De mayor importancia

En muchos países del mundo hay un producto cuyo precio es noticia de primera plana. Chile, por ejemplo, lo tiene en el precio del cobre, reflejándose sus fluctuaciones con fidelidad en los cambios de su crecimiento económico. La República Dominicana también tiene el suyo, pero a diferencia de la mayoría de los otros casos, el nuestro no corresponde a un producto de exportación sino a uno que importamos.

Más que el precio del oro, o del azúcar, o de cualquier otro producto, el precio del petróleo es un factor crítico para la economía dominicana. Que así sea puede interpretarse como evidencia de la diversificación económica que hemos logrado, pues por haber podido desarrollar otros segmentos productivos, ninguno de nuestros renglones de exportación supera en importancia a nuestro principal rubro de importación. Sin embargo, si queremos ser pesimistas, podríamos interpretarlo como el resultado de no haber podido crear exportaciones de importancia similar a la que una vez el azúcar tuvo.

Nos inclinamos por la interpretación más optimista, pero sea cual sea la razón, nos favorecen los eventos que propician incrementos en la oferta, y lo opuesto sucede con los que hacen que la demanda aumente. En ese sentido, la recuperación económica de los EE.UU., Europa o Japón nos conviene como mercados para nuestros productos, pero nos perjudica su impacto sobre la demanda de petróleo. Nuestra mejor perspectiva está en la reacción de la oferta al aumento del precio, como ocurre con la explotación de los yacimientos estadounidenses de esquistos, cuyo desarrollo fue temporalmente enfriado por la caída del precio.

El anuncio el sábado pasado del hallazgo de un yacimiento en Irán contentivo de dos mil millones de barriles de petróleo ligero fue un evento favorable para nuestra economía. Un escenario adverso surgiría si como consecuencia de conflictos bélicos las exportaciones del Medio Oriente descendieran.

Gustavo Volmar