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Inflación
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Banco central de Brasil se compromete a controlar la inflación

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Banco central de Brasil se compromete a controlar la inflación
La presidenta de Brasil, Dilma Roussef. (AP/ARCHIVO)

El banco central de Brasil está dispuesto a hacer lo que sea necesario para controlar la inflación conforme el país se enfrenta al difícil tema de cómo reequilibrar las finanzas públicas de la nación, dijo un alto funcionario.

Tony Volpon, director de asuntos internacionales del banco central, dijo que aunque el aumento de los impuestos para balancear el presupuesto podría aumentar los precios, se adaptaría la política monetaria para garantizar que eventualmente la inflación coincida con el objetivo oficial del 4.5 por ciento. La inflación anual está actualmente al 9.6 por ciento.

“Preferiría que tuviéramos una situación fiscal sostenible incluso si eso significara mayores presiones inflacionarias que necesitáramos controlar”, dijo el Sr. Volpon en una entrevista en la sede del banco central en Brasilia.

“Sabemos cómo lidiar con eso y estamos listos y dispuestos para lidiar con eso una vez más y bajar la inflación hasta el objetivo”.

Los comentarios ocurrieron después de que la moneda brasileña, el real, cayera la semana pasada por debajo de su nivel mínimo histórico contra el dólar de más de R$4 — una devaluación que se detuvo solamente después de que el presidente del banco central Alexandre Tombini amenazó con una posible intervención usando las reservas de divisas de Brasil.

La situación de la moneda reflejó el sentimiento bajista en los mercados emergentes después de que la Reserva Federal de EEUU decidiera no aumentar las tasas de interés citando la debilidad de la economía china.

También mostró la falta de confianza en la sostenibilidad fiscal brasileña después de que el titubeo del gobierno en cuanto a los objetivos del déficit presupuestario le costara al país su calificación de grado de inversión por parte de Standard & Poor’s.

La presidenta Dilma Rousseff ha estado intentando pasar un ajuste fiscal a través del congreso para controlar la creciente carga de la deuda pública de Brasil, pero varios legisladores desafiantes han rechazado partes del plan, especialmente los aumentos de impuestos.

“Quizás la Reserva Federal pensó que estaba haciendo algo útil al no aumentar las tasas de interés”, dijo el Sr. Volpon, ex presidente de investigaciones de mercados emergentes de Nomura y quien se unió al banco central a inicios de este año. Pero al llamar la atención acerca de sus preocupaciones sobre China mediante su decisión, “aceleró las ventas de los mercados emergentes”.

El Sr. Volpon dijo que a pesar del sentimiento bajista, los mercados estaban exagerando el riesgo de que Brasil no pueda implementar un ajuste fiscal sostenible.

“Éste es un país ... donde el sector público es aún un acreedor neto en dólares”, dijo el Sr. Volpon. “Tenemos aproximadamente US$50 mil millones de deuda externa soberana total contra US$370 mil millones en reservas”.

El Sr. Volpon dijo que el país ya se estaba ajustando en tres áreas importantes.

La aguda depreciación de la moneda estaba reduciendo el actual déficit por cuenta corriente a niveles más sostenibles.

También estaba reviviendo las exportaciones netas después de años en que éstas se vieron aplastadas por el fuerte tipo de cambio durante el superciclo de los productos básicos de la última década, cuando Brasil vendió mineral de hierro y soja a una China próspera a precios históricos.

La política monetaria también estaba resistiendo bien y el banco central mantiene su tasa referencial SELIC (tipo de interés a un día) a un máximo de 14.25 por ciento.

Donde había atrasos era en el ajuste fiscal. Esto se debía a un cambio estructural en la economía que había creado un déficit en los ingresos estatales — déficit que habría que resolver mediante mayores recortes de gastos o mayores ingresos.

“Se vio aumentar continuamente la carga fiscal mientras teníamos el auge impulsado por China”, dijo el Sr. Volpon. “Estábamos prácticamente en una situación totalmente beneficiosa. Había suficiente dinero para las ganancias, había suficiente dinero para los salarios, había suficiente dinero para los impuestos”.

Pero con el fin del auge, la capacidad de las empresas brasileñas para producir el mismo ingreso fiscal había desaparecido. De esta nueva realidad se estaba dando cuenta la sociedad, atizando el debate entre la Sra. Rousseff y el congreso acerca de qué debe sufrir un recorte económico.

El Sr. Volpon dijo que aunque el debate no estaba procediendo tan rápidamente como les gustaría a los mercados, estaba progresando.

En particular, la turbulencia del mercado de la semana pasada había mitigado la resistencia en el congreso a medidas fiscalmente responsables. La semana pasada los legisladores no se opusieron a los vetos presidenciales de un grupo de leyes populistas que si hubieran sido aprobadas, habrían aumentado notablemente el déficit presupuestario.

“No creo en lo absoluto que estemos en una especie de espiral insostenible”, dijo el Sr. Volpon.

Dijo que por su parte, el banco central estaba esperando a ver qué nuevas medidas se acordaban entre el gobierno y el congreso para garantizar que el país logre reducir el déficit presupuestario. Discusiones recientes se han enfocado en la reintroducción de un impuesto sobre las transacciones financieras, el CPMF.

El Sr. Volpon dijo que sin importar cuál decisión se tomara, el banco central esperaba tener más claridad antes de la próxima reunión de su comité de política monetaria el 21 de octubre, en la cual se debatiría lo necesario para lidiar con las implicaciones de la inflación.

(c) 2015 The Financial Times Ltd. All rights reserved

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