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Coches para salir de la crisis económica en España

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Coches para salir de la crisis económica en España
El sector de los automóviles ha crecido 11.1% en 2015. (EFE/ANDY RAIN/ARCHIVO)

VIGO. En medio de la crisis económica española, algunos sectores, como el del automóvil, lograron limitar los daños convirtiéndose incluso en símbolos de la recuperación, principal argumento del presidente conservador Mariano Rajoy de cara a las elecciones generales del domingo.

“Incluso en los peores momentos de la crisis, el sector del automóvil ha logrado sobreponerse a las dificultades y ser un signo de esperanza y de crecimiento para todos”, decía en febrero el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy.

Con un crecimiento de la producción en 2015 del 11,1% frente al 3,3% para Alemania y el 4,4% para Francia, España, en la que están presentes todos los grandes constructores desde Renault a Volkswagen pasando por Nissan, ocupa la novena plaza en una clasificación dominada por China, Estados Unidos, Japón y Alemania.

La construcción de coches y componentes aporta el 10% del PIB español y es, junto con el turismo y la industria agro-alimentaria, uno de los motores de una economía que volvió a la senda del crecimiento en 2014.

Tras atravesar la dura crisis que afectó a España, la industria automovilística mejora, especialmente desde 2013-2014, y muy particularmente en el sector de los componentes para coches.

“Estamos viendo una cierta recuperación, en niveles cercanos a antes de la crisis”, dice Fernando Macías, director de la División Europa Sur del gigante de los componentes para automóviles español Gestamp, una de cuyas factorías se encuentra en Galicia, una región en la que la automoción aporta el 14% del PIB.

Senda ascendente

El sector de los componentes, clave en la industria de la automoción al aportar el 75% del valor del vehículo y en el que la mayoría de las empresas son españolas, facturó en 2014 29.723 millones de euros, según la asociación de empresas de componentes Sernauto, frente a los 22.988 millones de 2008-2009.

En el ámbito laboral, el sector sufrió una brusca caída desde los 245.666 asalariados en 2007 a los 169.936 al año siguiente, lo que llevó a las empresas a negociar concesiones.

“Sobre todo lo que se ha negociado es flexibilidad, congelación salarial, salarios inferiores para los nuevos trabajadores, algunos con previsión de recuperación a futuro, jubilaciones anticipadas y en algunos casos ya extremos también los despidos”, dice Isabel Fernández, del sindicato Comisiones Obreras.

Los sindicatos prevén además un alza de las reivindicaciones salariales con la reactivación del crecimiento.

El sector perdió un 20% de sus empleados frente al 28% del conjunto de la industria española.

Desde entonces, esta industria ha iniciado una senda ascendente, apoyada esencialmente en las exportaciones, y Sernauto prevé un crecimiento de la facturación del 7% en 2015 hasta casi los 32.000 millones de euros, cerca de su facturación de 2007.

Gestamp, que facturó 2.013 millones en 2009, espera alcanzar los 7.000 millones de euros este año, añade Macías, cuyo grupo emplea a unas 32.000 personas en 95 plantas en 20 países.

Junto al grupo Antolín, otro peso pesado español de los componentes, Gestamp es un emblema internacional en su sector al nivel del grupo Inditex (Zara) en el textil.

Investigación y desarrollo

“Vemos el presente y el futuro con moderado optimismo”, dice también José Antonio Rodríguez Estévez, consejero delegado del grupo Copo, cuya empresa tuvo que recurrir a un plan de ajuste para superar las pérdidas de 2011 y 2012 y volver a crecer en 2013.

En su factoría de Mos, una de las cuatro con que cuenta en Galicia (noroeste), los operarios vestidos con sus batas grises rellenan con espuma los moldes, de los que luego saldrán asientos para diversos vehículos.

Para este año Rodríguez, espera un crecimiento del 5%.

En la mejora de la competitividad y la productividad, el sector, muy orientado al exterior, apuesta por la innovación y el valor añadido.

“La I+D es clave en nuestro posicionamiento, queremos ser un socio tecnológico”, dice Macías, cuyo grupo ya es pionero en el uso de la estampación en caliente para producir componentes más ligeros y resistentes.

Por su parte, Copo, que cuenta con 770 trabajadores en sus factorías de Cuba, Portugal, México y República Checa, recuperó recientemente el 100% de su filial de I+D, tras adquirir el 50% que había vendido en 2012 para ganar liquidez.

Tras la crisis, “se nota que todos los proyectos de I+D retoman fuerza, sobre todo en temas más críticos como la reducción de costes” o reducción de emisiones, entre otros, señala Chantal Millet, del Centro de Automoción de Galicia (CETAG).

Por Gabriel Rubio Giron

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