Oscar de la Renta y Dolores del Río

Mis encuentros con personalidades. Mi relación de amistad con Oscar de la Renta se remonta a marzo de 1967, cuando Víctor Cabral y yo iniciamos el programa Encuentro, en Rahintel Canal 7.

Junto a Oscar y todas sus modelos recién llegadas de Nueva York, compartimos ese primer programa, en el cual, también participaron el bolerista uruguayo Roberto Yanés y el multifacético doctor, artista, deportista y comunicador dominicano, Thimo Pimentel.

En esta ocasión, en el año 1981, llamé a Oscar a su oficina-taller de la 7th Avenida en Nueva York, para decirle que recibí una llamada de Negro Santos, del programa de televisión, "Santo Domingo Invita', de quien todavía yo era socio, aunque desde el verano del año anterior, yo estaba dirigiendo la oficina dominicana de Promoción Turística en Nueva York, en representación de la Secretaría de Estado de Turismo. Negro me solicitó que gestionara hacerle una entrevista para el programa a Oscar. Lo llamé y él me dijo: "Ellis, en estos días estoy muy ocupado, pero pasado mañana 7 de mayo estaré en una ocasión especial en el Hotel Pierre, de la 5ta. Avenida, junto a Dolores del Río. Ambos vamos a recibir una medalla de honor por nuestras contribuciones benéficas a favor de "Casita María", que se ocupa de realizar obras caritativas para la comunidad hispanoamericana. Si te parece, yo puedo registrar los nombres de ustedes dos para que los dejen pasar al salón, y así pueden aprovechar para entrevistarme no solo a mí, sino a Dolores, también, que como tú bien sabes es una gran dama del cine mejicano. Así lo hicimos.

Oscar, siempre facilitador y muy comprometido con la dominicanidad, tuvo ese magnífico gesto, que nos permitió a Negro Santos y a mí entrevistarlo en ese ambiente tan especial, y luego de la introducción correspondiente, proceder a entrevistar a la gran estrella Dolores del Río. Ella exhibía esa condición tan fascinante, que proyectaba en sus actuaciones de dama de gran sensibilidad y un magnetismo personal extraordinario.

Dolores del Río fue la primera actriz mejicana que causó un impacto visible en Hollywood, a finales de las décadas de los 20, 30 y 40. Durante esa época se codeó con lo más granado del cine de Hollywood, todavía silente, y fue de las pocas que dieron el salto con éxito al cine hablado que se impuso en la década de los 30. Formó parte del elenco de los grandes nombres del cine, donde reinaban Greta Garbo, Marlene Dietrich, Gloria Swanson, Charlie Chaplin, John Barrymore, Douglas Fairbanks, Jr. , entre otros. Sostuvo un tórrido romance con el entonces joven talento Orson Welles que duró del 1938 al 1941. En esa época de finales de los 30 e inicio de los 40 fue contemporánea de nuestra María Montez. Entre las películas realizadas en Hollywood destaca como inolvidable el título, "Ramona".

En el inicio del esplendor del cine que vivió Méjico en la época de los 40 ella regresa a su país. El Director de cine Emilio, "El Indio", Fernández, escribe un guion para ella, que según El Indio, lo escribió mientras cenaba solo en un restaurante, en 13 servilletas de papel. Gabriel Figueroa fue el director de fotografía y Pedro Armendáriz, su galán. Esa película ganó el premio de Cannes en el 1943. El titulo inolvidable, "María Candelaria".

Resultó una exquisitez para Negro Santos y para mí, haber podido entrevistar en una sola ocasión y en un ambiente tan especial a dos gigantes de sus oficios: Oscar de la Renta y Dolores del Río.

El mes pasado, una semana antes de su partida, le pedí a Oscar que rememorara sobre Dolores del Río, me dijo: "Ella fue una gran actriz, de gran belleza y una gran amiga".

Diario Libre