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Brasil enfrenta la amenaza de un déficit presupuestario

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Brasil enfrenta la amenaza de un déficit presupuestario
La silueta de perfil de la presidenta Dilma Rousseff. (AP/JOEDSON ALVES/ ARCHIVO)

Hay dudas sobre los objetivos conforme el país se mueve hacia la recesión. La economía de Brasil puede estar en caída libre pero hasta hace poco sus presionados ciudadanos podían al menos contar con el compromiso inquebrantable de su ministro de finanzas, famoso por su línea dura para limitar los daños.

Llevado de emergencia al hospital el mes pasado con lo que los medios locales especularon era una embolia pulmonar, una condición peligrosa de coágulos de sangre en los pulmones, Joaquim Levy, sin embargo, tomó un vuelo unas horas más tarde a Nueva York para promover Brasil como una inversión potencial.

Así que cuando el Sr. Levy anunció la semana pasada que se estaba echando para atrás en una de sus promesas clave – restaurar la salud rápidamente a las finanzas públicas de Brasil – los mercados reaccionaron con sorpresa.

En vez de un superávit fiscal primario – el balance del presupuesto antes de pagos de intereses – de 1.2 por ciento del producto interno bruto para 2015, el Sr. Levy dijo que ahora sería más bien cercano a cero y aun dejó abierta la posibilidad de que pudiera ser un déficit.

Este anuncio llevó a la divisa brasileña, el real, a la cotización más baja contra el dólar en los últimos 12 años y descontó 2.18 por ciento del índice referencial de acciones Ibovespa en medio de especulaciones sobre si Brasil puede mantener su calificación de grado de inversión.

“No creo que hubiera mucha gente considerando la posibilidad de un déficit primario este año”, dijo João Pedro Ribeiro, un economista de Nomura.

La lucha del Sr. Levy para cumplir con los objetivos del presupuesto llega en el momento en que Brasil se está hundiendo en lo que puede ser la peor recesión en décadas.

El desempleo e inflación están creciendo y los economistas están revisando a la baja sus estimados para crecimiento, con algunos de ellos prediciendo una contracción tan grande como 2.5 por ciento este año.

La presidenta de izquierda Dilma Rousseff está peleando con las encuestas de aprobación más bajas de su mandato, un congreso intranquilo y un gran escándalo de corrupción en la compañía paraestatal Petrobras.

Este difícil entorno quiere decir que pocos analistas culpan al Sr. Levy por el cambio en los objetivos del presupuesto o le cuestionan su resolución. Sin embargo, la mayoría estaban impactados por la proporción de sus revisiones.

“El sigue siendo una persona creíble y comprometido con hacer lo mejor que puede”, dijo Alberto Ramos, un economista de Goldman Sachs. “Pero las revisiones muestran lo difícil que va a ser poner remedio al entorno fiscal”.

En Brasil, con su historia de crisis causadas por el excesivo gasto del gobierno, el superávit primario es considerado como un indicador clave de lo bien que el gobierno administra las finanzas públicas.

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Infografía
La presidenta brasileña Dilma Rousseff saluda a la prensa al llegar a una cumbre del Mercosur realizada en Brasilia, Brasil, el jueves 17 de julio de 2015. (AP/JOEDSON ALVES/ ARCHIVO)

En su primer término entre 2011 y 2014, la Sra. Rousseff experimentó con un programa de estímulo fiscal prolongado. Cuando esto condujo a Brasil a reportar su primer déficit primario fiscal en una década el año pasado, la Sra. Rousseff contrató al Sr. Levy – entrenado en la University of Chicago – para aplicar un tratamiento de shock y revertir la situación.

Pero la desaceleración económica ha erosionado las entradas del gobierno. Esto, aunado a la resistencia del congreso y de muchos dentro del propio partido de la Sra. Rousseff, ha forzado al Sr. Levy a alejarse de sus objetivos iniciales.

La semana pasada, aparte de bajar el objetivo del superávit fiscal primario para este año de 1.2 por ciento del PIB a 0.15 por ciento, el Sr. Levy bajó el objetivo del año entrante de 2 por ciento a 0.7 por ciento y para 2017 de 2.0 por ciento a 1.3 por ciento. Peor aún, su equipo económico dijo que si algunos ingresos esperados no se realizaban este año, el superávit primario podría convertirse en un déficit de hasta 0.3 por ciento del PIB. Los cambios significan que la deuda pública bruta de Brasil, en vez de estabilizarse, aumentará de 65 por ciento este año a 70 por ciento para el fin de 2017, dijo el banco privado Itaú Unibanco.

Esto es alto para un mercado emergente, especialmente considerando las altas tasas de interés en Brasil. Itaú estima que Brasil necesitaría un superávit fiscal primario este año equivalente a casi 35 veces más que el objetivo, sólo para evitar acumular más deuda.

“El superávit primario, por tanto, se espera que permanezca muy por abajo de los niveles consistentes con la estabilización de las dinámicas de la deuda pública”, dijo el banco.

Muchos economistas creen que Moody’s, la agencia de calificación crediticia, se unirá a Standard & Poor’s para degradar a Brasil a un grado inmediatamente encima de basura, lo que aumentaría sustancialmente los costos de endeudamiento del país.

Se mantiene un consenso entre los analistas que Brasil está tratando de moverse en el sentido correcto en cuanto a finanzas públicas; la preocupación es la rapidez con que lo haga.

Por su parte, el Sr. Levy, en una llamada en conferencia con inversionistas, organizada por JP Morgan el jueves, dijo que las agencias de calificación de crédito están más preocupadas con el problema de cómo revivir el crecimiento que con los objetivos del presupuesto.

“Necesitamos seguir abordando los problemas de crecimiento y enfrentarlos de una manera estructural si queremos tener una dinámica de deuda favorable – y no es un trabajo sencillo,” dijo.

(c) 2015 The Financial Times Ltd. All rights reserved

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