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El café gana adeptos entre los consumidores de té en la India

La bebida escala posiciones entre los gustos de la población adinerada

MONCHO TORRES, Nueva Delhi, India.- En un país como la India, donde el té se considera la bebida nacional, el café ha comenzado a escalar posiciones entre los gustos de la población local más adinerada, que ve en el consumo de ese producto una marca de éxito y modernidad.

"El café es una bebida elitista al no ser tan barata como el té y su consumo en la India se ha visto incrementado tras las reformas económicas implantadas en el país", afirmó a Efe K.K. Mukhopadhyay, directivo de una oficina de Coffee Board of India en Nueva Delhi.

Según ese organismo oficial, dependiente del Ministerio indio de Comercio e Industria, el consumo de café en el gigante asiático ha pasado de las 50.796 toneladas en 1981, a las 115.000 en 2011, lo que supone un aumento del 126 % en 30 años.

Ese incremento se halla avalado por informes como el de la consultoría india Technopal, que señala que el mercado del café en la India -que factura unos 230 millones de dólares- crecerá a un 14 % en los próximos años, hasta alcanzar los 410 millones en 2017.

De acuerdo con Mukhopadhyay, la India consume sobre todo café nacional y lo hace principalmente en el sur, con una mayor tradición cafetera -un 40 % de su producción-, mientras que dedica el restante 60 % a la exportación.

"Pero si todos los indios -unos 1,210 millones- comenzaran a consumir dos tazas de café al día, nuestras reservas anuales se terminarían en 45 días", aseguró el directivo de Coffee Board of India.

Algunos países productores de café ven en ese rápido crecimiento del sector del café en la India una importante oportunidad de negocio, aunque por ahora esas expectativas se ven truncadas, sobre todo, por los altos aranceles que impone el país a la exportación.

Colombia, uno de los principales productores de café del mundo, ha visto limitada su entrada en la India por "aranceles que van del 100 % al 120 %", según explicó a Efe el embajador colombiano en Nueva Delhi, Juan Alfredo Pinto.

"Por ello los gobiernos de Colombia y la India hemos venido discutiendo la posibilidad de revisar esa política arancelaria, que no buscaría desplazar la producción local, sino atender el gusto de los que desean un café de calidad como el colombiano", añadió Pinto.

La entrada del café colombiano a la India, al igual que sucede con el de Brasil, Guatemala o Kenia, se produce principalmente a través de marcas privadas de café instantáneo, como la india Bru o la suiza Nescafé, o de importantes cadenas de cafeterías.

Entre las cadenas de cafeterías presentes en la India destacan la india Cafe Coffee Day (que posee el mayor número de establecimientos con 1,410 -esperan llegar a 2.000 en 2014-) y las internacionales Barista Lavazza, Costa Coffee y Starbucks, la última en desembarcar.

Starbucks abrió su primera cafetería en la India en octubre de 2012 -lo que creó un auténtico fenómeno social, con largas colas frente a los establecimientos para poder entrar- y en la actualidad cuenta con seis locales en Bombay y cinco en Nueva Delhi.

"Hasta ahora hemos recibido una respuesta sorprendente. Iremos allá donde veamos que existe demanda", afirmó a la agencia IANS el director de Tata Starbucks, Avani Davda, una 'joint venture' entre la compañía estadounidense Starbucks y el gigante indio Tata.

El tipo de clientes habituales en la cafeterías locales -según varios estudios- son los menores de 35 años pertenecientes a la pujante clase media-alta india.

Pero al café todavía le queda un largo recorrido para superar el consumo del té entre los indios, según un informe de ASSOCHAN (Asociación de Cámaras de Comercio e Industria de la India). De acuerdo con ese informe, la industria del té en la India crece a un ritmo en torno al 15 % anual, produce el 30 % del té que se genera en el mundo y consume en torno al 25 % de la producción mundial -lo que lo convierte en el país donde más se consume.

Sin embargo, datos como esos no convencen a los tradicionales vendedores de té indios, muchas veces armados únicamente con un hornillo de gas y una tartera, como Pawan Kumar (28 años), que ve en el café una seria amenaza.

Para Kumar todo es una cuestión de dinero: si la persona no lo tiene comprará té, con precios que van desde los 9 a los 27 céntimos de dólar, y si dispone de él, se irá a las cafeterías, donde el café más barato ronda los 1.20 dólares.