

Los organismos internacionales clasifican los desechos que se generan en los centros de salud en: generales o comunes y peligrosos o biomédicos. Los comunes no requieren tratamiento especial, tienen el mismo grado de contaminación que los desechos domiciliarios y su disposición y traslado queda a manos de los cabildos.

Los peligrosos se dividen a su vez en especiales e infecciosos e incluyen a todos aquellos que implican algún riesgo para la salud y el ambiente. Estos deben tener un tratamiento y disposición final especial, sea mediante la esterilización en autoclave o incineración. Para los infecciosos, los centros de salud cuentan con sus propios vertederos donde los incineran o contratan una compañía para que se encargue de la disposición final.



En el país se producen diariamente alrededor de 13 mil toneladas de basura, pero las autoridades no llevan registro del porcentaje que corresponde a los centros de salud, conforme admite Domingo Contreras, Coordinador de Políticas Ambientales del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que los peligrosos representan entre el 10% y 20% del total de los desechos hospitalarios.

A la fecha, solo dos empresas tienen permiso del Ministerio de Medio Ambiente para ofrecer el servicio de disposición final de los desechos peligrosos o biomédicos, una que opera en Santiago y la otra en Santo Domingo.

En la capital el negocio está a manos de Alianza Innovadora de Servicios Ambientales (AIDSA) que colecta los desechos en 60 centros, incluidos hospitales, clínicas, laboratorios y estéticas. En el país hay unos 1,800 centros de salud, según el reporte del Ministerio de Salud Pública.

AIDSA colecta diariamente unos 200 tanques de desechos biomédicos con peso de unas 60 libras cada uno, que equivale a 12 mil libras diarias, según datos que ofrece Luis Rodríguez, presidente de la empresa.



El precio de cada libra de desecho se cobra entre 40 y 50 centavos de dólares para el servicio en la ciudad, y de 75 a 80 centavos de dólar para el interior. La empresa tiene contratos con cinco centros de la Región Este, para dar el sus servicios.

Rodríguez explica que AIDSA no cobra directamente por libra, sino mediante una cuota fija. Pero la misma se calcula según la producción por cama, que, conforme a los parámetros internacionales, es de dos libras de desechos biomédicos por día.

"La idea es darle un marco de referencia para hacer los cálculos. En los hospitales ?(la empresa da el servicio en 13 ) las cuotas van de RD$15,000 a RD$100,000 mensual y en los privados de RD$20,000 a RD$40,000. Pero depende de que tantas veces se recoja en la semana, sea dos o tres veces", especifica Rodríguez.

Fanny González, Gerente de Operaciones de Laboratorios Referencia, afirma que por el servicio deben pagar cada mes unos RD$60,000, y cuando tienen que depositar vidrios, como los tubos de lámparas fluorescentes, entonces adicionan al pago otros RD$40,000. A su consideración, los pagos son elevados, tomando en cuenta que también tienen que disponer de recursos para los desechos comunes.

El Ministerio de Salud Pública no tiene un monto consolidado de lo que pagan los hospitales por concepto de disposición de sus desechos peligrosos. En reportes suministrados a este medio, se observa que cada hospital gasta montos tan variados que van desde los RD$5,000, en el Hospital de Guayubín, en Montecristi, a más de RD$96,000, en el caso del Pedro Antonio Céspedes, de Constanza. Las cifras incluyen diferentes conceptos, como pago de personal, insumos y material de limpieza, compra de fundas, entre otros.

La gran mayoría de los centros disponen de fosa para incineración, con excepción del Ney Arias Lora, que tiene un sistema de autoclave. Las fosas individuales, si bien implican menor costo, resultan en focos de contaminación para el ambiente.

El manejo



Desde temprano en la mañana los camiones de AIDSA empiezan las rutas establecidas para la recolección. Mientras el chofer del camión se encarga de firmar la factura; dos hombres, con vestimenta especial, guantes, botas, mascarilla y casco, se encargan de ir sustituyendo los tanques vacíos que transportan por los que tiene el centro en su depósito, llenos de fundas rojas.

"Nunca tocamos la basura, sino el tanque", comenta Pantaleón Canó Pichardo, uno de los trabajadores, que dice no temer a un contagio. "A nosotros nos vacunan cada tres meses", agrega. Los empleados cuentan con un manual donde se detallan las precauciones que deben tomar durante las operaciones. La idea es evitar riesgos, dado que los biomédicos incluyen objetos cortopunzantes que, aunque deben disponerse en recipientes especiales de resistencia, en ocasiones llegan sueltos en las fundas.



En la planta, localizada en una zona aislada en la comunidad de Hato Nuevo, el procedimiento se hace evitando tener contacto con las fundas. Los hombres bajan los tanques y vierten el contenido directamente en la máquina. "Cada tanque se lava y se desinfecta antes de volver a al camión", sostiene el ingeniero, José Taveras, encargado de Operaciones de AIDSA.

Los desechos biomédicos pasan a la caldera, dividida en varias cámaras con niveles distintos de temperatura, de donde salen convertidos en cenizas y humo. Taveras destaca la calidad del aire en la planta y de los distintos procesos que se realizan. En la visión de Medio Ambiente, a decir de Domingo Contreras, la planta tiene aspectos a mejor. "En términos generales (la planta) funcionan bien, aunque la incineración no es lo óptimo, sino la esterilización", comenta Contreras.

Luis Rodríguez afirma que la empresa está dando pasos en ese sentido.

"Medio Ambiente tiene sumo interés en que emigremos al área de esterilización, solo que hay un pequeño problema". Informa que ya tiene las máquinas de esterilización, pero le falta ubicar un lugar donde instalarla conforme los requerimientos, que incluyen una celda con el fondo cubierto de plástico para que no perfore al subsuelo y que en el lugar no haya escorrentías.

AIDSA inició sus operaciones en el 1999 para tratar y disponer los desechos de zonas francas que no podían ir directo al vertedero. Para entonces se llamaba Alianza Incineradora Dominicana. En 2006 incursionó en el manejo de los desechos hospitalarios a solicitud de la Agencia Internacional de Cooperación del Japón (JICA), que apoyó al país en el plan piloto para el tratamiento y disposición de los desechos peligrosos, que se desarrolló en el hospital Luis Eduardo Aybar. En sus inicios el servicio debió ser subsidiado durante unos seis meses, pero, como cuenta Rodríguez, con los años empezó a dar resultados. Hoy, además de zonas francas y hospitales, la empresa es la única autorizada para el manejo de los desechos internacionales que se producen en los barcos. Ésta constituye alrededor del 40% del volumen total que maneja la empresa. Un barco puede producir 120 mil libras de desecho un fin de semana, según dice.