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Toca aprovechar el momentum

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Toca aprovechar el momentum

Fitch Ratings, la calificadora de riesgos, lo afirma. El Fondo Monetario Internacional también. Las autoridades, desde la Superintendencia de Bancos y el Banco Central, cual padres orondos y complacidos, lo reiteran.

Naturalmente, la Asociación de Bancos Comerciales, orgullosa, lo promueve.

No cabe duda: La banca criolla muestra, en estos momentos, un desempeño operativo y una fortaleza patrimonial en sus balances que, del punto de vista comparativo, tanto en el tiempo como a nivel regional, es extraordinario.

En la primera gráfica captamos la evolución de la calidad bancaria durante los últimos quince años. Extraemos la información de la serie de tiempo estadística más larga que ofrece la Superintendencia de Bancos: 2000-2015.

La perspectiva es valiosa, sobre todo porque incluye el 2003-2004, uno de los períodos más difíciles para la economía criolla, precisamente debido a la crisis detonada por las debilidades estructurales que mostró la banca de entonces.

En el pico de la crisis, que excluye los balances de los bancos quebrados, de haberse tirado a pérdida los activos defectuosos en los balances (carteras y bienes adjudicados), por la insuficiencia de las reservas del momento, se habría castigado el 40.2% de todo el patrimonio bancario.

La principal razón para tanta debilidad residía en la cartera de préstamos, que mostraba una morosidad de hasta 14.7%, la peor en la historia bancaria moderna.

Como vemos en la gráfica, a partir del proceso de reforma y capitalización del sistema, y especialmente del fortalecimiento de las normas bancarias y de la supervisión, se logró una mejora más que sustancial en ambos indicadores.

A partir del 2014, de hecho, se consiguió algo histórico: Lograr que los activos defectuosos estén totalmente provisionados o reservados, de tal manera que la solvencia de todo el sistema ni siquiera se viera afectada en el (muy) hipotético escenario de pérdida total en esos rubros del activo.

Clave para ese logro fue la reestructuración y saneamiento del balance general del coloso público, que en el 2012 estaba sentado sobre RD$8.3 mil millones en deuda morosa, para uno de los peores índices de cartera vencida de entonces: 5.9%.

Tres años después, para el cierre de 2015, Banreservas logró disminuir esos saldos de dudoso cobro a RD$3.6 mil millones o un igualmente histórico 1.3% en morosidad, superado solamente por el 0.9% del coloso privado, el Banco Popular.

LA COMPARACIÓN DE FITCH

En su trabajo más reciente, Fitch Ratings, la calificadora de riesgos más activa en la región, concluyó que de todos los países, sólo República Dominicana proyectaba un dinamismo fuerte en su sector, por el crecimiento económico esperado y por la capacidad de la banca de aprovecharlo.

En la segunda gráfica se justificará la apreciación tan positiva de Fitch de nosotros versus los centroamericanos, tomando en consideración los indicadores sectoriales publicados por el Consejo Monetario Centroamericano (CMCA).

Ojalá que las autoridades profundicen su agenda de analizar y calibrar las normas actuales. Toca aprovechar tan buen momentum, para asegurarnos que la mejora de la última década sea sostenible de cara al próximo ciclo económico.

Mientras tanto, reconozco lo bien hecho y aspiro a que tanta fortaleza beneficie más ampliamente a toda la nación.

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Infografía