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Los mercados financieros ponen fin a una semana de locura

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Los mercados financieros ponen fin a una semana de locura
Inversores observan la información bursátil en una pantalla en una oficina de corretaje en Pekín. El índice general de la Bolsa de Shanghái volvió a cerrar on abundantes ganancias de un 4,82 %. (EFE/ROLEX DELA PENA)

PARÍS. Desestabilizados por la fragilidad de la economía china, los mercados financieros acaban de vivir una de las semanas más angustiosas desde la crisis de 2008, encomendándose de nuevo a los bancos centrales para superarla.

De Shanghái a París, pasando por Nueva York o Fráncfort, todas las bolsas cedieron al pánico el lunes, llegando a perder en algunos casos hasta el 8%, en una sesión “que podrá calificarse de histórica y de locura total debido a los excesos cometidos”, dice John Plassard, de Mirabaud Securities.

El conjunto de los sectores de actividad fueron vapuleados en la bolsa, aunque los fabricantes de automóviles y las materias primas lideraron las pérdidas, debido a su enorme exposición a la economía china.

Según Bank of America-Merrill Lynch, la venta de acciones en el mundo alcanzaron los 29.500 millones de dólares en la semana, lo nunca visto desde 2002.

El lunes negro dejó una fuerte volatilidad, con un volumen de intercambios excepcionalmente alto, señal de que muchos inversores trataban de frenar la hemorragia.

Preocupados por un indicador menos bueno de lo previsto en la segunda economía mundial, los inversores empezaron a imaginar lo peor para el crecimiento mundial, no en vano China representa el 13% del PIB del planeta.

A mediados de agosto ya se habían sorprendido por una inesperada devaluación de la moneda china.

“Los mercados han exagerado”, dice Marc Riez, director general de Vega IM, que estima que “actualmente no se cuestionan los grandes equilibrios financieros mundiales” aunque haya “que tener en cuenta la desaceleración china en las previsiones”.

Tras décadas de crecimiento de dos dígitos, gracias en particular a las exportaciones y el gasto público masivo en infraestructuras, los motores chinos parecen gripados.

Y es que la salud de la economía china es fundamental tanto para los fabricantes de automóviles alemanes como para los productores de mineral de hierro brasileños o los fabricantes franceses de leche en polvo.

Los bancos centrales asumen el timón

Sin embargo, los indicadores económicos de la semana han sido más bien tranquilizadores, en particular, el crecimiento estadounidense del segundo trimestre.

“Los inversores no han recuperado totalmente su tranquilidad pero se dan cuenta de que la reacción quizá ha sido un poco exagerada”, confirma Jean-Louis Mourier, un economista de la agencia de corretaje Aurel BGC.

Una primera intervención del banco central chino, el PBOC, y el anuncio de medidas de reactivación contribuyeron a calmar los ánimos.

“Preocupadas por mejorar la confianza de los inversores inquietos por las sombrías perspectivas, las autoridades chinas pasaron de una estrategia de apoyo de la bolsa al apoyo de la economía real para evitar un aterrizaje brutal”, según el departamento de investigación económica del banco Natixis.

Pero hubo que esperar a los comentarios de la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) para pasar, al menos temporalmente, la página de este inicio de semana turbulento.

“La alerta pasó y los banqueros centrales están tomando el control”, dice Xavier de Villepion, vendedor de acciones de HPC.

Los mercados financieros, mecidos desde hace años por las políticas muy expansionistas de los bancos centrales en el mundo, se han encomendado de nuevo a las instituciones monetarias del planeta en busca de apoyo.

Ahora esperan la decisión de la Fed sobre una subida de los tipos de interés, aunque no sin nerviosismo. Esta decisión podría ser aplazada a causa de esta última tempestad financiera.

Por Cécile de Corbiere

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