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Ayudando con la carga (II DE II)

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Ayudando con la carga (II DE II)
La presión alta y el consumo de alcohol son las principales causas de enfermedades.

Salud mundial. Las personas están viviendo mucho más que antes. Pero de lo que están muriendo está cambiando de tal manera, que los médicos tienen pocas respuestas. 

El pan DALY

La mayor contribución individual a DALY provino de enfermedad isquémica del corazón (el tipo que incluye arterias coronarias bloqueadas). En el 1990 estaba en cuarto lugar. Los infartos están en el tercer lugar (que subieron del quinto lugar); dolor en la espalda baja, el sexto lugar (que antes estaba en el onceavo); lesiones en accidentes de tráfico, décimo lugar (antes en el 12); depresión, en el onceavo (antes en el 15); y la diabetes en el catorceavo (antes 21).

Colectivamente, las condiciones del corazón contribuyeron con el 12% de DALY y los cánceres cerca del 8%. Esto los hubiese colocado en el primer y segundo lugar en la lista si el Dr. Murray los hubiese colocado juntos en lugar de enumerarlos por separado.

En parte, estos cambios son consecuencia de la prolongación de la vida. El aumento en cada año de expectativas de vida ocasionó cerca de 42 semanas de vida saludable, pero también cerca de diez semanas de enfermedades. Sin embargo, en parte se debe a que las causas subyacentes de las enfermedades también han cambiado. En el 1990 los tres factores principales susceptibles de provocar las enfermedades eran bajo peso en los niños (que facilitaba las infecciones), contaminación al interior de las viviendas de los combustibles de cocina (que estimulan los problemas respiratorios) y fumar (cuyos malos efectos son tan bien conocidos que no necesitan ser enumerados).

En el 2010 la presión alta (que estimula los infartos y accidentes cerebrovasculares) y el consumo de alcohol habían reemplazado a los primeros dos, y sólo quedaba fumar en la lista. La inactividad y mala dieta - principalmente comer muy poca fruta y demasiado sal- también eran importantes, representando 10% de DALY.

Sin embargo, había gran variación de un lugar a otro. En los Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental el fumar es el principal culpable de DALY, mientras que en Europa Oriental es el exceso del consumo de alcohol. La diabetes, una de las consecuencias graves del exceso de peso, no es un tema en la mayor parte del África subsahariana, pero es responsable de muchos DALY en el Caribe, Oceanía (las pequeñas islas del Pacífico) y una región que el informe denomina América Latina central (Venezuela, Colombia y países al norte de éstos hasta la frontera mexicana). Sin embargo la causa principal de DALY en América Latina central no es la diabetes, sino la violencia. Esto también estaba cercano al tope en Brasil y Paraguay, pero ocupaba el lugar 65 en Europa Occidental.

Si usted se enferma, su prognosis también depende de donde viva. La tasa de mortalidad de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares entre jóvenes adultos en Asia Central es cinco veces la de Europa Occidental, mientras que la diabetes en Oceanía es increíblemente 26 veces más que en las cercanas Australia y Nueva Zelandia. Hechos como estos presentan un enigma para aquellos que aspiran a mejorar la salud mundial.

Organizaciones tales como la Fundación de Bill & Melinda Gates y el Global Fund permanecen concentrados en las enfermedades infecciosas y el cuidado perinatal por buenas razones. La malaria, tuberculosis, VIH y las muertes maternas y de niños siguen siendo los problemas principales en los países más pobres, especialmente los del África subsahariana. Pero en la mayoría del resto ya no son la principal preocupación. Y lo que ahora es de gran preocupación - enfermedades provocadas por excesos en el consumo de alimentos, alcohol y tabaco, y lesiones ocasionadas por el creciente tráfico, y en algunos lugares, una cultura de violencia casual, no son susceptibles de prevención por medios médicos.

Por ejemplo, el tráfico, requiere acción de los planificadores, agencias de transporte y fabricantes de vehículos, no de médicos ni siquiera de funcionarios de los ministerios de salud. El imponer impuestos a los cigarrillos y bebidas alcohólicas necesita de decisiones de los ministerios de finanzas. El estimular el ejercicio y el consumo de frutas y legumbres en lugar de alimentos salados y carnes procesadas exige el cambio más difícil de todos - en el comportamiento de millones de personas.

Todo esto debe inspirar pensamientos profundos. Pero, en cierto sentido, la humanidad ha estado aquí antes. Hasta el 1854, el proveer de agua limpia a los habitantes de las ciudades y disponer de las aguas residuales se consideraban lujos. Fue solo en ese año que John Snow, un médico que trabajaba al doblar la esquina de las oficinas del The Economist en Londres, demostró que una fuente de agua contaminada podía transmitir el cólera. Lo hizo quitando la manija de una bomba de agua pública, terminando así con una epidemia local.

Democracia y desagües adecuados

El descubrimiento de Snow empezó la idea de salud pública, en oposición a la medicina individual, pavimentando el camino para todo el aparato moderno de salud mundial. Pero con frecuencia se olvida que no fue un médico sino un ingeniero civil, Joseph Bazalgette, quien construyó las alcantarillas interceptoras a lo largo de la orilla del Támesis que acabó con la epidemia de cólera en Londres de una vez por todas, y que Bazalgette mismo confió en el entusiasmo por las reformas de un creciente enfoque democrático de la política que impregnaba la Gran Bretaña victoriana.

Gran Bretaña victoriana

En cuanto a las enfermedades no transmisibles, los sucesores modernos de Snow ya han hecho su trabajo. Las causas fisiológicas de estas enfermedades ya son comprendidas. Lo que se necesita son Bazalgettes modernos que puedan diseñar formas para incluir la salud en la infraestructura social y física, de la manera en que los victorianos enseñaron al mundo a construir tuberías de agua y alcantarillas no solo como conveniencias sino para salvar vidas.

© 2012 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved.

De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com