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Un mundo de caballeros ladrones (II de II)

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Un mundo de caballeros ladrones (II de II)

Las empresas y el Estado. La relación entre los negocios y los gobiernos se está tornando cada vez más antagónica, dice Philip Coggan. Pero ambos lados no deben excederse: se necesitan mutuamente 

Por su parte los negocios necesitan a los gobiernos. No es solo que proveen los sistemas legales y la seguridad básica que les permite a las empresas operar en primer lugar; también educan a los trabajadores de los que dependen las empresas y crean la infraestructura - carreteras, ferrocarriles y control de tráfico aéreo - que les permite a las empresas transportar sus bienes a los mercados. En adición, los gobiernos se encargan de realizar investigación científica que los negocios pueden convertir en productos comerciales, desde el internet a sistemas de posicionamiento por satélites y desarrollo de fármacos.

En muchas industrias el gobierno es también un cliente clave; después de todo, un gobierno típico en un país desarrollado gasta alrededor del 40% del PIB. Defensa es un ejemplo obvio, pero la industria farmacéutica es también importante: los servicios de salud nacional son compradores enormes de medicamentos, y los organismos gubernamentales tienen que aprobar los nuevos productos antes de salir al mercado. La construcción, también, depende fuertemente de acciones del gobierno; un estímulo al gasto en infraestructura puede hacer una gran diferencia a las perspectivas de la industria.

Las políticas gubernamentales tienen también efectos serios (y en ocasiones inintencionados) en la estructura corporativa. En los Estados Unidos altos impuestos a las empresas y un creciente órgano de regulación han conducido a una disminución del número de empresas públicas y el surgimiento de estructuras alternativas tales como "sociedad de responsabilidad limitada". Alrededor del mundo, la deducción fiscal de los pagos de intereses ha promovido una mayor dependencia en las deudas en lugar del capital y favorece las empresas de capital privado. A pesar de que los ejecutivos se quejan de excesiva interferencia gubernamental, las acciones de Wall Street han estado alcanzando máximos históricos, y los beneficios como proporción del PIB estadounidense están cercanos a los máximos de la posguerra.

Debido a la magnitud del Estado moderno, las empresas están obligadas a mantener relaciones con este en muchos niveles. Por su parte los gobiernos se espera que le hagan frente a una variedad de males en la sociedad, desde prohibir la importación de sustancias no saludables o peligrosas a combatir el calentamiento global.

Usted sabe demasiado

Quizás la relación más complicada en la actualidad es entre los gobiernos y la industria de la tecnología. Algunos consumidores están preocupados por la gran cantidad de datos digitales que se están acumulando y desean que los gobiernos regulen la manera en que los negocios emplean y mantienen esos datos. Los servicios de seguridad de los gobiernos, por su parte, desean tener acceso a dicha información cada vez que consideran que la necesitan. Las revelaciones recientes sobre el alcance del monitoreo de los gobiernos sobre los correos electrónicos y las llamadas telefónicas han colocado este tema en los titulares y creado un dilema para las empresas de tecnología. ¿Deben proteger a sus clientes y arriesgarse a ser acusados de comprometer la seguridad, o ceden ante los gobiernos y se arriesgan a enajenar a sus clientes?

Otras complicaciones surgen de los beneficios sociales de los ciudadanos proporcionados conjuntamente por las empresas y los gobiernos. Por ejemplo, en cuidados de salud, muchos negocios pequeños consideran que la Ley de Asistencia Asequible de los Estados Unidos, les impone una carga administrativa excesiva. Las licencias parentales también tienen opiniones encontradas. Muchos gobiernos desean proveer licencia de maternidad para las mujeres y ofrecer licencia parental a los padres. Eso podría ser manejable para las grandes empresas pero es más difícil de implementar en las pequeñas. En vista de que los votantes se resisten a impuestos más altos, los políticos han diseñado programas que ofrecen mejores beneficios a expensas de las empresas en lugar del Estado.

Las grandes empresas aceptan que necesitan tener relaciones con el gobierno. Eso ha impulsado el surgimiento de la industria del cabildeo y, en algunos países, el crecimiento de contribuciones a campañas por las empresas. Ahora muchos sospechan que la clave del éxito en los negocios no es necesariamente ser el más competitivo sino el mejor conectado. El cabildeo crea una especie de carrera armamentista en la cual las leyes impositivas y las regulaciones se hacen cada vez más complejas en la medida que las empresas buscan influenciar las reglas que beneficien sus propios intereses.

Las empresas favorecidas pueden ser "campeones nacionales" tales como las aerolíneas, que los gobiernos se esfuerzan por proteger mediante regulaciones y restricciones sobre propiedad extranjera. En las negociaciones comerciales internacionales con frecuencia tratan de proteger los intereses de industrias vitales, como lo hace Francia con la agricultura y Gran Bretaña con los servicios financieros. En los mercados emergentes tales prácticas son todavía más atrincheradas. En algunas industrias, tales como la energía, las multinacionales occidentales se encuentran en desventaja en sus negociaciones con titanes estatales, como BP encontró en Rusia.

Este reporte especial se concentrará en la relación entre los negocios y el estado en el mundo rico, que después de la crisis financiera está claramente bajo tensión. Tendrá en cuenta el papel de los impuestos, la regulación y la política competitiva, explicar porque la industria de la tecnología es un caso especial, examinar los argumentos a favor y en contra del cabildeo y ofrecer ejemplos de cómo la relación se puede manejar exitosamente.

© 2014 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved. De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com

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