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Picadillos turísticos

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Picadillos turísticos
El Gobierno anunció la construcción de la carretera entre Puerto Plata y Montecristi.

Ciertos cabos sueltos deben ser bien atados. Siguiendo tal sentencia, y de cara a la proliferación, en días recientes de múltiples temas turísticos debatibles, a continuación se ofrecen opiniones que se inspiran en la fría racionalidad que demanda el bien común. La intención es enriquecer el debate, llamando a la cordura turística, para clarificar las opciones de política pública en nuestro principal sector económico.

La principal noticia turística de estos días ha sido el anuncio del Ministerio de Obras Públicas, de que pronto se acometerá la construcción de la carretera Puerto Plata-Montecristi. La obra ha sido solicitada en varias ocasiones por diversos grupos representativos, que han señalado su importancia para el desarrollo turístico de la región noroeste. Según estimados informales --pero serios-- los 85 kilómetros de la misma costarían unos US$93 millones.

Por otro lado, y dependiendo de la fuente que se use, el costo estimado de la Carretera Cibao-Sur estaría entre los US$345 millones y US$500 millones. Pero aún sin esa descomunal friolera, tal iniciativa no puede menos que calificarse de irracional y descabellada. La ruta propuesta --a través de los dos parques nacionales que poseen los recursos hídricos más importantes del país-sería una afrenta a los recursos naturales de nuestra Cordillera Central, "una daga en el corazón forestal" (La Lupa #15). Con o sin el túnel, esa vía no impactará significativamente ni el desarrollo económico y mucho menos el turismo del suroeste del país.

En la prensa han trascendido varias otras opciones para agilizar el tránsito entre una región y otra que resultan mucho más económicas y preferibles. Ahí está la opción de reconstruir el tramo Constanza-San Jose de Ocoa, lo cual costaría unos US$70 millones. Con otros US$30 millones se reconstruiría el tramo de la Carretera Internacional que va desde Pedro Santana a Restauración. Y otros US$90 millones serían suficientes para abrir la trocha que va desde Constanza a Guayabal y Padre Las Casas. Es decir, con solo US$190 millones se abrirían tres nuevos accesos desde el Cibao al suroeste.

Si se toma como referencia el menor costo del ecocidio propuesto, con los US$55 de los millones sobrantes y algo más se podría resolver el mayúsculo problema turístico que representa el infernal tráfico de vehículos pesados por el Malecón de Santo Domingo. Propuesta por el Arq. Leopoldo Franco, esa solución implicaría una nueva vía que conecte a los Bajos de Haina con Los Alcarrizos (para facilitar el tráfico de carga hacia el Cibao) y, desde ahí y pasando por Santo Domingo Norte, conectar con Las Américas cerca del Puerto Multimodal. (Un recorrido de 62 kms.) Se desecharía la más compleja, costosa e indeseable opción de multiplicar los carriles actuales del Malecón.

Otro gran problema del Malecón que ha causado gran fricción entre funcionarios últimamente es el de las piscinas gigantes que el ADN ha instalado por dos años consecutivos para aumentar las opciones de recreación de la población de la capital durante el asueto de Semana Santa. Ya que esas fechas seguirán estando sujetas a las cada vez mayores sequías por el cambio climático, la solución podría ser construir 10 piscinas en la franja rocosa que está entre el asfalto y el mar. Con una excavación cuidadosa y pequeñas plantas desalinizadoras de bajo costo, esas piscinas podrían funcionar como balnearios durante todo el año. La alternativa de una playa artificial sería mucho más costosa, amén de que la contaminación de las aguas del mar la harían sumamente dificultosa.

Tres otros asuntos planteados por los directivos de Asonahores merecen también comentarse. El gremio dice estar a la espera de la ejecución del Plan Nacional de Acción para el sector turístico que presumiblemente acordó con el MITUR a finales del pasado ano. Dice, además, que la promoción turística debe ser totalmente rediseñada y que el sector insiste en reclamar el ITBIS diferenciado. El gremio no se ha referido a la necesidad de un Plan de Desarrollo Institucional del MITUR.

Con respecto al reclamado "Plan" y la promoción, deberá recordarse que el Programa de Fomento al Turismo que financia el BID para la Ciudad Colonial contempla trabajos cruciales en esos renglones. Hay fondos para financiar la elaboración de una "Estrategia Nacional de Desarrollo Turístico Sostenible" y un "Sistema de Evaluación de la Promoción". Con sólo redefinir el alcance de este último trabajo para que incluya el rediseño de la promoción turística, se estaría respondiendo a la necesidad apuntada por Asonahores. Pero falta que las autoridades no prolonguen más las licitaciones correspondientes y den paso también a la referente al Plan de Desarrollo Institucional del MITUR, lo cual está en la misma carpeta de pendientes.

Por otro lado, es hora ya de que se revise la política de incentivo industrial para el sector. Los indicios son de que, como destino de inversiones turísticas, hemos perdido competitividad y algunos sugieren que esa es la razón de que la planta turística esté experimentando una pausa en su desarrollo. Se requiere de un análisis profundo de la situación para diseñar una nueva legislación de incentivos y programar inversiones de infraestructura que puedan atraer inversiones privadas. Los proyectos público-privados deben figurar entre las opciones.

Una de las inversiones apremiantes es la del aeropuerto de Montecristi. Es el cuello de botella más gravoso que impide el despegue de un desarrollo turístico acelerado en esa región. El costo aproximado sería de unos US$25 millones, siempre que la pista de 3.5 kilómetros se haga en un ángulo de 15 grados respecto al existente aeródromo (para evitar daños a los manglares adyacentes). Con otros US$125 millones, se harían las obras de infraestructura que requiere la Ciudad Turística Bahía de las Águilas (aeropuerto, acueducto, plantas de tratamiento, carreteras, líneas de transmisión eléctricas, etc.) para poder atraer los inversionistas que ahí desarrollen los grandes hoteles y los proyectos inmobiliarios.

Finalmente, no debe pasarse por alto el histórico anuncio del "Proyecto Piloto de Seguridad Ciudadana" para la zona de Las Terrenas-Punta Bonita-Cosón, que está siendo auspiciado por un grupo de empresarios. Su surgimiento deja claro que los servicios de Politur son ahí muy deficientes. Urge pues que esa dependencia acometa la elaboración de su Plan Estratégico para mejorar unos servicios que son cruciales para mantener la salud de la principal industria del país.