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Una lechería de Costa Rica premiada por su compromiso social y ambiental

La finca cuenta con un biodigestor con el que producen energía eléctrica desde el estiércol

TURRIALBA, Costa Rica.- Un compromiso que significa excelente trato animal y sostenibilidad en lo económico, social y ambiental ha permitido a una finca ganadera en Costa Rica ser la primera de Latinoamérica en recibir una certificación de la ONG Rainforest Alliance.

La jornada comienza a las 02.00 de la madrugada: el vaquero ya se encuentra en los potreros, su objetivo llevar al primer grupo de ganado a comer, posteriormente ordeña a los animales y regresan nuevamente a su lugar.

Pero durante ese tiempo, hay otros encargados y otras tareas que se llevan a cabo, que es lo que da a la finca comercial del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), ubicada en Turrialba, a 68 kilómetros de San José, ese valor añadido.

Las normas desarrolladas por la Red de Agricultura Sostenible (RAS) para el sello de Rainforest Alliance aseguran la conservación de ecosistemas y recursos hídricos, protección de la vida silvestre, condiciones adecuadas para los trabajadores, buenas relaciones con la comunidad y manejo integral de la cosecha, del suelo y de desechos.

El buen cumplimiento de todas esas tareas ha llevado a que esa finca ganadera se haya convertido en la primera de Latinoamérica en recibir la certificación.

"El escenario diferencial en esta finca es el compromiso, la motivación de cambiar una cultura, una gerencia comprometida, con trabajadores que tienen un rol y una serie de compromisos con buenas prácticas", dijo a Efe la gerente de certificación agrícola de Rainforest Alliance, Ana Lucía Corrales.

Añadió que "otros productores tal vez" no tienen esa visión de sostenibilidad tomando en cuenta tres ejes -el económico, el social y el ambiental- y que con ese equilibrio se va a tener "siempre rentabilidad porque no maltrato a mi personal, ni al ambiente, ni falto en mi parte económica".

Para el director de administración y finanzas del CATIE, Óscar Sanabria, esta credencial representa un "desafío" que ahora deberán "honrar y sostener".

"Ahora debemos ajustarnos a elementos más prácticos, más impactantes, que permitan que cada vez más productores lecheros puedan incorporarse a la norma. Para nosotros también significa un desafío porque definitivamente hay que hacer las cosas cada vez mejor para poder honrarlo y sostenerlo", afirmó Sanabria.

Ese trabajo integral, que va más allá de ordeñar vacas y producir leche, consiste en prevenir ataques al ganado de felinos silvestres, proteger las vías acuáticas naturales, conservar árboles en las parcelas de pastoreo y tratar bien a los animales.

Además, significa intentar reducir la huella de carbono, algo que la finca del CATIE hace brindando una buena dieta a las vacas, que permite que digieran mejor, generando menos emisiones de metano y tratando los desechos como el estiércol.

"Las medidas que hemos tomado las enfocamos en que tengan algún aporte a la rentabilidad, por ejemplo el abono orgánico sólido que producimos (que viene del estiércol) lo incorporamos al pasto, al igual que el líquido, lo que nos ha permito reducir las facturas de fertilizante químico en un 50 %", explicó a Efe el encargado de la finca comercial del CATIE, Alejandro Molina.

Según Molina, por día los desechos de las 135 vacas lecheras generan entre 1 y 1,2 toneladas de estiércol que ellos aprovechan como fertilizante, a diferencia de otras fincas ganaderas que las lanzan a los ríos.

La finca cuenta con un biodigestor con el que producen energía eléctrica desde el estiércol, lo que ha permitido un ahorro en las facturas.

El sitio también cuenta con una batería de tanques para almacenamiento de agua de lluvia, que les ahorra cerca de 6.000 dólares al año.

El CATIE abarca más de 603 hectáreas que se dedican a la actividad forestal, caña de azúcar, café y pasto para ganado de carne y leche.

El área dedicada a la ganadería corresponde a 164 hectáreas donde se encuentra el ganado de engorde y el módulo de lechería especializada, cuyos productos son comercializados.