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Reflexiones de un escribidor

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Reflexiones de un escribidor

A VBS, mentor y amigo.

Respondí el teléfono en la oficina prestada donde estaba rehaciendo mi carrera. “Mira”, me instruyó la voz del otro lado, “Si vas a hacer esta vaina tienes que buscarle un nombre. Piensa en algo y me dejas saber de una vez, que no hay tiempo.”

Quien me llamaba era Víctor Bautista, el editor en jefe de Clave Digital, en aquella época un innovador, dinámico y hasta revolucionario proyecto editorial en línea.

Con esa llamada me enteré que pasaría a convertirme en columnista de un medio de comunicación, por primera vez en mi vida.

La experiencia era totalmente nueva para mí y, salvo muy contadas y destacadas excepciones, no existía en el país una gran tradición de columnas de opinión dedicadas exclusivamente a tratar temas del sector bancario y financiero.

Precisamente este mes, que hoy despedimos, cumple aquella “vaina” su primera década. Aprovechando el último día del año, compartiré con ustedes algunas reflexiones y apuntes de mi oficio de escribidor.

¿POR QUÉ “ARGENTARIUM”?

En el 2005, todavía estaba fresca en la mente de muchos no solo la crisis bancaria dominicana de 2003, sino también el corralito de Argentina del 2001.

Hoy parece una broma, pero fueron muchos los que me preguntaban: ¿Tenía el nombre de “Argentarium” algo que ver con ese país y su crisis bancaria?_¿Había algún mensaje subliminal que estaba queriendo transmitir con ese título?

Argentarium viene del latín “argentum” para plata. En Roma de inicios del milenio pasado, existían cambistas de moneda de plata llamados “argentariis”.

De hecho, es famoso el “Arcus_Argentarius”, un monumento del siglo_II d.C. que todavía existe en Roma, construido con donaciones de los argentariis, que eventualmente pasarían a convertirse en los primeros banqueros de Occidente.

Como me había propuesto analizar y escribir exclusivamente sobre temas de banca y finanzas, siempre enfocados en la realidad y la experiencia dominicana, derivamos el nombre de “Argentarium” para la columna. Con el tiempo, “pegó”.

EL PRODUCTO DE UN EQUIPO ESTRELLA

A diferencia de esta columna (que hoy es netamente de opinión), casi todos los trabajos que hemos publicado requieren de un análisis y estudio previo mucho más largo del que muchos se imaginan.

Para el típico Argentarium, dedico hasta seis horas de recopilación estadística y análisis financiero, tratando de identificar alguna coyuntura, tendencia o dato interesante para los lectores.

Datos a mano, comparto los insumos y hallazgos con el equipo de diseño de los medios en los que he trabajado.

En ese sentido, he sido verdaderamente privilegiado de contar con el apoyo de profesionales como José_Manuel_Medrano, Juan Sánchez y Elizabeth Veloz en Clave y ahora con Yolanda Garisoain y Luis Luis en Diario_Libre.

Quizás las mejores entregas de la columna no han sido aquellas con sofisticadas infografías o gráficas estadísticas, sino las que se vistieron con una ilustración, como las que hoy nos regaló Ramón Sandoval y en otros tiempos lo hiciera el ahora famoso artista Gerard Ellis.

Siempre me he considerado un mal escritor. De allí es que viene lo de “escribidor”. Si estas ideas y párrafos llegan a fluir con un mínimo de errores ortográficos, es exclusivamente gracias a la paciencia y cuidado de mis correctores de estilo, Santiago Almada y_Annet Cárdenas.

Aunque he contado con grandes padrinos a nivel editorial, como Adriano_Miguel Tejada e Inés Aizpún (y Fausto Rosario en su momento), desde sus inicios esta columna contó, y cuenta, con un solo mentor, a quien le dedico esta entrega.

DE CLAVE A DIARIO LIBRE

Aunque no me la esperaba, mi salida del entonces semanario_Clave, a las páginas del Diario_Libre, marcan un antes y después en el cómo y a quién le escribo.

Por su naturaleza, en la primera etapa de Argentarium, escribía casi exclusivamente pensando en una audiencia especializada, conformado básicamente por los 25 mil banqueros del país y la élite económica empresarial y burocrática interesada en finanzas.

Al pasar a un medio tan popular y masivo como Diario_Libre, decidí, expresa y conscientemente, cambiar aquella línea técnica y especializada de Clave.

Adaptamos tanto la forma, como el fondo. Quizás lo más relevante fue verme frente a una audiencia no especializada, a la que me debía y que merecía que se le escribiera de una forma mucho más llana y asequible.

He disfrutado (¡y disfruto!) la experiencia inmensamente, pues con el cambio fui, poco a poco, pensando menos en los temas de interés de los banqueros y más en las necesidades y preocupaciones de los usuarios bancarios.

PASO A LA EDUCACIÓN FINANCIERA

Aunque el tercer Argentarium fue dedicado a la protección de los usuarios financieros, fue a partir de mi entrada a Diario Libre, en 2007, que comencé a escribir cada vez más sobre el manejo personal con la banca, especialmente sobre las tarjetas de crédito.

La retroalimentación que recibí de los lectores, por ejemplo, cuando publicamos “El lado oscuro del ahorro” o “Mi tarjeta ideal”, me abrió los ojos a la necesidad de orientación financiera de la gran audiencia de este medio.

Paralelamente a los temas educativos, asumí también una agenda más agresiva en temas vinculados a la defensoría, bajo el entendido que la educación de los usuarios de nada sirve si los proveedores financieros no mejoran sus prácticas.

LA PRIMERA Y LA PRÓXIMA DÉCADA

Hemos avanzado en los últimos diez años, como país y como mercado financiero, tanto los usuarios como los proveedores. Si no me cree, bastará recordar cómo estaba la banca de 2003.

Para mí será un honor mantenerme su escribidor en la próxima década.

¡Feliz 2016 y muchas bendiciones!

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