Además del Presidente

El comienzo hoy del segundo período gubernativo del presidente Medina eclipsa el inicio de las funciones de todos los demás servidores electos del Estado, algunos en su primer desempeño de funciones y otros reelectos en las pasadas elecciones. Dos posiciones, sin embargo, merecen una atención especial, tanto por la dimensión de las labores a su cargo como por las características de quienes habrán de llevarlas a cabo. Las dos principales ciudades del país estrenan nuevos síndicos, cuyas personalidades y planteamientos hacen previsibles importantes diferencias con las administraciones municipales que sustituyen.

Uno de ellos, el de la ciudad capital, no milita en el partido de gobierno e hizo de la eficiencia gerencial su bandera electoral. Promotor del concepto de que la gestión empresarial no es exclusiva de los sectores económicos tradicionales, y puede difundirse con la apertura de oportunidades para personas que muestran iniciativa y disposición de trabajar, el nuevo síndico capitaleño encuentra una ciudad asfixiada con graves problemas de transporte, contaminación y expansión irracional.

El otro, de Santiago, viene de una labor legislativa en la que exhibió una notable independencia de criterio, hasta cierto punto inusual en un medio en el que suelen prevalecer actitudes más sumisas. No rehuyó los enfrentamientos políticos que su propia candidatura implicó, sin perder por ello su status dentro del partido de gobierno. Asume el cargo en medio de una situación urbana marcada por serias deficiencias en la recogida de basura y otros servicios municipales, combinadas con difíciles limitaciones financieras.

En ambos casos, los síndicos deberán enfrentarse a las consecuencias de procesos de urbanización anárquicos, conducentes a la formación de arrabales, a la fragmentación y a la pérdida de los espacios públicos. Hacer cumplir las leyes, regulaciones y ordenanzas será una tarea muy dura.

Gustavo Volmar