Todavía no, Señor Presidente

Siempre ten cuidado de tus momentos de triunfalismo, advertía el periodista británico Martin Jacques: “Tales emociones son malos consejeros para el futuro.” La sabiduría es válida y aplica al sentimiento de “¡Ya cumplimos!” en retos tan importantes para el país como es el acceso al crédito agropecuario.

En su más reciente visita sorpresa, el presidente Danilo Medina anunció que dado los RD$41.9 mil millones desembolsados por el Banco Agrícola en sus tres años de gestión, y un monto indeterminado del FEDA, la meta propuesta de prestar RD$44 mil millones ya se había cumplido... ¡Y en solo tres años!

Realmente, aunque son innegables las buenas intenciones, los esfuerzos y los avances logrados en torno al crédito agropecuario en estos últimos años, particularmente desde el Banco Agrícola, peca de ingenuo pensar que una meta estructural tan compleja y difícil como profundizar el acceso al crédito se cumpliría en tan poco tiempo o con las medidas tomadas hasta la fecha.

Específicamente, en torno al Banco Agrícola hay que destacar que se ha logrado un muy considerable aumento en el crédito neto al sector. Lo estimamos, entre junio de 2012 y marzo de 2015, en más de RD$5 mil millones, un monto cinco veces superior al ejecutado, por ejemplo, en el cuatrienio justamente anterior.

Para lograr ese nivel de reactivación crediticia, evidentemente que el Agrícola ha requerido de una dinamización de su estructura, y de un apoyo financiero de parte del Gobierno Central, que indudablemente debemos reconocer. Y aplaudir.

En nuestro análisis, ignoramos al “FEDA”, pues es imposible cuantificar, con seriedad, su nivel de actividad crediticia o el desempeño de sus préstamos, por la ausencia de la más mínima transparencia, más allá de lo que podemos recolectar de discursos y declaraciones sueltas que realiza el propio presidente Medina.

DESEMBOLSOS BRUTOS... ¿O NETOS?

Quiero pensar que se cometió un error de buena fe, al confundir los montos desembolsados con una real meta de aumento del crédito neto al sector agropecuario.

Imagínese un banquero que inicia sus operaciones. Si usted presta RD$100, y al cabo de un año cobra esos RD$100 más los correspondientes intereses, ¿celebraría usted su desempeño? Pienso que no. Al final, cuando inicie su próximo período de gestión, comenzará de cero nuevamente.

No dudo que a favor del campo, el Agrícola ha desembolsado RD$41.9 mil millones. Como tampoco dudo que, al mismísimo tiempo, se le ha cobrado al productor agropecuario alrededor RD$36 mil millones y, por lo tanto, es que se logró el aumento neto de RD$5 mil millones.

En septiembre de 2011, el entonces candidato presidencial Danilo Medina habló de emitir un bono soberano de US$1 mil millones para canalizar al sector agropecuario y canalizarlo a través de la banca privada.

Observe dos elementos: No sería el Banco Agrícola el gestor. Sería la banca privada el canalizador de los recursos.

El más importante es que la meta eran RD$44 mil millones netos, no brutos. Aquel bono soberano, de haberse colocado, hubiese generado un volumen de desembolsos, en estos últimos tres años, de varias veces ese monto (por lo menos RD$100 mil millones), pues el dinero cobrado se recicla y presta nueva vez.

Medina cifraba el crédito agropecuario en US$370 millones a diciembre de 2010. Y dijo: “El sector agropecuario al que aspiramos es de unos RD$35,000 millones (o US$915 millones) anuales.” ¿Qué nivel alcanza ahora? Usando la misma metodología que usó don Danilo entonces, estamos en exactamente el mismo sitio, y enfrentando el mismo nivel de déficit que en el 2010.

Lo cierto es que el crédito agropecuario, como por ciento del total de préstamos guarda ahora la misma proporción que en el 2012. En relación con el producto interno bruto, también es igual.

El crédito que sí creció fue al consumo, y con las tarjetas de crédito: Más de RD$70,000 millones. Ahí sí lo logramos. ¿Pero con el campo? Todavía falta, Señor Presidente. Revise sus números.

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Alejandro Fernández W.