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Europa no debe condonar la deuda de Grecia

La perspectiva de impagos impactaría a los mercados y aumentaría el riesgo de otra crisis

Syriza ha ganado las elecciones griegas. Pero, quizás igualmente sorprendente, es el hecho de que el partido de "extrema izquierda" está progresando considerablemente en la lucha por ganar el apoyo de la opinión de la élite en el occidente.

Muchos economistas y políticos de la corriente predominante están tan alarmados por el estado de la economía griega, que han llegado hasta a estar de acuerdo con el argumento de Syriza que la única solución es hacer un corte radical en la deuda nacional de Grecia, que equivale a un 175 por ciento del producto interno bruto.

"La deuda de Grecia debe ser del tamaño adecuado", me comentó uno de los políticos angloparlantes en Davos. "Y los alemanes deberían recordar que se beneficiaron del alivio de la deuda oficial en la década de 1950". Cartas sometidas por ganadores del Premio Nobel y varios artículos de opinión en el Financial Times han presentado argumentos similares.

Por desgracia, una cancelación explícita de la deuda griega causaría más problemas en Europa de los que resolvería. Tres efectos negativos principales podrían resultar de tal decisión. En primer lugar, causaría una reacción política negativa en el norte de Europa, lo cual fortalecería a los partidos de extrema derecha y a los nacionalistas. En segundo lugar, la extrema izquierda y los partidos anticapitalistas ganarían credibilidad en el sur de Europa y presionarían para obtener amortizaciones de deuda similares, así como también ampliar considerablemente el gasto público - algo que podría conducir a un colapso en la confianza del mercado. En tercer lugar, la pérdida de confianza entre los miembros de la UE que resultaría como consecuencia de un impago griego - incluso aunque fuera negociado - haría mucho más difícil mantener la unidad de la UE.

El enfoque en la postura implacable de Alemania plantea cuestiones emocionales acerca de la Segunda Guerra Mundial, pero oscurece el hecho de que casi todos los acreedores europeos de Grecia tienen una visión similar. Para los políticos en países como Finlandia y los Países Bajos fue muy difícil presentar un argumento para justificar el rescate financiero de Grecia. Sus escépticos ciudadanos parecían sospechar que nunca recibirían sus pagos (¡qué conjetura tan absurda!). Si esos temores se justifican ahora, los partidos nacionalistas que se oponían a los rescates se beneficiarán.

Alexander Stubb, el primer ministro de Finlandia, señala que su país ha prestado a Grecia alrededor de €1 mil millones - equivalente a poco menos de 2 por ciento del presupuesto anual del gobierno. Amortizar la mitad de ese dinero en Finlandia - un país que también ha sufrido una profunda recesión - sería políticamente venenoso. Los probables beneficiarios serían los miembros del partido nacionalista True Finns.

Ese patrón se repetiría en otros lugares - siendo el Frente Nacional en Francia y el Partido de la Libertad en los Países Bajos los probables beneficiarios. Carl Bildt, ex primer ministro de Suecia, expresó un sentimiento de la reacción en el norte de Europa, cuando envió un mensaje por Twitter: "Syriza en Grecia ha ganado las elecciones con la promesa de que los contribuyentes de otros países de la UE les pagarán aún más. Una suposición bastante osada".

Los efectos sobre la política de Alemania - la piedra angular de la UE - también serían nocivos. El partido Alternativa para Alemania (AfD), que ahora ha añadido resentimiento a la inmigración a su oposición al euro, sin duda se beneficiaría. Uno de los mayores logros de la canciller Angela Merkel ha sido impedir el surgimiento de un partido de extrema derecha en Alemania, similares a los de Francia, Austria y los Países Bajos. Ese logro está ahora en peligro.

La extrema izquierda de Europa también está alentando a Syriza. La idea de que hay una manera fácil de repudiar la deuda y poner fin a la austeridad debe ser increíblemente seductora para los países con extremas dificultades, tales como España, Portugal, Irlanda e Italia. Partidos que incluyen Podemos en España, Sinn Féin en Irlanda y el movimiento Cinco Estrellas en Italia obtendrán apoyo si Syriza logra recortar la deuda griega. Pero la perspectiva de impagos en toda la eurozona - especialmente en Italia o España - perjudicaría los mercados y aumentaría el riesgo de una nueva crisis financiera. Todos sufrirían las consecuencias.

Incluso sin desviarse a los extremos políticos o sin un pánico financiero, un impago griego podría ocasionar un grave daño. La UE solamente puede funcionar si todos sus miembros creen que los demás países respetarán sus compromisos financieros mutuos y obedecerán la ley europea. Una vez que la idea se debilite de manera concluyente, será casi imposible negociar futuros acuerdos. ¿Cómo convencer a un parlamento alemán o finlandés de votar a favor de otro plan de rescate europeo? ¿Y cómo se espera que conceptos de alta estima - tales como un sindicato bancario - avancen si la confianza mutua se evapora?

Todo esto no significa que Grecia deba simplemente seguir sufriendo. Aunque el monto total de la deuda griega es intimidantemente grande, hay medidas que se pueden tomar - sin recurrir a la medida extrema de un impago total. La cantidad de interés que Grecia paga por su deuda ya ha sido recortada y diferida. Esta política de "extender y fingir" podría refinarse para aligerar la carga de la deuda aún más. El pago de la deuda podría aplazarse hasta que la economía griega obtuviera un cierto crecimiento sostenido. En combinación con las políticas monetarias radicales del Banco Central Europeo, y con los bajos precios del petróleo, podría ayudar a restaurar el crecimiento de la economía griega.

Por supuesto, otro compromiso desorganizado más de la UE sería mucho menos interesante que la condonación de la deuda a la que Syriza se refiere. Pero, teniendo en cuenta todos los otros riesgos, un aburrido compromiso se convierte en algo extrañamente atractivo.

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