Líneas de bajo costo

Impulsadas por el crecimiento mundial de la clase media, las líneas aéreas de bajo costo, tales como JetBlue y otras, una vez consideradas como una consecuencia transitoria del alza del petróleo en los 1970’s, continúan ganando terreno frente a las aerolíneas tradicionales aún en la actual situación de bajos precios del combustible.

El sábado pasado IndiGo, línea de la India, ordenó 250 aviones A320neo, la mayor orden individual en la historia de Airbus.

Las primeras líneas de bajo costo utilizaban aeronaves de segunda mano, usualmente arrendadas, algunas con visibles señales de edad en su interior.

Preferían las rutas de mayor volumen y algunas combinaban sus itinerarios regulares con operaciones charter.

La demanda por sus servicios les permitió crear centros estratégicos de despacho, adquirir aviones nuevos y expandir sus rutas. Compitieron primero con las aerolíneas regionales que operaban vuelos cortos sin comidas, luego enfrentaron a las grandes compañías tradicionales y las obligaron a formar sus propias filiales de bajo costo, y ahora compiten entre ellas y cada una trata de diferenciarse de las demás.

Como indica su nombre, la esencia de las líneas de bajo costo es ofrecer precios más bajos a cambio de suprimir facilidades y servicios.

Las comidas y bebidas son el renglón más visible, pero no el único.

Es habitual que, entre otras disposiciones, agrupen más asientos por pie cuadrado y no los asignen directamente para que los pasajeros lleguen más temprano, carguen tarifas diferenciales según el nivel de ocupación del avión, supriman entretenimiento a bordo, impongan restricciones a los boletos, combinen el personal de despacho y de cabina, usen terminales más distantes y un mismo tipo de aeronave, promuevan el uso del internet y pongan límites estrictos al equipaje.

Pero todavía no suelen cobrar por el uso del baño y por razones de seguridad los pasajeros no viajan de pie.

gvolmar@diariolibre.com

Gustavo Volmar