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Barcos de guerra estadounidenses desafiarán a China en el Mar de China Meridional

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Barcos de guerra estadounidenses desafiarán a China en el Mar de China Meridional
Marines filipinos y estadounidenses participan en unas maniobras conjuntas en San Antonio en la provincia de Zambales al norte de Manila el 9 de octubre de 2015. (EFE/FRANCIS R. MALASIG)

EEUU está listo para enviar barcos de guerra a los alrededores de las islas artificiales de China en el Mar de China Meridi?nal con el propósito de enviar a Beijing la señal de que EEUU no reconoce los reclamos territoriales chinos sobre esa área.

Un alto oficial estadounidense le dijo al Financial Times que los barcos navegarían dentro de las zonas de 12 millas náuticas que China reclama como su territorio alrededor de algunas islas que ha construido en el archipiélago Spratly. El funcionario, quien pidió permanecer anónimo, dijo que se esperaba que las maniobras comenzaran en las próximas dos semanas.

La medida, que probablemente aumentará las tensiones entre ambas potencias, llega en momentos en que existen desavenencias sobre varias cuestiones, incluyendo acusaciones estadounidenses de que China está involucrada en ciberespionaje comercial.

La asertividad de China en el Mar de China Meridional ha crecido en los últimos años, y sus barcos se han involucrado en actividades que, según EEUU, amenazan la libre navegación en un área a través de la cual transita el 30 por ciento del comercio mundial. Durante los pasados dos años ha incrementado sus actividades marítimas, recuperando miles de acres de tierra para su uso como aeropuertos y otras instalaciones militares que tienen como fin aumentar la proyección de su fuerza en el Pacífico.

Expertos militares dicen que la construcción de islas tiene el propósito de extender el objetivo de China de construir una “armada de aguas profundas” que pueda operar lejos de la costa, especialmente más allá de la llamada “primera cadena de islas” que abarca el Mar de China Meridional, el Mar de China Oriental y el Mar Amarillo y los separa del Pacífico.

Barcos de guerra chinos también han estado operando en aguas cercanas a EEUU. El mes pasado cinco buques navegaron cerca de la costa de Alaska mientras el Sr. Obama estaba de visita en la región ártica — lo más cercano que ha estado la armada china al territorio continental de EEUU sin invitación.

Durante meses, Ashton Carter, secretario de defensa estadounidense, ha estado intentando obtener permiso para llevar a cabo acciones marítimas más enérgicas. La Casa Blanca se había opuesto por temor a que tales acciones escalaran la situación en las disputadas aguas del Mar de China Meridional. Pero finalmente accedió después de que los funcionarios no lograron progreso alguno en cuanto a la situación durante la reciente visita del presidente chino Xi Jinping a Washington.

En su conferencia de prensa con el Sr. Xi el mes pasado, el presidente Barack Obama dijo que había expresado “importantes preocupaciones sobre la reclamación de las tierras, la construcción y la militarización de las áreas en disputa”, y enfatizó que EEUU “continuaría navegando, volando y operando en cualquier parte que las leyes internacionales lo permitieran”.

Paul Haenle, ex asesor del Sr. Obama sobre China y director del Centro Carnegie­Tsinghua en Beijing, dijo que aunque las operaciones de la armada estadounidense pudieran crear ciertas fricciones a corto plazo, todo sería beneficioso para EEUU a largo plazo.

“A largo plazo”, dijo el Sr. Haenle, “un acercamiento enérgico puede ayudar a estimular el comportamiento constructivo y garantizar la seguridad y prosperidad en la región”.

Aunque los barcos estadounidenses navegan de forma rutinaria las aguas internacionales en el Mar de China Meridional, EEUU se ha abstenido de enviarlos hacia la zona de 12 millas náuticas de las islas artificiales desde el año 2012, que fue antes de que China incrementara sus actividades de construcción alrededor de las Islas Spratly.

El nuevo rumbo pretende reforzar la postura estadounidense de que los reclamos chinos no están acordes a las leyes internacionales, incluyendo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR).

Al hablar en Australia esta semana, el almirante Scott Swift, comandante de la Flota del Pacífico de EEUU, criticó a China indirectamente al decir “algunas naciones ven la libertad de los mares como algo que está a disposición de cualquiera” y como algo que podría “redefinirse mediante una ley doméstica o mediante la reinterpretación de las leyes internacionales”.

La Casa Blanca rechazó hacer comentarios acerca de la “potencial libertad para operaciones de navegación en el Mar de China Meridional”, alegando que tales operaciones eran “clasificadas”.

Rory Medcalf, experto en Asia de la Universidad Nacional Australiana, dijo que no había “opciones fáciles o seguras para desafiar la estrategia agresiva­pasiva de China de construir y militarizar islas” en la región. “Si EEUU quiere realmente garantizar que China no domine estas aguas, entonces mientras más espere, más arriesgadas se volverán sus actividades de libre navegación”.

El plan para las maniobras navales estadounidenses llega en momentos en que un tribunal internacional en La Haya se prepara para dictaminar si tiene jurisdicción para juzgar una causa que Filipinas presentó contra China. Manila quiere que la corte invalide la “línea de nueve guiones”, una demarcación en los mapas chinos que implica la soberanía china sobre la mayor parte de las aguas ricas en recursos del Mar de China Meridional.

Antonio Carpio, un juez de la Corte Suprema de Filipinas quien es uno de los críticos más directos de las acciones de China en el Mar de China Meridional, dijo que si la corte determinaba que no tenía jurisdicción, la línea de nueve guiones permanecería en su lugar y China usaría la victoria para justificar la expansión de los esfuerzos para imponer su soberanía en la región.

El juez Carpio dijo que si Filipinas pierde el caso, Manila se vería forzada a desviar dinero de la educación para construir una fuerza disuasoria más convincente. También culpó a EEUU por no apoyar el reclamo de Manila de que algunas islas en el Mar de China Meridional — especialmente el Bajo de Masinloc (o Arrecife Scarborough), el cual, según él, EEUU había considerado históricamente parte de Filipinas — eran parte de su territorio.

China arrebató el control del Bajo de Masinloc, un arrecife a 200 kilómetros de la Bahía Súbic, a Filipinas en el año 2012 después de un tenso enfrentamiento naval de dos meses.

El departamento de estado dijo que la política tradicional estadounidense en el Mar de China Meridional era que EEUU “no asume posición alguna acerca de los opuestos reclamos de soberanía sobre las tierras en el Mar de China Meridional”.

Demetri Sevastopulo (c) 2015 The Financial Times Ltd. All rights reserved

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