Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Finanzas personales
Finanzas personales

La historia de Perla (2/2)

Expandir imagen
La historia de Perla (2/2)

Medio en broma, medio en serio, Perla reiteró su amenaza: “Más vale que me expliques bien el cómo es que voy a disminuir mis deudas y cuotas mensuales, establecer un fondo de emergencia y comprar mi nueva yipeta, Alejandro, porque de lo contrario te recetaré una cita en la Padre Billini.”

“Bien, vamos por parte”, le respondí. “Ahora que tenemos tu balance patrimonial mucho más claro, te voy a plantear algunos pasos a tomar para llegar a donde queremos llegar.”

“¡Manos a la obra!” exclamó Perla.

CONSOLIDEMOS DEUDAS

“Perla: No me gusta el préstamo que tienes con tu asociación (que ojo: igual pudo ser un banco o una cooperativa). La tasa de interés que te ofrecen, aunque buena al 12%, puede ser mejorada.”

“¿Solo es eso lo que no te gusta?”

“No. Para colmo estás sobre garantizándolo, Perla. No solamente tienen garantía hipotecaria sobre tu casa, sino que además permitiste que te ‘secuestren’ tus ahorros. Fíjate: Por un préstamo de RD$3 millones, ellos tienen en garantía tu vivienda (tasada en RD$6 millones) y tus cuentas (con balances de RD$1.5 millón).”

“Al mismo tiempo”, proseguí, “tomaste un préstamo de consumo en ese banco con el que resolviste tu lío de tarjetas a una tasa bastante alta, precisamente porque ya no tenías garantías disponibles.”

“Entiendo. ¿Qué hago?” pregunto ella.

“Aprovechemos esa oportunidad del otro banco múltiple que te llamo para financiarte tu vivienda a un 10% fijo por dos años. Es decir, pongamos tus dos préstamos en uno solo. PERO... Solamente pondrás en garantía la vivienda, así liberando tus ahorros de su autosecuestro.”

“¿Seguro, Alejandro?”

“Si, segurísimo. Luego te explicaré qué haremos con tus fondos liberados.”

“Estoy curiosa sobre eso...”

“Ahora bien, en tu asociación tenías ese préstamo hipotecario a 20 años. Mi sugerencia es que lo bajemos a 13 años.”

“Pero... ¿Y la cuota no será muy grande para mi presupuesto, Alejandro?”

“No. De hecho, hice los cálculos y ahora tu cuota total bajará de RD$66 mil que antes pagabas a solo RD$40 mil. Claro, parte de lo que logramos fue gracias a que garantizamos tu préstamo de consumo, que estaba a una tasa bastante alta. Esa reingeniería nos permite, además de bajar la cuota, acortar el plazo.”

¡EL EFECTIVO ES REY!

“La razón principal de por qué te sientes ‘pobre’ sin serlo”, le expliqué a Perla, “es que aunque tienes muchos activos ninguno estaba líquido. Es curioso, pues en teoría tienes mucha liquidez (¡RD$1.4 millones en ahorros), pero como los tenías ‘secuestrados’, es como si no existieran.”

“Es cierto, Alejandro. De hecho, como solo me permitían acceder a ese ahorro tomando préstamos, ‘resolvía’ con las tarjetas de crédito...” se justificó Perla.

“Lo entiendo, querida doctora, pero también date cuenta que financiarte con tarjetas no es la mejor manera de resolver emergencias o imprevistos.”

“¡Ay! No me digas nada, Alejandro. Eso lo aprendí después... Esos intereses matan a cualquier vivo. Por eso fue que al final busqué el préstamo, para pagar eso a cuotas y a una mucha mejor tasa.”

“Hiciste bien. Además de los intereses, lo que me preocupa de la tarjeta es que si no te planificas o la controlas adecuadamente, terminas gastando mucho más de lo necesario, ¿verdad, Perla?”

“Así fue, así fue...” me admitió apenada.

“Tranquila, lo importante es estar consciente de la falta de control y cambiar comportamiento, además de crear un fondo de emergencia para imprevistos...”

“¿Como que un ‘fondo’, Alejandro?”

“Ya te explicaré, ¡pero antes compremos tu nueva yipeta!”

EL CAMBIO DE VEHÍCULO

“El dinero ya lo tienes, Perla. Vendamos tu viejo carro por RD$400 mil. Toca venderlo bien y sin prisa, pues tampoco es que necesitamos la plata de una vez.”

“¿Cómo así, escribidor?”

“Claro, pasa eso están tus ahorros liberados. Entre la venta del viejo carro y esos fondos, tienes RD$1.9 millones. Saquemos los RD$1.2 millones de la yipeta...”

“¡...y me quedan RD$700 mil en la cuenta!” me completó la idea Perla.

“Claro, con la ventaja que ese nuevo vehículo te requerirá un mucho menor gasto de mantenimiento y hasta de combustible, pues vi que es más eficiente.”

EL FONDO DE EMERGENCIA

“¿Me quedaré con todo ese efectivo en el banco, Alejandro? Es demasiado.”

“De acuerdo contigo. Antes, dime algo: ¿Cuáles son tus gastos mensuales?”

“Hummm... Hice el presupuesto que me recomendaste. Mis gastos fijos rondan los RD$60 mil”, puntualizo Perla.

“Perfecto. Pues saquemos RD$180 mil, o el equivalente de tres meses de gastos fijos, para ponerlos en tu ‘clavito’ o tu ‘fondo de emergencia’. A esa reserva es que recurrirás cuando surjan imprevistos, evitando así financiarte con tarjetas.”

“¡Si, señor! Aunque siguen quedando RD$500 mil en la cuenta. ¿Qué hago? ¡Quién lo diría! ¡Hasta me sobra dinero!” exclamo Perla, riéndose y contenta.

“Ya tienes tu casa, vehículo y fondo de emergencia. ¿Tienes alguna otra meta?”

“No, la verdad. Te admitiré algo: En el fondo, quisiera deber lo menos posible...”

“Excelente. Aunque el 10% es una buena tasa en tu nuevo préstamo, igual podemos abonarle. Así deberás solo RD$2.6 millones (en vez de RD$3.2 millones) y bajaremos tu cuota a la mitad: de RD$66 mil a RD$33 mil.”

“Escribidor: ¡Todavía no me lo creo!”

Visíta nuestro portal Argentarium

TEMAS -