Orientaciones del Banco Mundial

Luego de mencionar lo que entiende son las causas del extraño comportamiento de nuestro mercado laboral, al que atribuye haber sido incapaz de recompensar plenamente a los trabajadores por su creciente productividad, el estudio del Banco Mundial sobre la República Dominicana, dado a conocer anteayer, ofrece variadas recomendaciones para corregir esa discrepancia entre el notable crecimiento económico del país y la persistencia de elevadas tasas de pobreza.

Es interesante observar que el primer conjunto de políticas recomendadas está dirigido a promover la competitividad y la productividad en los sectores que más empleos ofrecen, lo que reconoce el hecho de que es el aporte a la producción y la creación de valor agregado el origen y fuente de los ingresos laborales. Para ello enfatiza la capacitación de los trabajadores, el aumento de las exportaciones, una mayor integración de las zonas francas y el financiamiento a las pequeñas empresas. Sólo en segundo y tercer lugar se mencionan los gastos sociales y la inversión en infraestructura. Pero si la productividad ha venido en aumento y a pesar de eso los salarios reales continúan por debajo de los vigentes en el 2003, algo debe cambiar para que lo mismo no siga sucediendo en el futuro.

Esencialmente, para que los salarios reales suban es necesario que haya un mercado laboral donde las empresas compitan por los trabajadores, más que como ocurre ahora, en que son los trabajadores los que compiten por los empleos. Las empresas de zonas francas deberían ayudar, pero el informe destaca que ellas “no están comprando insumos de proveedores nacionales”, apenas 30% frente al 58% de las instaladas en Centroamérica.

La informalidad, que el estudio describe como “generalizada”, obviamente no ayuda tampoco, pero siendo su efecto principal restringir el aumento de la productividad, su responsabilidad por el desigual reparto de ésta es discutible.

Gustavo Volmar