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La Quinta Dominica

Las dos unidades arquitectónicas denominadas hoy “Quinta Dominica”, fueron propiedad de los frailes de la orden dominica. Erigidas a finales del siglo XVl, dentro de los terrenos que formaban parte de las huertas y solares que llegaban hasta el mar. Su actual definición y límites es el resultado de ventas sucesivas de los terrenos originales, adecuándose a los cambios urbanísticos producidos por el paso de los años. Valga el ejemplo de la calle Macorís, la que fraccionó la propiedad de los Dominicos y que hoy en día se encuentra parcialmente cerrada para integrar el actual atrio histórico entre la fachada de la iglesia y la capilla de la Orden Tercera.

Las construcciones que en la actualidad componen la Quinta Dominica, se iniciaron en el muro oeste de la capilla y en sus inicios residieron allí los hermanos legos de la Orden. Hoy en día, después de una minuciosa y científica intervención para la adecuación de los inmuebles históricos a su nuevo uso como galería de arte y centro de actividades intelectuales y sociales, se puede observar que en la primera edificación los muros interiores fueron removidos para la creación de dos grandes salas, para exposiciones temporales de artes visuales o para conferencias bajo techo, en caso de lluvia.

Los techos de dichas salas poseen lucernarios, cubiertos con vidrios, para permitir la entrada de la luz natural. Estas salas además, fueron dotadas con sistemas de luminarias eléctricas y climatización de última tecnología.

En la otra edificación y el martillo, funcionan las oficinas administrativas y de apoyo a las diferentes actividades. Ambas construcciones se encuentran unificadas por un encantador patio interior, pavimentado con piedra, cuenta además con caminos peatonales que conducen a las diferentes áreas de la Quinta. Fuentes y esculturas, producen la ambientación adecuada para las diferentes actividades.

El jardín al fondo, completa la armonía de este ambiente mágico; dos enormes arboles frutales brindan sombra para las celebraciones diurnas, a su alrededor crece vegetación de poco sol; el jardín se completa con plantas de variado follaje y alegre floración. Las diferentes especies vegetales poseen cédulas que explican su nombre y características. En el jardín se conservan algunos muros de antiguas construcciones, los que se integran al ambiente y dan privacidad a la zona de los servicios sanitarios.

La galería posee una colección de retratos de la familia real española que auspicio el descubrimiento de América, la que exhibe esporádicamente, junto con un friso de mosaicos bizantino, reproducción del de la iglesia de San Apolinar en Ravena.