Windows 10

Cuando hace varios meses se supo que Windows 10 sería gratuito para decenas de millones de usuarios personales, la noticia fue recibida con incredulidad. Microsoft, después de todo, no era conocida por su generosidad con los clientes, a quienes cobraba por el uso de su sistema operativo sin contemplaciones.

Ayer, sin embargo, Windows 10 empezó a ser ofrecido sin costo a las personas que ya lo habían reservado.

Los ejecutivos de Microsoft, por supuesto, no se han vuelto locos ni se han convertido en benefactores de la Humanidad.

Sólo responden con un cambio en su estrategia de negocios a lo que ellos ven como una variación de la estructura del mercado. Reaccionan al traslado desde las PCs, baluarte de Windows, a los dispositivos móviles, donde otros sistemas operativos tomaron la delantera. Y consideran que las mejores oportunidades de ganancias a mediano plazo están en las ventas de aplicaciones, las cuales están vinculadas al sistema operativo utilizado.

Ese camino, en realidad, les fue trazado por sus rivales Apple y Google, cuyos sistemas para los móviles son actualizados periódicamente.

Windows 10 busca complacer a todos los usuarios, sean éstos de PCs o de aparatos móviles. Vuelve el menú de inicio, Edge reemplaza al Internet Explorer, y se da la bienvenida a Cortana, un asistente virtual controlado con la voz. Aún así, serán los móviles los que podrán aprovechar mejor las características del nuevo sistema.

La sucesiva introducción de versiones previas de Windows, algunas puestas a la venta poco después de la anterior, terminó irritando a los usuarios, muchos de ellos aferrados a Windows XP hasta que Microsoft cesó de respaldarlo. Windows 7 fue exitoso, pero Windows 8 y 8.1 disgustaron a los usuarios de PCs por su interfaz más apropiada para pantallas táctiles.

Tal fue el rechazo, que Microsoft decidió saltar sobre Windows 9 e ir directamente al 10, para alejarse del 8 lo más posible.

gvolmar@diariolibre.com

Gustavo Volmar