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La desazón de 70 años

Los acuerdos de Bretton Woods. Tanto el Occidente como China están descuidando a las instituciones que ayudaron a mantener integra la economía mundial 

Los Estados Unidos aprendieron los beneficios de la cooperación económica por las malas. Su fracaso en crear instituciones que ayudaran a conducir la economía mundial después de la primera guerra mundial exacerbó la Gran Depresión y allanó el camino para la próxima conflagración. Es por eso que, en un pequeño hotel en New Hampshire cuando la Segunda Guerra Mundial estaba por concluir, los Estados Unidos y sus aliados elaboraron un borrador de un plan de gestión para la economía mundial y crearon algunas instituciones para salvaguardarla. A pesar de algunas fallas, los acuerdos de Bretton Woods, firmados hace 70 años este mes, ayudaron al inicio de un largo período relativamente pacífico de crecimiento económico.

Sin embargo hoy los poderes preeminentes parecen haber olvidado esa lección. Los Estados Unidos y Europa han fracasado en fortalecer y reformar la descendencia de Bretton Woods, el FMI y el Banco Mundial; han sido morosos en proveer un papel más importante para China en esas instituciones (todavía tiene menos poder de votación que los países del Benelux). Entretanto, China, al igual que los Estados Unidos hace un siglo, flexiona sus músculos cerca de casa pero subcontrata el liderazgo mundial a otros. La combinación podría conducir a otra época peligrosa y sin dirección de la economía mundial.

Algunas partes del sistema de Bretton Woods demostraron ser más duraderas que otras: sus controles de capital y tasas de cambio fijas habían desaparecido en gran medida para el final de la década de 1970. Pero ahora todo el edificio parece tambalearse. Los países se quejan de los flujos de capital desestabilizadores mientras las conversaciones de comercio mundial permanecen casi estancadas. Barack Obama sensatamente promovió un plan para darle más recursos al FMI y aumentar la influencia dentro de este de los países en vías de desarrollo de rápido crecimiento. Sin embargo ahora el congreso se rehúsa a apoyar las reformas acordadas. Entretanto, los Estados Unidos y Europa negocian ambiciosos tratados comerciales entre sí y con el Asia no china. Y de nuevo el congreso ha bloqueado esos esfuerzos, incluso antes de llegar a un acuerdo.

China se ha dado por aludida. Su interés en el Banco Mundial y el FMI, que siempre fue tibio, está disminuyendo. En su lugar, los líderes chinos están trabajando para crear un sistema separado. En una cumbre más tarde este mes los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica se espera que acuerden la creación de un banco de desarrollo "BRICS" de $50 mil millones y considerar un fondo de contingencia "BRICS" similar al FMI. China también tiene planes de crear un banco de infraestructura asiático que rivalice con el Banco de Desarrollo Asiático, un prestamista regional dominado por Japón.

Al igual que los acuerdos comerciales de Occidente, la creación de instituciones de China luce benigna en su aislamiento. ¿Por qué no invertir en los países subdesarrollados? Sin embargo su ráfaga de iniciativas, que conspicuamente excluye a los países ricos, podría ser una señal de un cambio estratégico. En lugar de asumir mayor responsabilidad dentro del sistema existente, China parece estar creando un rival.

No ver el bosque por los árboles

Si John Maynard Keynes estuviese vivo, suspiraría no solo por los riesgos en todo este nacionalismo económico sino por la enorme pérdida de oportunidades. Un comercio más libre mediante acuerdos multilaterales ayudaría a la economía mundial y reduciría el encanto de las políticas mercantilistas que invitan a represalias. O imagine lo que pasaría si el Occidente y China trabajaran juntos para liberalizar la cuenta de capital de este último: los mercados financieros chinos serían menos distorsionados, mientras que la emergencia del yuan como una moneda de reserva mundial aliviaría los temores de Occidente acerca de la sobrevaloración de sus monedas. Quizás es hora de mandar a otro grupo de dignatarios a New Hampshire.

© 2014 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved. De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com