Pocos empleadores buscan certificación para trabajadores menores de edad
El Código Laboral contempla que adolescentes entre los 14 y 16 años pueden dedicarse a ciertas labores con autorización
Mariela Mejía
SANTO DOMINGO. Ronald Agramonte tiene 22 años y trabaja desde los cuatro. Durante una década laboró con su padre en la finca de un hacendado en las lomas de Gaspar Hernández. Se afanaba como un “hombre grande”. Retornaba a su casa sudado y sucio. Emigró luego a Santiago para seguir trabajando, lo que motivó a que dejara los estudios en segundo del bachillerato.
Aunque él considera que los afanes de su niñez lo hicieron una mejor persona, no desea que su hijo de seis años pase por lo mismo. No debiera ser, pues el Código de Trabajo de la República Dominicana prohibe que los menores de 14 años trabajen. Esto Ronald no lo sabía, sin embargo, negarse iría en contra de la cultura campesina de que los hijos deben ayudar a los padres en las tareas del hogar.
Pero dentro de la prohibición, el trabajo infantil tiene sus excepciones legales y están contenidas en el Código de Trabajo, sin embargo, reciben poca atención, conforme registra el Ministerio de Trabajo.
El artículo 17 del Código de Trabajo establece que un menor emancipado o no que haya cumplido 16 años, se reputa mayor de edad para los fines de un contrato laboral. El no emancipado, mayor de 14 pero menor de 16, puede acordar uno con la autorización de sus padres o tutores. Este permiso debe hacerse por escrito, debidamente certificado ante el Departamento de Trabajo o la autoridad local competente, y entregarse al empleador.
Además, el Ministerio de Trabajo puede emitir permisos para autorizar que menores de 14 años puedan ser empleados en espectáculos públicos, en la radio, la televisión o actuación en películas. Sin embargo, aunque se observa una presencia de menores en estos tipos de actividades, la institución solo reporta haber otorgado tres en los últimos 10 años (2005-2015).
El reglamento para la aplicación del Código de Trabajo ordena que el Ministerio provea a los menores una cartilla laboral como prueba de que no hay objeción médica para el empleo que desempeñará.
Si el trabajo a realizar está considerado entre las peores formas o trabajo peligroso, por ejemplo, laborar en una fábrica de baterías, hay que esperar a ser mayor de edad, es decir, tener 18 años.
A continuación, un ejemplo del certificado de aptitud
En 10 años, el Ministerio emitió pocas certificaciones de Aptitud para el Trabajo del Menor. Además de las tres anteriormente citadas para actividades artísticas, 12 fueron para trabajos en hoteles y restaurantes, tres para comercio, reparación de vehículos, efectos personales y enseres domésticos, y dos para industrias manufactureras.
Al preguntarle a Federico Gomera, director del Servicio de Inspección del Ministerio de Trabajo, el porqué en 10 años solo se han concedido 20 certificaciones, responde que a los empleadores no les interesa contratar menores de edad porque solo pueden trabajar seis horas.
Sin embargo, reconoce que en el área del arte a veces desconocen que se deba solicitar un permiso. Indica que es al Ministerio Público al que le compete sancionar a un empleador que no solicite la autorización para que un menor participe en un actividad ligada a esta rama.
Diario Libre indagó en la Procuraduría Fiscal de Niños, Niñas y Adolescentes si existen registros de sometimientos de padres o empleadores por trabajo infantil y no se pudo conseguir un reporte.
La tecnología y el estudio no han frenado el trabajo infantilA pesar de los avances tecnológicos, el acceso a la educación y el trabajo en las comunidades para orientar a los padres sobre el trabajo infantil, en la República Dominicana el 12.8 % de los niños entre 5 y 17 años hacía algún tipo de trabajo en 2014, representando aproximadamente 300 mil (que en su mayoría no entran en el renglón de asalariados).
El porcentaje es el último medido por la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR), que en su versión 2009-2010 arrojó una cifra un poco más elevada: 15.5 %.
De acuerdo a los registros del Ministerio de Trabajo, en la provincia María Trinidad Sánchez, especialmente en el municipio cabecera Nagua, se ha retirado la mayor cantidad de niños y adolescentes del trabajo infantil en los últimos 10 años. Los removidos han sido más de 300, especialmente de labores de siembra de arroz en los amplios terrenos dedicados para el cultivo.
Solo en 2013 se retiraron del trabajo infantil -a nivel general- 33 menores que se dedicaban a recoger basura en un vertedero, 81 que laboraban en servicios y 53 en comercios.
“La intención es que los niños no trabajen”, afirma Federico Gomera, director del Servicio de Inspección del Ministerio de Trabajo. “El problema es que cuando viene el pago, como le dicen en el campo, ya el niño le va cogiendo el gusto al dinero, y muchas veces se incorpora en el mercado de trabajo y después no quiere seguir estudiando”, agrega.
Un estudio realizado en 2011 por la Procuraduría General de la República sobre los factores psicosociales en hombres internos en cárceles por feminicidios, encontró que 15 reclusos habían sido sometidos a trabajo infantil.
En otra investigación realizada en 2006 por la Organización Internacional del Trabajo, se determinó que el 70 % de los niños residentes en tres comunidades de Azua dedicaba una gran parte de su tiempo a labores agrícolas y domésticas. Esto motivaba una repitencia escolar más alta que el promedio nacional. Ese año el Ministerio de Trabajo retiró 85 menores del trabajo infantil en esa provincia. Posteriormente se removieron 37 en 2008 y 15 en 2011.
Gomera afirma que el programa escolar de jornada extendida ha contribuido en parte a disminuir la cantidad de menores que trabajan. “Ya los niños se van desde la mañana a la escuela –dice- y regresan en la tarde, entonces no tienen posibilidades de trabajar, porque eso es parte de todas las políticas que ha ido tomando el Gobierno Central para ir combatiendo la pobreza y, por vía de consecuencia, el trabajo infantil”.
En el siguiente vídeo puede verse la evaluación que hace Gomera sobre el trabajo infantil
Mariela Mejía
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