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Nuevas elecciones en España: tres posibles desenlaces

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Nuevas elecciones en España: tres posibles desenlaces
El camino para seleccionar nuevas autoridades el 26 de junio. (SHUTTERSTOCK)

El camino hacia un nuevo gobierno después de meses de estancamiento en Madrid.

El Rey Felipe de España anunció el martes por la noche que formalmente finalizaría la búsqueda de un nuevo primer ministro. A sólo unos días de que se disuelva el parlamento, su declaración despeja el camino para nuevas elecciones el 26 de junio.

A pesar de una serie de ofertas y contraofertas de coalición de último minuto, la noticia era ampliamente esperada: desde las inconclusas elecciones generales de España en diciembre, los principales políticos del país han fracasado una y otra vez para resolver sus diferencias. Incluso, ninguno ha llegado cerca de conseguir los 176 votos en el parlamento que se necesitan para ser elegido primer ministro.

Lo que permanece incierto es si una nueva votación producirá un resultado diferente, y mucho menos un gobierno que funcione. Éstos son los tres escenarios básicos:

1. Una mayoría de centro-derecha

Encuestas recientes sugieren que podría, después de todo, haber una forma sencilla de superar el bloqueo político actual de España después del junio 26. Estos sondeos sugieren que el apoyo tanto para el partido de gobierno, el Partido Popular (PP), y el Partido Ciudadanos de centro podría aumentar lo necesario para obtener una mayoría en el parlamento.

Sobre el papel, los dos encajan bien: ambos son cercanos con los negocios, apoyan las reformas estructurales de la economía y se oponen fuertemente a la independencia de Cataluña. En el mundo profundamente tribal de la política española, los dos partidos (y muchos de sus líderes) provienen de mundos muy similares.

En la práctica, sin embargo, hay dos enormes obstáculos: el primero es Mariano Rajoy, el primer ministro en funciones y líder actual del PP. Ciudadanos está profundamente reacio a apoyarlo para un nuevo mandato. Esto es debido en parte a su aparente falta de luchar contra la corrupción, y en parte debido a que representa una generación y un estilo político que incomodan al partido más pequeño que ha prometido buscar una regeneración política.

El segundo obstáculo es que Ciudadanos se ha movido bruscamente hacia la izquierda en los últimos meses, incluso yendo tan lejos como para plantear un acuerdo de coalición con los socialistas. Ese acuerdo envenenó las relaciones con el PP, al igual que la posterior cadena de ataques de los líderes de Ciudadanos al Sr. Rajoy. A pesar de ello, un acuerdo entre los dos partidos — con o sin el Sr. Rajoy — en última instancia podría ser alcanzable.

2. El resurgimiento de la izquierda

Tal vez la mayor incógnita conocida en la política española de hoy se refiere a la posible alianza entre el partido antiausteridad Podemos y la Izquierda Unida (IU). Ambos ocupan el espacio ideológico a la izquierda de la corriente principal de los socialistas, pero son feroces rivales de todos modos.

Podemos ha rechazado durante mucho tiempo la etiqueta de izquierda, y se considera un movimiento transversal que representa a los españoles contra la corrupta élite política. La pureza ideológica importa menos a los líderes de Podemos que el éxito electoral, que el partido ha disfrutado con creces. En diciembre, Podemos obtuvo el 21 por ciento de los votos y 69 escaños en el parlamento. Izquierda Unida, por el contrario, alcanzó el 4 por ciento de los votos y sólo dos escaños en la legislatura.

Presentar una lista conjunta podría aumentar la representación general de los dos partidos considerablemente, aunque sólo sea porque el sistema electoral de España en gran medida penaliza a los partidos pequeños. De hecho, algunos creen que una lista conjunta tendría una buena posibilidad de alcanzar a los socialistas, y en última instancia, podría allanar el camino para un amplio gobierno de izquierda. Ese escenario, sin embargo, sólo se mueve al campo de lo posible, si Podemos e IU logran dejar de lado las rivalidades personales e institucionales y formar una plataforma común. Experiencias pasadas sugieren que no será fácil.

3. Ningún cambio

Considerando las últimas encuestas, es difícil escapar a la conclusión de que los votantes españoles están en general contentos con las decisiones que tomaron en diciembre. A pesar de los recientes revuelos, hay una decente posibilidad de que el resultado en junio sea más o menos lo mismo que el de hace seis meses.

¿Entonces qué? A menos que quieran que el estancamiento político continúe indefinidamente, los líderes de los partidos tendrán que empezar a buscar opciones de coalición que fueron simplemente demasiado complicadas — y desagradables — para ser consideradas después de la elección pasada. Ese dilema será especialmente agudo para los socialistas, que hasta ahora se han opuesto tanto a un pacto de izquierda puro con Podemos como a una gran coalición con el PP.

Los funcionarios socialistas tienen razones para temer que su partido sea insignificante en ambos escenarios. No obstante, una negativa a ceder casi seguro hundiría a España en un período de prolongada ingobernabilidad. Para el Sr. Rajoy, por su parte, una gran coalición (o un acuerdo con los socialistas que permitirían el PP para gobernar en minoría) podría también significar un problema. Los socialistas casi seguro exigirían su cabeza a cambio de su apoyo en el parlamento. Se espera una negociación larga y ardua, y un gobierno que tendrá que luchar por mayorías fugaces en el parlamento desde el primer día.

Por Tobias Buck (c) 2016 The Financial Times Ltd. All rights reserved

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