Ruinas de San Francisco: Del abandono... ¿al desarrollo?

El reconocido arquitecto español Carlos Clemente realiza las investigaciones de las ruinas que servirán de base para la propuesta de renovación del imponente conjunto de edificios históricos de la Ciudad Colonial. Omar Santana 

El complejo que hoy son las Ruinas de San Francisco generó en tiempos coloniales uno de los principales entornos de actividad del histórico Santo Domingo, siendo una estructura de carácter religioso formada por el Monasterio, la Capilla de la Tercera Orden Franciscana y la Iglesia.

Varios terremotos, la salida de la Orden en el siglo XIX, el saqueo, la conversión a manicomio en el siglo XX, y el abandono durante más de un centenar de años han enviado al olvido la primera iglesia y complejo de monasterio construidos en América.

En 2002, el gobierno dominicano, a través del Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento del Distrito Nacional y la Dirección de Patrimonio Cultural, junto al apoyo de instituciones españolas, trató de convertir las ruinas de San Francisco en un centro cultural a partir del Plan de Revitalización Integral de la Ciudad Colonial.

De hecho, se anunció la entrega de RD$7 millones para los trabajos. Hubo visitas in situ por parte de investigadores y desarrolladores, se desalojaron oficinas, pero no hubo avances.

En 2009, la dirección de Patrimonio Monumental anunciaba otro proyecto de rescate para las ruinas que no prosperó. El resultado de esa falta de acción, de acuerdo con el renombrado arquitecto Carlos Clemente San Román, es que “tan sólo en este año se ha caído una parte del muro que cerraba el antiguo convento como hemos podido comparar en fotos recientes”.

Clemente, que ha trabajado en obras de restauración como las catedrales de Burgos, Palencia, Barbastro, Ibiza; los Castillos de Jadraque, Molina de Aragón y San Fernando en Cádiz, entre otras obras advierte que mientras las ruinas estén en el abandono, sólo seguirá como una casa para palomas. “Se van perdiendo centímetros de las ruinas continuamente. Le van entrando hongos. Esos puntos negros que se ven en las paredes (vistas en la página siguiente) son hongos que se van entrando en las piedras y todo eso se va perdiendo”.

El experto internacional sostiene que el carácter de la intervención de las ruinas “es urgente. Estamos hablando de que a los curas se les expulsa, y desde entonces ha sido un edificio marginado, porque ha sido hasta manicomio y luego fue cerrado a todo el mundo. O atajas la destrucción o las ruinas se te vendrán abajo”.

El Ministerio de Turismo, con los fondos del Plan de Fomento al Turismo de la Ciudad Colonial del BID, se aboca a la convocatoria de un concurso internacional a celebrarse en los próximos meses para el rescate de las Ruinas de San Francisco, con un concepto de preservación y motor económico de todo el Casco Histórico. “La renovación no puede ser solamente para que las palomas tengan un lugar donde resguardarse”, sostiene Clemente.

En esta etapa de los trabajos el arquitecto realiza levantamientos de tipo topográfico, volumétrico, fotogrametría, de materiales y estudios analíticos de las ruinas. “Estas investigaciones servirán de base para la propuesta que realizarán los concursantes internacionales”, dijo.

En ese orden, Maribel Villalona, arquitecta y viceministra de Turismo, dijo que Clemente “está produciendo una información que no existe hoy en día y que servirá para que Patrimonio Monumental, para el Ayuntamiento del Distrito Nacional, para las universidades y todo el mundo tenga información valiosa sobre las Ruinas”.

Villalona expuso que para este concurso esperan contar con participantes de alto nivel, lo que garantizará que la selección cuente con una cantidad de buenas propuestas y pondrán al país en el mapa mundial de las restauraciones.

“Aspiramos a que se haga con el mayor respeto. Y que se destaque esta obra impresionante. A partir del proceso de selección de las firmas, esperamos que esto sea atractivo. Un concurso de alto nivel generará también expectativas sobre el proceso de restauración de las Ruinas”.

Argumentó que una vez comiencen los trabajos se podrá percibir un proceso de cambios en toda la Ciudad Colonial. “Este tipo de proyecto suelen ser anclas que causan un proceso de reforma social en el lugar”. Además de una suerte de curiosidad entre turistas nacionales y extranjeros por saber qué está pasando en la Ciudad Colonial y en Santo Domingo. Explicó que “esto (las Ruinas) está cerrado siempre. ¿Cuántas personas saben qué ha ocurrido aquí? Eso ayudará a que los dominicanos hagan confianza de su patrimonio. El experto internacional explicó que en ese orden “el proyecto de las Ruinas es un impulsor de la ciudad de última clase y de alto nivel. En su momento (tiempos coloniales) lo fue. Como monasterio trajo vida a la ciudad y en su momento, a raíz del monasterio”, dijo.

“De hecho hay proyectos, como la Sagrada Familia que han generado el concepto de ir a visitar durante la renovación o el ‘abierto por obras’ que despiertan el interés de visitantes”.

Una preservación con usos

El proyecto concreto de las Ruinas de San Francisco les tocará a los concursantes desarrollarlos, mientras Clemente señala que el tipo de propuesta que se espera es similar al que ha activado ciudades españolas como Ibiza y Barcelona. “Este tipo de proyectos le dan la vuelta a la ciudad como un calcetín”.

Ante cuestionamientos insistentes, Villalona indica que para el Ministerio de Turismo, “todas las actividades son compatibles. Esta es una zona muy virgen (al referirse a la Ciudad Colonial). Por aquí pasa muy poco por aquí, pese a ser una zona privilegiada, y esperamos que estos proyectos generen un movimiento. Ya veremos qué estrategia se elabora para que desde el inicio de los trabajos sea atractivo”.

En ese orden, destacó que “se le puede dar un mejor uso a las Ruinas. Volver a poner en valor para usarla. Es el momento de dar un uso mucho más intensivo con la intención de preservar la conservación de la Ruina. Porque cada día hay un pedazo de las ruinas que se pierden”.

Clemente recalcó en esa temática que a las Ruinas “sólo se puede intervenir desde una estrategia integral. Una estrategia de usos, que la preservación esté acompañada de usos. ¿Lo conservas para no darle ningún uso? No. Esto se debe hacer con una finalidad. La finalidad de que por ejemplo esta área (indica al Monasterio) sea un salón de 400 plazas, que se pueda usar otro salón de 200 plazas, que otra parte sirva para un restaurante en el que se puedan poner las mesas. Haya otra área que sea una zona de visita arqueológica de recreación”, expuso el experto.

Clemente San Ramón indica que “la conservación debe ir acompañada de un sentido. Si cuidas el muro, le haces la cubierta que pueda mantener, y que tenga un fin entonces estás haciendo una restauración con un sentido”.

Omar Santana