“Make in India”

La percepción, vigente en nuestro medio, de que el sector industrial no está creciendo a la par de otros sectores de la economía, existe también en la India, país muy alejado y diferente del nuestro.

El convencimiento de que lo que habían venido haciendo no era lo mejor, ganó adeptos en la India a medida que China se le fue yendo adelante. No sólo le ganó en una confrontación bélica por disputas fronterizas, sino que su deslumbrante crecimiento económico obligó a la India a revisar los viejos paradigmas heredados de la época de su independencia a mediados del siglo pasado.

Fuera de que en poco tiempo la India superará a China como el país más poblado del mundo, lo opuesto ha ocurrido en las demás comparaciones. En China nuevas ciudades han surgido de la nada, ha florecido una clase media hasta hace poco inexistente, empresas chinas hacen negocios por todo el mundo, las inversiones en energía y vías de comunicación han sido masivas, y el estímulo a la tecnología y la innovación está transformando la estructura de la economía.

Hace dos años, el 25 de septiembre del 2014, el gobierno de la India presentó su programa “Make in India”, dirigido a promover la manufactura de productos. Centrado en 25 subsectores económicos, el objetivo declarado es aumentar la participación de la industria en el PIB desde el presente 16% al 25% en el 2022. Parte fundamental del plan es atraer inversiones extranjeras que aporten capital, conocimiento técnico, habilidades gerenciales, entrenamiento laboral y mercados externos. Dada la tradicional desconfianza hacia los conglomerados foráneos y las restricciones establecidas para ellos, la importancia que tienen los negocios familiares, la vetusta infraestructura, la marginación de estratos de la población y la proverbial burocracia estatal, la meta de superar a China y los EE.UU. como el mayor receptor mundial de inversión extranjera directa enfrenta obstáculos formidables.

Gustavo Volmar