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El caos en el transporte es un desorden bien organizado

Todos los entrevistados coinciden en que la solución descansa en manos del gobierno

SANTO DOMINGO.- Pese a que República Dominicana es uno de los países donde más caro se venden los combustibles en América Latina, se da el "lujo" de ser unas de las naciones con mayor cantidad de automóviles per cápita. Al menos dos de cada cinco ciudadanos poseen vehículo.

Al cerrar el 2011 el parque vehicular en el país ascendió a 2,917,573 unidades, con un aumento de 121,977 de nuevo ingreso comparados con el 2010. Automóviles no aptos sacados de circulación: ninguno. Vale anotar que el 95.9 por ciento tiene como mínimo seis años de uso.

Del total de vehículos de motor hay al menos 1,487,962 (51%) motocicletas, 671,041 (23%) automóviles y el resto se divide entre unidades de carga de dos ejes en adelante, dígase camiones y patanas.

Pero la razón de este reportaje no es resaltar las actualizaciones del Departamento de Estudios Económicos y Tributarios de la Dirección General de Impuestos Internos, sino buscar el trasfondo de por qué el desorden vehicular no es tan casual como se pinta.

El primer factor por considerar es el exceso de vehículos. Sólo en el Distrito Nacional pululan cerca de 904,447 (31%), seguido por 466,811 (16%) por el gran Santo Domingo y un tercer puesto para Santiago con 233,420 (8%). Ni 26 provincias juntas superan la flotilla capitalina.

-¿En qué país del mundo hay un concho tan destartalado como aquí? - se pregunta con notoria exaltación Antonio Marte, presidente de la Confederación Nacional de Transporte (Conatra). Prosigue -eso no es culpa mía; yo debería meterle un millón más de carros para ver si el diablo nos termina de llevar a todos-.

También José Jáquez, portavoz de la Autoridad Metropolitana del Transporte, considera que se debe orquestar un plan gubernamental dirigido a reciclar los vehículos que, más que quemar carburantes, contribuyen con el epitafio de la capa de ozono.

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¿Es despreocupación del gobierno o el desorden tiene intención maquiavélica?


Una solución viable que se muestra es educar a los bachilleres para que al conducir lo hagan con la debida moderación. Lo curioso es que la asignatura Educación Cívica fue retirada de las aulas sin razón aparente y, sin chance a la duda, ha hecho mucha falta.

Una respuesta a considerar la arroja Juan Hubieres, presidente de la Federación Nacional de Transporte la Nueva Opción.

-Que haya grandes tapones le conviene al gobierno porque se consume más combustibles y, por ende, son más recursos fiscales que le entran al Estado; por cada galón de gasolina consumido se pagan de impuestos 63.23 pesos si es premium y 55.95 si es regular.

Pero el sindicalista no se queda ahí: "Este es el país de lo absurdo. Un gobierno necesita mayor consumo, en cosas que debemos ser racionales, para ganar más dinero, despilfarrarlo y hacerse millonarios", enfatiza con vehemencia.

Y para fermentar la hipótesis de los sindicalistas, la DGII revela que "la recaudación total por concepto de vehículos de motor en el 2011 fue de RD$6,167.8 millones, superando al 2010 en RD$88.5 millones. La recaudación por emisión de primera placa y traspasos en el año 2011 aumentó RD$30.5 y RD$38.7 millones respectivamente".

Todos coinciden en que la política de reciclaje vehicular está ausente. Cualquiera que desee conducir un pedazo de metal con gomas lo hace sin el menor cuidado. Esto multiplica el desorden colectivo y al parecer no se tienen medidas concretas para frenar esa práctica.

Falta de educación

Otra punta de lanza en esta batalla diaria es la carente formación mostrada por los conductores. Los organismos internacionales, según la Amet, clasifican la educación de las masas según cómo se desarrolle el tránsito diario.

El organismo facultado para controlar el tránsito vehicular levantó en una semana 12,000 infracciones contra conductores de vehículos pesados que se desplazaban por la izquierda, cuando la ley determina que deben hacerlo siempre por su derecha.

-Hay personas desaprensivas que no tienen la formación desde el hogar ni en la escuela, por ende, no respetan las reglas de tránsito-, reflexiona Jáquez.

Un punto de vista similar es el de Julio Horton, director de la Oficina Técnica del Transporte Terrestre, quien entiende que "no hay un país que se desarrolle si sus ciudadanos no tienen una educación y cultura de buenos modales. Pero la formación debe ser general, no solo de los choferes".

Contrario a los anteriores, Hubieres señala que no se trata de si hay o no educación, sino de una notoria falta de autoridad. Confiesa que conoce abogados, médicos y maestros que conchan igual que los demás choferes denominados incultos.

Después de musitar un desahogo impronunciable, el presidente de Fenatrano propone unificar todas las instituciones que tienen que ver con el transporte y organizar una institución o ministerio "y no tener muchos vagos cobrando tanto dinero".

Mal estado de las calles


Falta de educación y un exceso de vehículos, dos factores que pondrían de cabeza cualquier país organizado. Sin embargo, hay otra arista en este sudoku: el mal estado de las vías.

El gobierno -usualmente durante proselitismo político- implementa el denominado "plan de asfalto" cuya intensión es reparar algunas rutas averiadas y construir las que hagan falta.

La queja común de los choferes es que las dichosas reparaciones no perduran un trimestre para deshacerse. Algunos conductores que transitan por la avenida La Marginal, paralela a Las Américas, se han manifestado en varias ocasiones por la misma razón, pero el eco de sus quejas al parecer no llega hasta los oídos de las autoridades competentes.

Se supone que los túneles, elevados y pasos a desnivel desintegren el caos, pero en horas pico no hay desvío que valga. Entre 7:00 y 9:00 de la mañana el caos que se forma en los tres puentes que unen la parte Este de la provincia con el Distrito Nacional es apoteósico. Igual situación ocurre entre las 5:00 y 7:00 de la noche.

En lo que sí coinciden todos los entrevistados es que mientras no exista una disposición gubernamental para mejorar el problema, el caos seguirá teniendo el control.