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La difícil tarea del no vidente para saber el valor de un billete dominicano

Hace falta más afinidad con la marca para no videntes y acceso al uso de aplicación móvil

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La difícil tarea del no vidente para saber el valor de un billete dominicano
Anny Núñez pasa su pulgar izquierdo sobre la marca para no videntes de un billete de RD$100. (DIARIO LIBRE/BAYOAN FREITES)

SANTO DOMINGO. Cuando pueda, haga el ejercicio de cerrar sus ojos y que alguien le entregue un billete dominicano. Intente determinar su valor. Si no pudo, tenga en cuenta que tampoco lo logran muchas de las más de 268 mil personas con discapacidad visual en el país, a pesar de que en octubre de 2014 el Gobierno puso a circular una nueva familia de billetes rediseñados e informó que reforzó las señas para no videntes que cada uno tiene en una esquina.

Ana Castillo tiene 11 años como profesora de Actividades de la Vida Diaria en el Patronato Nacional de Ciegos. Ha ayudado a innumerables personas con una baja visión o ninguna a manejarse en situaciones cotidianas. Pero no ha logrado que todos aprendan a determinar el valor de los billetes.

“Para ellos es más fácil manejar las monedas por la discriminación de los tamaños y las ranuras, pero con relación a los billetes, los más perceptibles son los billetes de 20, por la textura”, dice.

Cada papeleta tiene una marca para no videntes en la esquina superior izquierda, que varía en cada denominación. En la de RD$50 es un cuadrado, en la de RD$100 un triángulo, RD$200 un arco, RD$500 una barra horizontal, RD$1,000 una barra vertical y RD$2,000 una equis.

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Infografía

Joselito Hernández, un joven de 22 años con ceguera total a causa de una bala perdida, sabe que -desde el año 2000- los billetes tienen la seña para no videntes. “Pero nunca la percibí porque no se siente”, se queja.

Para un reportaje que Diario Libre publicó en abril de 2014 sobre este tema, se hizo un ejercicio que volvió a repetir este 2016. Se le entregaron billetes a sietes personas con discapacidad visual para que determinaran su valor. Solo dos pudieron identificar algunos por su número, tienen una baja visión y apreciaban pequeños detalles del diseño. El resto no lo logró. (El siguiente vídeo recoge algunas de sus impresiones).

Génesis Sánchez es no vidente de nacimiento y no pudo identificar los billetes. A sus 24 años se apoya en un bastón o persona para andar. Su vista está nublada por cataratas. “Una vez fui a un colmado con 100 pesos a comprar una libra de pollo y dos libras de arroz” -recuerda-. “Cuando el hombre del colmado me devuelve 400 pesos, le digo: No, tú no me debes nada, y él me dijo: Lo que pasa es que tú me diste una papeleta de 500, y yo no sabía que era de 500”.

“A mí sí me han engañado, dos veces”, interrumpe Anny Núñez, quien a sus 30 años usa lentes para disimular la pérdida progresiva de su visión en diciembre de 2015 a causa de desprendimiento de la retina. “Pagué con 1,000 pesos y me dijeron que había pagado con 200 pesos y me devolvieron ciento y algo. Lo otro fue con 200 pesos, en una guagua pública y me dijeron que había pagado con 50 pesos”, recuerda.

La profesora Castillo comenta que hay un punto que no entienden los encargados de la emisión de los billetes dominicanos. “Hay personas que tienen dificultad para discriminar la textura porque tienen poca sensibilidad y cuando tienen poca sensibilidad al tacto no logran discriminar. Si una persona es diabética y perdió la visión por diabetes, la sensibilidad la va perdiendo, a algunos es por el mismo estrés que les genera querer conocer lo imperceptible, hay otros que son más hábiles. Eso varía de persona a persona, depende de las razones de la pérdida de la visión”, dice.

En 2014, en el Centro de Rehabilitación para Ciegos Adultos del Patronato Nacional de Ciegos plantearon la necesidad de que las señas en los billetes estén en el sistema braille, un método táctil empleado por las personas con discapacidad visual. La profesora Castillo lo corrobora; considera que preferiblemente debería ser así.

El Banco Central de la República Dominicana es el ente emisor de los billetes y monedas de circulación nacional. Desde su departamento de Emisión y Custodia informó lo siguiente, a través del departamento de Comunicaciones de la institución: “En lo inmediato seguimos reforzando o acentuando las marcas vigentes para personas no videntes y nos comprometemos a evaluar la posibilidad de desarrollarla en braille”.

Cuando un billete está nuevo el relieve de las señas para ciegos es más fácil de distinguir, sin embargo, con su constante uso se va desgastando.

Los no videntes desarrollan habilidades propias para manejar el dinero. La más común es guardar las papeletas de distintas maneras para diferenciarlas.

Llega el audio y “pueden ver”

En diciembre de 2015 el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, y Francina Hungría, una persona no vidente presidenta de la fundación que lleva su mismo nombre, presentaron la aplicación Identificador Audible de Billetes de la República Dominicana (IABRD), para facilitar el reconocimiento de los billetes a través del sonido. Ya tiene más de mil descargas en Google Play.

El equipo de Diario Libre activa la aplicación en un teléfono inteligente. Dilcia Melo se sorprende. De sus 70 años lleva dos con problemas visuales, lo que le ha generado dificultades emocionales. Escucha de repente una voz femenina que le dice el valor de un billete que tiene en su mano: “Mil pesos dominicanos”. “¿Yo tenía tanto dinero en la mano?”, se pregunta Dilcia sonriendo. “Me interesa eso, porque siempre tengo que decirle a mi esposo, a la nieta, a una hija, que me digan qué tengo en la mano”, dice.

Génesis también quiere probar. La herramienta le llama la atención. “500 pesos dominicanos, 1,000 pesos dominicanos”, se oye desde el celular. “Es fácil”, dice Génesis. Sin embargo, el modelo del móvil que tiene no cuenta con la capacidad para instalarla. “Cada vez hay algo nuevo para nosotros aprender”, comenta. (El siguiente vídeo recoge algunas de sus impresiones).

Muchas personas con discapacidad visual no pueden acceder a esta tecnología. “Unos porque no tienen el dinero, otros porque por seguridad no andan con esos teléfonos (inteligentes)”, dice la profesora Castillo.

“Deberían dar publicidad a la sociedad para que puedan o se orienten para saber cómo tratar a las personas con discapacidad”, dice Mauricio Santana, estudiante, de 25 años, y con ceguera progresiva de nacimiento. “Deberían implantar o desarrollar un sistema de tecnología a nivel nacional para los distintos sectores de discapacidad”.

Recuerde hacer el ejercicio.

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