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Acuerdo con las FARC no está consumado hasta que los colombianos

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Acuerdo con las FARC no está consumado hasta que los colombianos
Acuerdo de paz tuvo la atención de todo el mundo. (FOTO DE ARCHVIO)

Los colombianos tienen sentimientos ambivalentes acerca de algo que el resto del mundo apoya.

Cuando el Reino Unido votó a favor del “Brexit”, gran parte del mundo experimentó una sensación de incredulidad. Ante la perspectiva de que Donald Trump se convierta en presidente de EEUU, la gente alrededor del mundo ha reaccionado con pavor. Y a medida que más bombas caen sobre la sitiada ciudad siria de Alepo, numerosas personas han llegado a estar tan insensibilizadas por el espantoso ataque que ya ni saben qué sentir.

Por eso el acuerdo de paz de Colombia esta semana proporcionó un raro momento de esperanza. El acuerdo — firmado entre el gobierno y el mayor grupo rebelde marxista del país — hace que caiga el telón sobre los movimientos revolucionarios latinoamericanos inspirados por la guerrilla y corre paralelamente a la esperanza de un cambio en la Cuba comunista. Además, si la violenta Colombia puede poner fin a su conflicto — el más antiguo del hemisferio occidental — existe la esperanza de que la aparentemente eterna crisis en la vecina Venezuela también se pueda resolver.

En un mundo acosado por la división y el rencor, sin duda ésta es una razón para sentirse bien.

Si sólo fuera tan simple.

La mayoría de los colombianos se sienten extremadamente ambivalentes con respecto a lo que el resto del mundo apoya con tanto entusiasmo. Sus sentimientos se darán a conocer este domingo en un referéndum nacional que ratificará o rechazará el acuerdo de paz. El estado de ánimo antes de la votación se asemeja en gran parte al de la campaña antes de la votación del Reino Unido sobre si salirse o no de la Unión Europea (UE).

Las similitudes son sorprendentes. Al igual que con la campaña en el Reino Unido para permanecer en la UE, la campaña de ‘Sí a la Paz’ en Colombia a veces ha tratado a la del ‘No’ con condescendencia metropolitana. ¿Cómo se puede estar en contra de la paz?, expresa el “ortodoxo” subtexto. “Fácilmente”, viene en respuesta: los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC, son unos “narcoterroristas” en quienes nunca se podrá confiar.

La campaña colombiana del ‘No’ también se ha aprovechado del miedo, tal como lo hizo la campaña del “Brexit”. Mientras que quienes apoyaban la salida de la UE pronosticaban que el Reino Unido sería invadido por inmigrantes refugiados si permanecía en la UE, los partidarios del ‘No’ en Colombia pronostican que permitirles a los miembros de las FARC que depongan sus armas y que se conviertan en políticos va a dar lugar a una subversión en el país al estilo del “Castro-chavismo” venezolano.

Al igual que en el Reino Unido, el gobierno de Colombia ha buscado las opiniones de “expertos” extranjeros y de líderes mundiales, desde el Papa hasta Barack Obama, para reforzar el caso del ‘Sí’. Un mensaje implícito, como en el Reino Unido, es que el ‘No’ disminuirá la imagen internacional del país, lo cual seguramente sucedería. Existen preocupaciones en los círculos empresariales de que un ‘No’ minaría la confianza de los inversionistas y causaría un colapso de la moneda, tal como ocurrió en el Reino Unido. No obstante, la mayoría de los partidarios del ‘No’ siguen adelante, independientemente de las opiniones. Mientras mayor sea el apoyo internacional a un voto por el ‘Sí’, mayor será el sentimiento de ser objetos de la condescendencia y mayor será el vigor de los argumentos de que las complejidades de la historia colombiana se están ignorando. Esto se asemeja levemente a los argumentos en apoyo del “excepcionalismo británico” promulgados por los defensores del “Brexit” a pesar de un apoyo internacional casi universal de la permanencia del Reino Unido en la UE.

Fue conmovedor estar en la plaza de Cartagena el lunes en donde tuvo lugar la firma del acuerdo de paz. Todo el mundo vestía de blanco. Gran parte de la audiencia estaba consumida por los recuerdos privados del conflicto, y lo que pudiera significar su resolución. A mi izquierda, una mujer lloraba en silencio. A mi derecha, un hombre de negocios se enjugaba las lágrimas. Detrás de mí, un capitán de la policía consolaba a su esposa. Sin embargo, pocos de los 50 millones de habitantes de Colombia votarán con una emoción tan profunda.

Cada acuerdo de paz, al igual que todo tratado o acuerdo comercial internacional, representa un compromiso. Así es que si hubiera una opción en la papeleta que permitiera elegir “Sí, pero ...”, ganaría fácilmente. Sin embargo sólo hay dos opciones: ‘No’ y ‘Sí’. Las encuestas indican que prevalecerá el voto por el ‘Sí’. Pero, después de la votación del “Brexit”, ¿quién todavía confía en las encuestas?

Igual que lo hicieron los votantes del Reino Unido, los colombianos van a votar con su conciencia este domingo, independientemente de cualquier campaña. Definitivamente, habiendo hablado con colombianos de todas las clases sociales, todavía no he encontrado a un entusiasta votante por el ‘Sí’. Más personas dicen que van a votar por el ‘No’, si tan siquiera se molestan en votar. Una sorpresa desagradable es ciertamente posible. Y los que temen una presidencia del Sr. Trump tomarán eso como un mal presagio de la elección estadounidense en noviembre.

Por John Paul Rathbone, (c) 2016 The Financial Times Ltd. All rights reserved

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